Eugenio Sugg Gálvez
"Antofagasta debe tener una de las mayores brechas -sino la mayor- en infraestructura de todo el país". Con esas palabras el gerente de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Javier Hurtado, resumió la situación regional en una materia considerada fundamental para el desarrollo de las regiones.
Esta semana Hurtado presentó en Antofagasta el informe "Infraestructura Crítica para el Desarrollo (ICD)", el que estimó en US$151.417 millones la inversión requerida para evitar que aumenten los déficit a nivel nacional en esta área durante el período 2016-2025.
El ICD analiza 12 dimensiones, agrupadas en tres ejes estratégicos: Infraestructura que nos sostiene o basal (recursos hídricos, energía y telecomunicaciones), infraestructura que nos conecta o logística (vialidad interurbana, aeropuertos, puertos y ferrocarriles) e Infraestructura que nos involucra o social (vialidad y transporte urbano, espacios públicos, infraestructura educacional, hospitalaria y penitenciaria).
¿Cuál es el sentido de este informe?
-Busca mirar qué debiéramos hacer en los próximos 10 años para evitar los problemas que tenemos hoy, como la congestión, por ejemplo. Primero nos planteamos al estándar de desarrollo que vamos a tener en la próxima década. Si vemos las cifras del FMI es posible que el país crezca en torno al 3% o 4% anual, lo que significa que al final de ese periodo estaríamos llegando a un ingreso per cápita entre US$30 mil o US$35 mil, lo cual es un ingreso de un país medio.
Entones la pregunta es cuál es el estándar de infraestructura de esos países, para compararnos.
¿Con qué países se compara?
-Miramos países equivalentes. Dos europeos, Italia y España, y Nueva Zelanda, que tiene hoy un ingreso per cápita similar al proyectado para Chile, entonces vemos qué es lo que requiere Chile para lograr un estándar de infraestructura igual o similar a esos países.
Este enfoque es poco tradicional, porque lo normal es ver el futuro en torno a los proyectos que todos conocen -que es lo que hace Obras Públicas normalmente-, pero eso no es suficiente porque hay muchas iniciativas que no están en la cartera, pero que son muy necesarias acorde al desarrollo que tendrá el país.
Llevándolo a esta región, que tiene el ingreso per cápita más alto del país y una carencia importante de infraestructura, esa brecha debe ser aún mayor...
-¡Tremenda! Antofagasta debe tener una de las mayores brechas -sino la mayor- en infraestructura de todo el país. Y de hecho, se da el absurdo que siendo una región que genera tantos ingresos, no sea ésta la mejor región del país.
Si tú vas a zonas mineras en Australia, te darás cuenta que las ciudades equivalentes a Antofagasta son desarrolladas, porque pueden ofrecer que las empresas se establezcan con buena calidad de servicios y su gente se quede ahí, con buenos colegios, salud, recreación necesarios para ese nivel de gente, mientras acá esa gente opta por venir a trabajar y vivir en otras regiones.
De acuerdo al informe preparado por el gremio, a nivel nacional son las áreas de Vialidad y transporte urbano (US$54.020 millones) y Telecomunicaciones (US$26.346 millones) las que requerirán mayor inversión durante la próxima década.
Vialidad
¿En qué sectores están las mayores brechas de infraestructura?
-Un tercio de esos US$151.417 millones estimados para el país se explican por el subsector Vialidad y transporte urbano, eso es porque el mayor déficit que une ve desde el punto de vista de la ciudadanía es la calidad de la ciudad. Hay sectores en las ciudades con muy buenos estándares-normalmente zonas de altos ingresos-, pero otros con muchas carencias, que no tienen veredas ni calles adecuadas, sin espacios públicos ni iluminación.
El 90% de los chilenos vive en zonas urbanas y su calidad de vida depende de estándares como la movilidad urbana.
Antofagasta es todo un caso en esa materia...
-Es el caso de Antofagasta. Basta comparar el borde costero con lo que está más arriba ¿Cómo te conectas? hay un problema tremendo. Hay ciudades de grandes extensiones que no aprovechan sus cascos históricos para hacer un buen plan de densificación urbana razonable y bien hecha, y así no producir tremendos movimientos de gante para llegar a sus lugares de trabajo, como lo que sucede hoy en Antofagasta.
¿Qué otras áreas se identificaron con mayores deficiencias en la zona?
-Las conclusiones son más bien nacionales, pero es evidente que en la región hay áreas que requerirán inversión. Por ejemplo, aunque en la zona se han hecho importantes obras de control aluvial, existen nuevos requerimientos en este tema por un monto aproximado de US$80 millones.
En el caso del aeropuerto de Antofagasta, estimamos que el 2018 ya superará su actual capacidad de pasajeros en horas punta y que para 2025 requerirá 5.600 metros cuadrados más de superficie, algo similar sucede con el Puerto de Antofagasta que a 2017 habrá alcanzado su límite de capacidad.
¿Es factible que el Estado emprenda una inversión de esa magnitud?
-Es mucha plata, no hay presupuesto público que aguante esa inversión, menos en las actuales condiciones. Hay algunas áreas que deben ser subsanadas por el Estado quizás por unos US$20.000 millones en los 10 años, pero el resto debe ser desarrollado por privados -como en el área eléctrica- y otras vía concesión, como carreteras, zonas urbanas, hospitales y cárceles, por ejemplo.