Nuestra sociedad, desde la abstracción y la economía política, está compuesta por cuatro actores interrelacionados: Los dueños del capital o Capital, los trabajadores o Trabajo, los miembros del Estado o Estado y los consumidores, siendo estos últimos el reflejo de las relaciones entre los otros tres.
Las relaciones entre estos, es decir los derechos y deberes de cada uno están regulados, para bien o mal, por el estado de derecho. Si bien en teoría el Estado debiera representar los intereses del bien común, cosa que en alguna medida ocurre, este está compuesto por personas que defienden también su propio estatus o rol.
A mi entender, la polémica pública actual esta principalmente centrada en la relación entre dueños del capital y Estado, y en bastante menor medida entre dueños del capital y trabajadores. Esto producto de que los poderes reales están fácticamente concentrados en el Capital y en el Estado.
Desde el siglo pasado somos testigos de los comportamientos de los aludidos actores donde la principal solución propuesta a los conflictos de intereses entre las partes, se ha materializado en el reforzamiento del poder del Capital o bien en el reforzamiento del poder del Estado utilizándose muchas veces el interés de los trabajadores como carne de cañón. En términos ideológicos fue la lucha entre capitalismo y socialismo, donde el socialismo real ha sido estatismo.
Hoy, en consideración a que el paradigma anterior está corroído y obsoleto, debiéramos concentrarnos en la relación entre capital y trabajo y desde ahí, irradiar hacia los otros actores dado que desde esa relación es posible explicar el crecimiento, el poder adquisitivo, los ahorros, la pobreza, las desigualdades y la insatisfacción que expresa parte importante de la sociedad.
La representación futura de la realidad en que los intereses de estos actores sean complementarios o sinérgicos, poco o nada se ha trabajado o polemizado. En una mirada de mediano y largo plazo, esa visión estratégica debiera impregnar nuestro estado de derecho enfatizando que capital y trabajo conjuntamente generan valor y por tanto debieran compartir en derecho y en porcentajes definidos, las utilidades que en la empresa se generen.
Marcos Simunovic P.
Consultor