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Rosita Serrano, la chilena que deslumbró a los nazis

La leyenda de "Rosita Serrano, la cantante chilena del Tercer Reich" (1912 - 1997), fue reconstruida por los periodistas Mariana Marusic y Maximiliano Misa. Así fue la voz de un ruiseñor en tiempos de guerra. La decana de la Facultad de Comunicaciones y Letras de la UDP, Cecilia García-Huidobro, editó los diarios del escritor chileno, guardados en dos universidades estadounidenses. Con el material publicó "Donoso in progress".P2-3 "El niño y la bestia" es la animación del aclamado Mamoru Hosoda, cabeza de los estudios Madhouse. Estará en cines nacionales esta semana.P4
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Rosita decía que había nacido el 10 de junio de 1914, el mismo año y mes en que sobrevino el atentado de Sarajevo, ese incidente que gatilló la Primera Guerra Mundial. Y aunque los autores de este libro sostienen que realmente nació ese día, pero en 1912, y que por vanidad se quitaba dos años de vida, lo cierto es que era muy pequeña cuando Europa central sangró como nunca antes por crueles batallas.

En ese turbulento mundo, pero muy lejos de él, en la bucólica y soleada ciudad de Quilpué, vio la luz María Martha Esther Aldunate del Campo, la Chichi o Chichita, para sus cercanos. Para quienes adorarían su estampa sería Rosita Serrano, "El ruiseñor chileno", que con su canto, silbidos y coquetería cautivó a miles a mediados de los años 30, cuando ancló en una Europa que volvería muy pronto a protagonizar tiempos de guerra y exterminio.

Repertorio

Llegó a Berlín en 1936, no a interpretar arias de Wagner ni canciones de Schubert, algo que su madre, la cantante lírica Sara del Campo, detestaba. Los alemanes no entendían lo que esta hermosa mujer de 24 años modulaba con su perfecta voz de soprano, cuyas rumbas llenaban de exotismo las paredes del Wintergarten, el principal escenario berlinés.

Con la guitarra colgada al cuello y flores en el pelo, cautivó incluso al recién autodesignado Führer, quien le sugirió al final de una actuación que se animara a cantar en alemán. Rosita aceptó la petición que le abrió la puerta al cine.

Para los jerarcas del Tercer Reich y para cientos de miles de soldados Rosita encarnaba una fantasía lejana y seductora: una mujer que fuma, maneja y se maquilla, de hermosos ojos verdes, llena de coquetería. Como otras cantantes y actrices, Rosita fue una de las favoritas, la "Amapola Roja" de esos negros tiempos.

Investigación

La historia de Rosita Serrano fue el proyecto de título de los periodistas Maximiliano Misa y Mariana Marusic, y la convirtieron en un libro recién publicado que se titula "Rosita Serrano, la cantante chilena del Tercer Reich (ediciones B). El enigma de su desaparición dentro de la historia nacional los inquietaba. Esa nula presencia se contradecía con su talento musical y fuerte carácter.

"Los entrevistados que aparecen en el libro son familiares y amigos de Rosita. Los contactábamos porque algún otro nos daba el dato de que 'tal' conoció a Rosita", resume Mariana.

-¿Por qué Rosita tuvo éxito en tiempos del Tercer Reich?

-Son varias sus cualidades, pero principalmente creo que se debe a que el Tercer Reich la necesitaba. Si bien Rosita cantaba maravilloso, era regia, alta, coqueta y tenía una personalidad excéntrica, fueron los jerarcas nazis quienes consiguieron que ella llegara tan lejos e impulsaron su carrera. Ella conseguía distraer a las tropas y a la población alemana, era parte del programa de entretenimiento del Tercer Reich, los soldados la adoraban.

-¿Jugó con fuego? ¿Qué piensas de su forma de manejarse con el poder?

-Rosita supo aprovechar la oportunidad. Los jerarcas nazis la necesitaban y ella se dejó impulsar para llegar a ser una de las cantantes más reconocidas durante el Tercer Reich. Siempre dijo que no le interesaba la política: "Sólo la música y los hombres bellos".

-¿Se daba cuenta de dónde y con quiénes estaba metida?

-Su hermano vivió con ella en la Alemania nazi y también compartió con Hitler en alguna comida. Él siempre le contó a sus hijas que jamás se imaginaba que esos hombres, Hitler, Goebbels, etc., que "se veían tan cultos", pudiesen haber creado campos de concentración y todas las desgracias que hicieron. Rosita sabía que estaba metida en una de las guerras más grandes de la historia, pero no sé hasta qué punto llegó a saber sobre el resto de las atrocidades que cometieron los nazis. Probablemente sabía algo, porque por algo ayudó también a niños judíos a escapar.

-¿Cómo crees que manejaba el horror y la incertidumbre de la guerra?

-Rosita solía reunirse con sus amigos y conocidos, también con sus admiradores. Asistía a comidas y visitaba la embajada de Chile. Por las noches cantaba en teatros y también hacía giras. Pero sin duda le tocó vivir más de un bombardeo en Berlín, ya más hacia el final de la Segunda Guerra Mundial. Yo creo que Rosita, y esto no es más que una apreciación personal, se distraía de estos horrores con su carrera y sus amigos. Tal vez por eso siempre le gustó estar muy acompañada. Era una de las pocas formas de distraerse en una época marcada por la guerra.

-¿Qué piensas sobre su presentación en Suecia en 1943 en favor de niños judíos refugiados?

-Este hecho muestra esa dicotomía que tenía la cantante, demuestra también que ella no era nazi, como la etiquetan muchos. Se dejó impulsar por los nazis, sí, pero no se mostró partidaria del nazismo, y el hecho de ayudar a niños judíos a escapar, que cantara en una beneficencia a favor de ellos, demuestra eso, que efectivamente puede ser cierto que no le interesaba la política. Era una mujer muy sensible.

-¿Cómo vivía sus raíces chilenas?

-Siempre quiso ser reconocida como una cantante chilena. En Alemania firmaba como "Rosita Serrano de Chile". Era un orgullo ser chilena y siempre quiso ser reconocida aquí. Cantaba canciones autóctonas como "A motu yanei", que es una canción mapuche. Su guitarra la usaba no sólo para tocar las cuerdas, también la golpeaba, y silbaba maravilloso. Su voz podría haber sido perfectamente la de una cantante lírica, pero siempre quiso ser popular.

-¿Por qué dejó los escenarios?

-Son muchísimas las teorías al respecto. Hay quienes hablan de la posibilidad de que su voz se fue apagando y que desde ese orgullo de artista y diva nunca quiso que nadie supiera que los años afectaron su forma de cantar. Su sobrina, Sofía Aldunate, comentó que también pudo ser un mal que le afecta a toda su familia, de gran tradición artística.

Los autores dicen que Rosita cantaba y silbaba, era regia, alta y de personalidad excéntrica.


Los diarios que retratan al José Donoso más íntimo

Mariana Marusic y Maximiliano Misa Ediciones B 215 páginas

$14.000


"Rosita Serrano"


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