17 años y medio de cárcel para el homicida de prevencionista
JUICIO. Félix Franco fue golpeado dos veces por operador con pala de una retroexcavadora en Antofagasta.
Su madre y sus hermanas Issis y Javiera lloran su partida. Sus amigos sienten a diario el vacío que dejó. Ya no escucharán su risa contagiosa, ni sentirán su alegría y positivismo. Félix Franco Balbuena ya no está físicamente en este mundo.
Desde ayer, su familia y sus incondicionales amigos comenzarán a cerrar un ciclo, a vivir de otra manera el duelo, luego que el Tribunal Oral de Antofagasta diera lectura a la sentencia tras el asesinato de Félix, ocurrido el 2 de septiembre del año pasado.
Los jueces, que durante casi una semana conocieron los argumentos de la parte acusadora y la defensa, resolvieron condenar a F.F.G. (52), a una pena de 17 años y 183 días de presidio por el delito de homicidio calificado, considerando la agravante de alevosía.
El fiscal Juan Castro Bekios había solicitado la aplicación de 17 años de presidio, mientras que la parte querellante, apostaba por una condena de 20 años de presidio. Al término de la audiencia, el representante del Ministerio Público se mostró satisfecho por la pena que dictaron los magistrados.
Los familiares del prevencionista de riesgos asistieron a todas las instancias del juicio, soportando los dolorosos detalles que se dieron a conocer, relacionados con la forma en que se produjo la muerte del profesional.
Familia
Félix Franco vivió un tiempo con su familia en Estados Unidos, luego se trasladaron a Santiago y finalmente se radicaron en Antofagasta, en la década de los 90'.
El profesional tenía una intensa vida social, era un asiduo visitante del balneario Hornito, donde organizaba partidos de futbolito. Era muy sociable, le gustaba la música y era hincha incondicional de la Universidad de Chile.
Sus amigos organizaron un campeonato que llevó su nombre a modo de homenaje.
En tanto, F.F.G., el acusado de 52 años, es un operador de maquinaria con experiencia, al menos 25 años en el oficio, según dijo él mismo en el tribunal. Es casado y padre de familia, y siempre insistió junto a su defensa, que todo se trató de un accidente laboral. Hay que precisar que el Tribunal dispuso no difundir su nombre hasta diez días después de ejecutoriada la sentencia.
En tanto, el dueño de la empresa de grúas en la cual prestaba labores el operador, lo definió como un hombre sencillo y de buen trato que en los 4 años que trabajaba a su servicio, nunca había presentado ningún problema.
Explicó que el día de los hechos F.F.G. lo llamó por teléfono para informarle que la retroexcavadora que había sido arrendada a Félix Franco estaba sin combustible.
En paralelo recibió un llamado del prevencionista que le dijo que había tenido un altercado con el operador.
La muerte de Franco ocurrió luego que fuera golpeado con la pala de la retroexcavadora.