Hace unos días fue conmemorado el Día Mundial del Cáncer de Piel y la Corporación Nacional del Cáncer (Conac) ha realizado un llamado a que las personas aprovechen estos meses en que la piel no está sometida al bronceado para autoexaminarse y acudir a un control dermatológico.
Es justamente este período del año en el que se ve un incremento de las consultas, debido a lunares o manchas extrañas y aumenta el diagnóstico de cáncer, ya que en el verano los chilenos están más enfocados en las vacaciones.
La atención respecto de esta enfermedad comenzó a crecer cuando la comunidad se enteró del adelgazamiento de la capa de ozono en la atmósfera, encargada de filtrar los dañinos rayos UV del sol. En los años 90 ya había una mayor conciencia respecto a los peligros de la exposición prolongada al sol sin protección, que hoy es la base para campañas preventivas e incluso, se crearon normas que buscan proteger especialmente a los trabajadores que pasan largas horas bajo los rayos solares.
Datos de la Organización Mundial de la Salud indican que en los últimos cinco años la tasa de cáncer a la piel en Chile ha aumentado de 20 a 25 casos por cada 100.000 habitantes, ubicándose como el tercer cáncer más común. En el mundo, cada año se diagnostican más de dos millones de casos de la enfermedad. El primero es más agresivo, y afecta a las capas más profundas de la piel.
En Chile, en los últimos 15 años, han fallecido más de 3.500 personas por esta causa. Un 54% de ellas eran hombres, en su mayoría sobre los 71 años. En el caso de las mujeres, la enfermedad se presentó en edades más avanzadas. Una proyección del Instituto Nacional del Cáncer revela que en nuestro país una de cada diez personas desarrollará algún tipo de esta enfermedad a la piel, un riesgo que está presente en todo el territorio nacional, siendo uno de los grupos más expuestos el de los trabajadores agrícolas, quienes se someten a largas jornadas bajo el sol. Por eso, es necesario que las personas sean especialmente cuidadosas y aprovechen de examinarse la piel.