Eugenio Sugg Gálvez
Crítico del gobierno, los empresarios y -aunque solapadamente- también de la actual directiva de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), de la cual es vicepresidente, se mostró Nolberto Díaz.
El dirigente estuvo esta semana en Antofagasta ofreciendo una charla. A pocos días que se cierren las inscripciones para elegir a la nueva directiva de la central sindical, Díaz aprovechó su visita para fijar su postura ante una serie de temas como la reforma laboral, el rol de la CUT y las AFPs.
¿Qué se juega la CUT en esta nueva elección?
-Este proceso pilla a la CUT y al país en un momento de cambio, molestia, rabia y protesta ciudadana, por lo tanto no es una elección cualquiera. Creo que ésta es la que tiene más importancia para el país, porque la crisis de autoridad y confianza en Chile rompe su esquema con el movimiento sindical, que pese a todo sigue teniendo más credibilidad que los partidos políticos y otras instancias ciudadanas. Por tanto, la CUT debe responder a ese desafío con una organización autónoma de los partidos y del gobierno de turno.
No podemos ser un apéndice de los partidos de la Nueva Mayoría ni una oficina pública dependiente del Ministerio del Interior.
¿Cree que la actual directiva se convirtió en eso?
-No, pero creo que tenemos que hacer una profunda reflexión sobre la tarea que hemos emprendido estos cuatro años. Intentamos empujar al gobierno hacia un proyecto de reforma laboral que terminó siendo mucho menos de lo que esperábamos. Nos hemos enfrentado con un gobierno que intentó durante las últimas horas modificar el DS 3.500 que rige a las AFPs pretendiendo ampliar su portafolio de inversiones para que sigan haciendo negocios, y sin embargo ninguna de estas aperturas ha significado que los trabajadores tengan mejores pensiones.
Los empresarios disponen libremente de nuestros ahorros con el auspicio del gobierno y los trabajadores no.
¿Cree que el gobierno ha sido contradictorio en ése u otros temas?
-Claro. Hemos tenido al frente a un gobierno de profundas contradicciones, que dice que quiere hacer una reforma laboral, pero termina mandando un proyecto de modernización de las relaciones laborales que es absolutamente insuficiente. Por cada derecho que se avanzaba, se incorporaba una letra chica que cuestionaba ese derecho.
¿Perdieron la capacidad de criticar o presionar al gobierno?
-Lo que hemos tenido es un gobierno sordo, que sólo se escucha a sí mismo o a los empresarios. El proyecto de reforma laboral está lleno de letra chica.
¿Temen que el actual estado del proyecto pueda prestarse para nuevas modificaciones?
-Tenemos certeza que la decisión del Tribunal Constitucional en torno a eliminar la palabra "sindicatos" del proyecto de ley es atentatoria contra el espíritu de la reforma, que era para emparejar la cancha con los débiles y no para garantizar al empresariado pactos de adaptabilidad, aumentos de quórum y la mantención de la negación del derecho a huelga de las empresas estratégicas.
¿Están conformes con la reforma?
-Aunque reconocemos algunos avances, éstos son insuficientes respecto de la gran deuda que hay con el mundo del trabajo. Nuestro gran desafío es terminar con el actual plan laboral y eso implica terminar con las AFPs y con el DL 600 (sobre las inversiones extranjeras en Chile).
En esta zona hubo varios episodios de despidos masivos y los trabajadores ha sido muy críticos del rol de las organizaciones sindicales...
-Tenemos que aceptar las críticas, hemos cometido errores en estos tres años. Además, el gobierno de la Nueva Mayoría abusó de la confianza de la CUT y no respondió con la premura y profundidad que hubiéramos querido.
Pensiones
Junto con responsabilizar al gobierno por su "mal manejo económico" y la alta tasa de desempleo, Díaz escarbó en el tema del momento: los cambios al sistema previsional.
¿Hay acercamiento con el gobierno por el tema de las AFPs?
-Con el gobierno ha sido imposible tener acercamientos en esta materia. Insistieron en la Comisión Bravo -creada para analizar cambios al sistema- que terminó tal como nosotros adelantamos, es decir, en una instancia inútil que terminó concluyendo que hay que trabajar y cotizar más años. ¿Qué novedad hubo? Ninguna, para eso hubiéramos escuchado las recomendaciones de las AFPs que son prácticamente las mismas. Sólo sirvió para justificar los argumentos de las AFPs.
¿Qué propone la CUT en esta materia?
-Chile tiene que abrir un debate para establecer un sistema de reparto, sólo en siete países del mundo no existe un sistema de reparto.
¿Cuál debe ser el rol del Estado en este sistema?
-El Estado debe garantizar pensiones dignas y acceso a la salud por la vía que estime conveniente, para eso es necesaria la libre elección. Cada uno es dueño de sus ahorros y sabe donde los pone, si en un sistema de AFP o de reparto, solidario entre generaciones y con aportes del Estado, empleadores y trabajadores.
Se dice que es un peligro liberar los ahorros previsionales por temor a que los trabajadores los gasten en cualquier cosa...
-Los que se han gastado la plata en cualquier cosa son los grandes empresarios que han usado los fondos de pensiones como préstamos para sus empresas y éstas no han generado las utilidades suficientes como para generar pensiones dignas para los trabajadores.
"El gobierno de la Nueva Mayoría abusó de la confianza de la CUT y no respondió con la premura y profundidad que hubiéramos querido"."