AFP, un problema económico
A modo de ejemplo, sólo un 16% cotizó por más de 30 años. Estos recibieron una pensión promedio superior a $ 650.000. Pero la mayoría cotizó muy poco. Los cambios no van por la línea de destruir el sistema, que objetivamente ha dado resultados, sino por fortalecer y corregir la situación de aquellos que tienen bajos salarios o no cotizan lo suficiente.
El sistema de pensiones chileno está en crisis, pero no una económica- financiera, sino una de carácter simbólico, porque ha perdido legitimidad y existe una enorme confusión sobre cómo funciona.
Hace años - a lo menos desde 1995 - varios expertos habían advertido que se requerían cambios al sistema, considerando que el país comenzaba a ver patente una tercera edad más prolongada y una menor tasa de natalidad. En 1980 la esperanza de vida al nacer de un hombre chileno era de 66 años, mientras que hoy es de 78 años.
Lamentablemente, fue muy poco lo que se consiguió en ese tiempo y las transformaciones siempre fueron menores, a pesar que diversas comisiones -dos encargadas en los dos gobiernos de la Presidenta Michelle Bachelet- propusieron una batería de proyectos para incrementar las pensiones.
Hoy, las AFP suman casi US$ 180 mil millones de ahorros de los cotizantes. Una cifra impresionante, cuyos dos tercios son explicados por la rentabilidad del sistema, vale decir, el modelo es bueno desde esa perspectiva. No obstante, y esto es igual de tajante, no es suficiente para que el trabajador logre una pensión digna para su vejez.
¿Pero qué explica lo anterior? Un estudio de la Asociación de AFP concluye que sólo uno de cada cuatro trabajadores que se pensionó cotizó durante más de 25 años y además el 52% registró aportes por menos de 15 años, menos de la mitad de la vida laboral.
El resultado anterior significa que más del 50% de quienes se jubilaron en 2015 no cumplió con el supuesto estimado en el diseño original del modelo de AFP, que contempla un ahorro continuo de, al menos, 30 años de vida laboral activa. Por ello, los resultados y molestia actual son previsibles.
¿Son las AFP las responsables, entonces, de esta realidad? Categóricamente, no, aunque efectivamente hay cosas que mejorar. El problema es otro y es más complejo. ¿Serán suficientes los anuncios presidenciales de la semana? Tampoco.
Un punto relevante tiene que ver con abordar el asunto desde un punto de vista serio y con la verdad. Acercarse al populismo sólo será un engaño.