"Chile es un merecido campeón de la Copa América y hoy juega mejor que Argentina".
César Luis Menotti — DT trasandino campeón del mundo en 1978
"Es muy importante cómo se ganó, con muy buenas armas, sin goles con la mano".
Arturo Salah
Presidente de la Anfp tras victoria de La Roja
El ejercicio democrático es siempre una expresión de justicia y equidad social. La discusión, el debate y la crítica enriquecen este proceso que tiene como momento cúlmine el día de una elección: es ahí donde la ciudadanía nos recuerda que es la que tiene el poder.
En una democracia joven como la chilena y que ha visto coartado este derecho durante tantos pasajes de nuestra historia, una elección es un espacio de celebración, un hito republicano. Por eso lo ocurrido en las pasadas primarias municipales impacta: no estábamos acostumbrados a ver un proceso en el que participe un grupo de la población más reducido al habitual.
Pero dejando de lado a los agoreros de los malos tiempos, quiero destacar los beneficios y oportunidades del ejercicio vivido el fin de semana. Nunca habíamos tenido la posibilidad de abrir definiciones electorales abiertas al pueblo. Parece que se nos olvidara que hace sólo algunos años estas mismas decisiones las tomaban un grupo de personas desde una oficina en Santiago.
En Antofagasta concurrieron más de 4 mil ciudadanos. En las circunstancias actuales por las que atraviesa la política, estos 4 mil votos representan 4 mil personas vinculadas con la democracia y -la mayoría de ellos- con la militancia activa en partidos políticos. No es posible sostener que la ciudadanía no está interesada en participar si tenemos el dato concreto de que hay militancia activa y viva en cada partido.
Estas primarias son un punto de inflexión. Una marca que hoy no somos capaces de ver en su total dimensión. Nunca más en Chile el poder se ejercerá de la misma forma, porque el ciudadano tendrá la oportunidad de entrometerse en la pieza cerrada donde antes se tomaban esas decisiones y derribar las paredes.
Es esta la oportunidad de mejorar nuestra democracia e introducir en la discusión el voto electrónico, el voto en el extranjero, el voto por correo u otras iniciativas similares. Pero puesta en su real dimensión y para las consecuencias que tienen, las Primarias Municipales fueron un excelente paso hacia una democracia profunda.
Marcos Espinosa
Diputado de la República
El tercer alcalde, don Lindor Castillo Urízar, había solicitado a la Municipalidad un proyecto de acuerdo para que fuera solicitado al Estado la creación del Departamento de El Loa y la supresión del municipio de Caracoles. El alcalde, doctor Poblete, dijo que este asunto debería revisarse en detalle, sin consideraciones políticas.
El teniente general retirado, Juan Carlos Onganía, asumió la presidencia argentina asegurando que defenderá a "su patria del extremismo". El uniformado fue puesto en el lugar por la "junta revolucionaria" que derrocó a Arturo Illia, a quien se acusa de malas decisiones que derivaron en una situación anárquica en el país trasandino.
Gracias al voto de 153 académicos, el vicerrector de la Universidad de Antofagasta, Luis Alberto Loyola, fue elegido rector de esa casa de estudios. El académico asumirá el cargo hasta el año 2010. "Me siento muy feliz, éste es un triunfo en beneficio de la Universidad de Antofagasta", dijo la nueva autoridad.
Imborrable es la imagen de la Selección Chilena alzando el trofeo de la Copa Centenario en Estados Unidos. Se trata de un hito de nuestro deporte y del fútbol, que siendo el más popular, no tiene un palmarés elogioso en 100 años de práctica.
Hasta antes de estas hazañas, nuestro fútbol siempre fue pobre en resultados internacionales, en comparación a esfuerzos individuales de deportistas como Marcelo Ríos, Nicolás Massú y Fernando González, en el tenis; Tomás González, en gimnasia, o el fallecido Carlos de Gavardo, en motociclismo.
Hasta la Copa América de 2015, la Selección Nacional estaba al debe en logros deportivos, exceptuando el tercer lugar en el Mundial del 62, o el bronce en las Olimpíadas de Sidney 2000, entre otros torneos. Faltaba la gran proeza, que ocurrió el año pasado ante Argentina y -por si alguna duda hubiese quedado- fue refrendada este domingo ante el mismo rival, también a penales, esta vez en EE.UU.
Chile es poseedor de la Copa América hasta el 2019, cuando deberá defenderla, y además logró el trofeo de la Copa Centenario, organizada por la Conmebol y la Concacaf.
Con estos trofeos que han llevado alegría al país, la tarea está más que saldada y miramos con otra mentalidad lo que viene, respetando siempre al contrario, pero ahora sabiendo que se puede aspirar a más y que nada es imposible. Chile tiene bien ganado un nombre internacional, fruto de un trabajo serio que comenzó con Marcelo Bielsa, que germinó con Jorge Sampaoli, y que ha sabido mantener Juan Antonio Pizzi.
Pero hay otras enseñanzas que deja este torneo. El compañerismo, la disciplina, el esfuerzo colectivo, la perseverancia y las ganas de ser mejores, son un gran espejo para miles de niños.
El deporte asoma como una ventana de superación personal y de paso permite erradicar algunos flagelos de nuestra sociedad. El sacrificio y el trabajo en equipo siempre tienen su recompensa, gracias a un cambio de pensar para enfrentar los desafíos. Y es que el fútbol es capaz de lograr estos pequeños milagros de unir a todo un país en torno a un triunfo histórico y mirar la vida desde otra perspectiva.