Otra vez el Transantiago
Se trata de un fracaso rotundo desde todo punto de vista, con consecuencias totalmente insospechadas en materia financiera. Vemos con pasmoso asombro que cuando se trata de la capital, la vara simplemente no es la misma, porque en Chile la visión integral de la nación siempre ha resultado imposible para las autoridades.
Los nuevos resultados de la operación del Transantiago confirmaron que la evasión del pago del pasaje en los buses del sistema de transporte público metropolitano, no sólo no mejora, sino que parece ir peor.
Durante el último trimestre la evasión llegó al 30%, su máximo histórico desde la creación del servicio en 2007, según lo apuntó el director del Transporte Público Metropolitano, Guillermo Muñoz, quien afirmó que la cifra aumentó dos puntos en comparación al primer trimestre de este año.
A no dudar, se trata de una de las peores implementaciones de una política pública en el país.
Hace poco se cumplieron nueve años de la implementación del proyecto y desde entonces se han desembolsado más de US$ 4.433 millones en subsidios estatales para cubrir unos US$ 3.300 millones en pérdidas y una compensación de US$ 1.133 millones para regiones.
Un fiasco que para las regiones resultaría inimaginable.
Ciertamente se han anunciado una serie de mejoras que buscan hacer eficiente el sistema, pero sin lograr los indicadores esperados. Hace unos meses los nuevos contratos implementados por el Ministerio de Transportes permitirían abordar los costos asociados. La cartera busca recortar pérdidas, mediante la eliminación de transbordos y el traspaso de los costos generados por la evasión a las empresas. A la luz de la realidad, todo sigue en desarrollo.
"Nosotros hacemos un mea culpa, nos hubiera gustado tomar más medidas para que la evasión hubiese ido bajando, pero entendemos que es un tema complejo, estamos trabajando en estos temas junto a las empresas, pero también en el parlamento para poder incorporar en la ley mayores atribuciones a los fiscalizadores y también a ser más duros en el castigo y las multas", sostuvo Muñoz.
Pero la pregunta es ¿hasta cuándo? Resulta indispensable recordar cuántos proyectos de regiones se han echado abajo por no ser rentables; sin embargo vemos con pasmoso asombro que cuando se trata de la capital, la vara simplemente no es la misma, porque en Chile la visión integral de la nación siempre ha resultado imposible para las autoridades.