Hace unos días el fiscal regional, Alberto Ayala, reiteró su preocupación por el estado actual del centro de la ciudad, en especial refiriéndose al denominado popularmente 'barrio rojo'. No cabe duda que allí enfrentamos un problema mayúsculo que la ciudad ha sido incapaz de afrontar.

Certeramente el persecutor dijo que no se trata de apuntar a la eliminación del "negocio", sino de mantenerlo controlado.

"Quienes creen que se puede eliminar no entienden lo que es un fenómeno delictivo. Lo que pretendo es tener un control regulatorio fuerte para contener el microtráfico y el tráfico de drogas, hacer juicios y condenar", sostuvo.

El tema es de larga data en la capital regional. La ciudad ha intentado mejorar los indicadores de seguridad, con avances relativos. Los archivos existentes dan cuenta que hace más de una década la discusión era similar. ¿Cómo controlar y mejorar la calidad de un sector tan relevante?

Ciertamente el perímetro céntrico tiene a lo menos dos caras. Una es la diurna, donde destaca la enorme cantidad de servicios públicos y privados prestados diariamente a miles de personas; y otro es el rostro que aparece apenas cae la noche. El microtráfico es una realidad visible en varios puntos, la prostitución, todo lo cual redunda en una pérdida de un espacio cívico que debe cumplir y debe ostentar otro perfil.

Ciertamente tener el espacio céntrico abandonado al temor habla mal de la construcción de ciudad que hacemos y esto no es responsabilidad de carabineros, sino de las autoridades competentes. Por años, la venta de alcohol y el ocio en restaurantes, pubs, cabaret y otros locales se ha confundido con el relajo en el cumplimiento de la legislación y allí está uno de los vicios sustantivos.

No se trata de caer en un discurso moralista, sino de generar un orden que permita, primero, entregar seguridad a quienes transitan y viven en el sector. Después viene lo demás. Antofagasta requiere mejorar este sector, definitivamente el más importante de la comuna. En época de elecciones los candidatos podrían evaluar alternativas en ese tenor.

El actual escenario de la actividad política se señala como una pérdida de confianza de la ciudadanía en sus representantes, poniendo en riesgo el sistema democrático de gobierno.

La democracia se basa en grandes pilares como la independencia de los poderes del Estado, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en la cual cumplen un rol fundamental los partidos políticos, que son los llamados a recoger las inquietudes ciudadanas y a través de sus representantes transformar éstas, ya sea en leyes o políticas públicas.

El país conoció de estas grandes ideas en el siglo pasado; por un lado la segunda mitad del siglo, como, la tierra para el que la trabaja o los medios de producción para los trabajadores, pasando los últimos treinta años a la idea base que el mercado es el mejor asignador de recursos.

Una y otra han fracasado, el mercado como asignador de recursos sin una política de estado de control y dirección en sentido país demuestra sus falencias de forma evidente en la proliferación de pseudas universidades de pizarrón.

Hoy la falta de propuestas macizas llevan a que un actor fundamental de la democracia, los partidos políticos no recojan las inquietudes de los ciudadanos y las transformen en propuestas de gobernanza y los lleva a entrar en una lucha del poder por el poder, donde todo vale, inclusive la recepción de aportes económicos del contrario, ante la perplejidad de los electores que con humildes salarios intentan sacar adelante sus familias.

La poca sintonía de la clase política con los nuevos desafíos que el desarrollo plantea a la sociedad no son recogidas por ésta. Como ejemplo, uno de los grandes desafíos y que moviliza a miles de ciudadanos, es el tema medioambiental, ninguna colectividad política ha formado en su seno un departamento de medioambiente, que sea capaz de multidisciplinariamente plantearle a la los electores una propuesta integradora y que apunte a avances en este fundamental tema.

Por lo cual, tenemos la irrupción de movimientos, que abocados a un solo tema, no son capaces desde el ámbito de la gran política de estado lograr políticas públicas y finalmente en la práctica tenemos, por un lado, electores que no participan y por otro sobran candidatos y faltan ideas.

Tomás Müller S.

Empresario

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