Un reciente estudio sobre el transporte público arrojó varias conclusiones que vale la pena tener en cuenta para proyectar un servicio de mayor calidad en Antofagasta y, por consiguiente, de entregar una mejor calidad de vida a sus usuarios.
Algunos de los temas que llaman la atención son los numerosos reclamos que llegan a la seremi del ramo por malos tratos a los pasajeros, incumplimientos de recorridos y cobros de tarifas, tanto en el TransAntofagasta como en los taxiscolectivos.
Si bien hay esfuerzos importantes en los gremios por cautelar un buen servicio, aún hay mucho por hacer. Los problemas descritos se repiten desde hace años con diferentes matices y desalientan el uso de este medio de transporte.
Este último punto es clave para Antofagasta, con 31 kilómetros de extensión, escasas vías estructurantes, calles congestionadas y un crecimiento anual del parque automotor de 8%, situación que añade una presión adicional a todo el sistema.
De ahí la necesidad de proyectar el transporte público como un medio eficaz y de calidad para satisfacer las múltiples necesidades de los antofagastinos, quienes muchas veces pierden horas sobre estas máquinas debido a recorridos agotadores y sin sentido.
En países europeos, la locomoción colectiva juega un rol trascendental en la vida de las ciudades para desincentivar el uso del vehículo particular. Todo ello acompañado del concepto de descontaminación y donde la bicicleta gana cada día más adeptos.
Por el momento, estamos lejanos a esa realidad, pero hay pasos interesantes tendientes evitar el eterno peregrinar en los taxibuses, como es el caso de los recorridos directos, aunque con un discreto impacto comunicacional.
Por eso tras la "caída" del proyecto del metrocable, es necesario que nuestras autoridades tengan una carta de navegación clara para los próximos años, en un tema tan sensible como es el transporte público y que resulta clave para el futuro.
Aquí no se puede improvisar, ni menos dejar al azar del mercado. Hay que pensar la Antofagasta que queremos de aquí a las próximas décadas.