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Carlos Gorostiza

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Falleció este mes una de las más importantes figuras del teatro argentino de los últimos 65 años, el dramaturgo y escritor Carlos Gorostiza.

Su obra se inscribe en el nuevo realismo y con "El Puente", estrenada en 1949, consagró dicha corriente en la escena argentina. Introduce el lenguaje que utiliza la gente y los grupos sociales en la calle.

Gran renovador, espíritu, alma y defensor del teatro independiente e impulsor del Teatro Abierto, mostró las difíciles situaciones sociales que vivía el país. Su obra no es panfletaria: jamás pierde su esencia dramática y su crítica se da a través del desarrollo de la acción, del contexto en que se desarrolla y la situación de sus personajes, involucrando al espectador en una realidad difícil y conflictiva.

Es autor de obras emblemáticas como "Los prójimos"; "El pan de la locura", "El juicio", ¿A qué jugamos? Sus obras realistas pueden contener escenas absurdas que sirven para enfatizar el mensaje. La crítica llega a ser despiadada.

En "El lugar" bordea el teatro reflexivo, de corte filosófico y absurdo y mantiene gran vigencia. Decía Gorostiza "Creer que la población puede continuar creciendo ilimitadamente en un planeta limitado es una utopía". "La brevedad, lo perecedero, lo efímero. La visión de este lugar inseguro resulta inquietante porque es inquietante la percepción de los que se agolpan en la puerta".

Murió a los 96 años, manteniéndose activo hasta el final. Ganó numerosos premios. Fue el primer Secretario de Cultura luego del regreso a la democracia. Fue profesor de Arte Dramático, Director teatral. Escribió más de 30 obras teatrales, seis novelas, un libro de memorias y poemas. En 2015 tuvo cuatro obras en cartel simultáneamente.

Hace pocos meses estrenó "Direcciones" con un elenco de actores menores de 35 años que habla de las inquietudes de la juventud. Y sobre su obra comentaba en una entrevista "Si vos vivís hoy, en la actualidad, estás joven". El siempre estuvo con su tiempo. Amaba la vida, y la vivió con intensidad y lucidez hasta el final.

María Sol Durini

Director de la película "Coach": "Wendy Sulca es un fenómeno"

ESTRENO. La popular cantante peruana protagoniza el largometraje del realizador chileno Leonardo Medel.
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La popular cantante peruana Wendy Sulca, saltó al cine de la mano del chileno Leonardo Medel, quien la convirtió en su musa y protagonista de una película poco convencional en la que la intérprete encarna a una joven cocinera que se transforma en una coaching ontológica.

Medel estudió dirección y guión en la Escuela de Cine de Chile y antes de "Coach" ha hecho cuatro películas, tres de ellas ya estrenadas. "Son trabajos que están en un ámbito un poquito más experimental, en el área del uso de nuevas tecnologías aplicadas al cine; una de ellas fue "Papá o 36 mil juicios de un mismo suceso", que hice entre el 2006 y el 2008, y que la protagonizó Willy Semler. estaba hecha para DVD y cada vez que le dabas play se generaba una nueva versión".

Dice que su afán por hacer películas especiales se debe a que es un cineasta de esta generación, uno al que le gusta el cruce entre tecnologías, interactividad y cine, así como tener una conexión directa con las redes sociales. "El espacio visual se está desmembrando y tiene infinitos canales, el cruce entre cine y tecnología es natural y medio inevitable en nuestro tiempo; igual hay quienes no transitan por ahí, pero el espectro de lo visual en Chile en muy amplio e interesante: desde Larraín haciendo películas en Hollywood hasta José Luis Sepúlveda haciendo cine en las condiciones más precarias que existen".

Cuenta que "Coach" no es una película de planos pegados y contemplativos, que tiene un ánimo de pasar rápido. Con su productora, Merced, siempre tuvieron la idea de hacer una película protagonizada por una peruana que vive en Santiago y con el productor, Juan Pablo Fernández, pensaron en la cantante Wendy Sulca como protagonista. Pudieron llegar a ella por un teléfono que tenía en su Facebook y mediante su manager pudieron hablar con ella. Luego de un mes de esta conversación, viajó a Lima y escribió el guión teniendo a Wendy en mente.

¿Por qué te atrajo el tema del inmigrante?

-Queríamos mostrar esa realidad en diferentes estatus, no creo que la inmigración solamente sea una tragedia o un problema, creo que tiene unas mecánicas diversas y aporta la diversidad que alimenta a un sistema que puede estar paralizado. Creo que una de las cosas más interesantes que ocurren en Santiago es que está lleno de inmigrantes de nacionalidades diferentes que enriquecen nuestra cultura y generan prácticas nuevas.

¿Y cómo ves que reaccionan los capitalinos?

-Tengo la sensación de que quienes llevan mucho tiempo en Santiago no es de su agrado, preferirían que la ciudad fuera más conservadora; con ese estancamiento de la transición, hay gente que se acostumbró a vivir así. A mí me parece que es muy explosivo y entretenido que lleguen, sobre todo para el ámbito de lo visual y lo estético, es un terreno muy cinematográfico.

¿Y qué habrá detrás del disgusto?

-Creo que Chile es un país eminentemente conservador y esa defensa, entre comillas, de la raza chilena es muy extraña. El chileno no es alguien que se declare siendo alguien, que se reconozca por ser. La mayor parte de las veces, el comportamiento chileno tiene que ver con no ser, con definirse en base a no ser esto o aquello, "no soy español, ni soy indio". Son pocos los que dicen "somos esto", quizás Armando Uribe o Miguel Serrano hicieron articulaciones poéticas en las que definían a Chile de alguna forma, pero eso no es masivo.

¿Y qué postura asumes frente al fenómeno del coaching?

-El coaching ontológico lo encuentro interesante porque es un producto chileno de exportación, como las manzanas y el vino. Es un producto manufacturado que tiene que ver con un ámbito intelectual, no solamente con la visión del empresariado chileno, que nunca ha sido Ford en términos de producción. Es más bien por el lado de la explotación de un recurso hasta que lo gasta.

¿Y te pareció interesante como visualidad?

-Claro, las cosas que hacen no distan mucho de lo que se muestra en la película. Son espacios de experiencias rituales y cosas por el estilo. Hay escuelas diferentes, algunas funcionan mejor, otras peor, hay unas más chamánicas, otras más vinculadas a la producción, hay unas más serias y otras más dadas a la charlatanería. Y claramente hay un segmento de gente que le dice coaching a cualquier cosa porque suena bien.

Pero tú solo registras el fenómeno, no tienes una mirada crítica

-Sí, me interesa sólo el registro, no me interesa emitir opiniones, creo que estamos sobre cargados de opiniones con Twitter y Facebook. La película parte más bien de preguntas, ¿qué significa hoy vivir en Santiago de Chile?, más que de respuestas, y creo que hacer la película me la entrega. Además, el cine debe generar misterios y espacios de indeterminación, que es la verdadera actividad de resistencia, o revolucionaria, poner en cuestión, no seguir afirmando cosas.

¿Por qué escogiste a Wendy?

-Porque es una estrella pop realmente. Todo el mundo quiere sacarse fotos con ella. Estuve con ella hace diez días y es impresionante como la paran en todos lados. Ella es un fenómeno, una imagen que la precede incluso como persona.