"Más independencia, dar más libertad a los países de la unión, pensar otra forma".
Papa Francisco — Comentarios del pontífice luego del Brexit
"Derecho a que se devuelva nuestro mar, a que se respeten las aguas del Silala".
Evo Morales
Presidente de Bolivia reclama contra Chile
Excelentes noticias fueron conocidas esta semana. La capital regional sumará 18 kilómetros de ciclovías que unirán el sector sur y norte de la ciudad, gracias al convenio "Antofagasta en bicicleta" suscrito por el Creo Antofagasta, Antofagasta Minerals (Amsa) y el sector público.
Se trata de una buena noticia porque es un paso adelante en el objetivo de crear una ciudad más amigable. La bicicleta, aunque poco usada con fines de transporte para el trabajo o acciones cotidianas, tiene interesantes resultados para el deporte o la práctica familiar.
Esto es apreciable en las tardes y especialmente durante los fines de semana, con innumerables familias usando el borde costero regional, en especial niños, detalles que dan vida a una ciudad que reclama espacios de este tipo, en especial cuando son de encuentro. Pero no es lo único. Este convenio busca fomentar el uso de este tipo de transporte en la ciudad a través de infraestructura y programas.
En efecto, se ha estimado que el uso de la bicicleta representa menos del 3% de los viajes realizados en la comuna, demasiado poco para una ciudad que tiene un clima privilegiado y posibilita el uso de este transporte.
Los 18 kilómetros de redes viales urbanas de bicicleta desglosarán con tres kilómetros que ya están en ejecución de los 6,7 Km. que ejecuta el Serviu, que conecta la avenida Salvador Allende, el sector del parque Brasil y la Costanera Central. Este trayecto contempla una inversión de 1.093 millones.
El segundo tramo de cinco kilómetros entregará conectividad entre el norte y centro de la ciudad a través de las calles Carlos Oviedo Cavada, Pedro de Valdivia y Matta. Mientras que los otros 10 kilómetros corresponden a los ejes Prat, Baquedano, Maipú, 21 de Mayo, Copiapó, Salvador Reyes, además de Esmeralda, Eduardo Orchard y Galleguillos Lorca que complementan la red vial urbana.
Sin duda se trata de un ejemplo de que el trabajo público y privado sí funciona cuando hay proyectos.
La ciudad necesita muchas más de estas acciones para seguir escalando en sus objetivos.
Un despacho fechado en Nueva York informaba que, según noticias alemanas originadas en París, la batalla de Verdún se hallaba en sus últimas fases.
Precisaba que las tropas germanas avanzaban por el este de la zona del Meuse con muchas fuerzas, lo que hacía decaer a las tropas galas.
Francia realizaría su primera explosión atómica en el Pacífico sur, dijeron fuentes oficiales, luego que el presidente de ese país, Charles de Gaulle regresara de su viaje a la Unión Soviética. En efecto, desde Tahiti, los franceses advirtieron que no se hiciera navegación, ni viajes aéreos en la zona del Atolón de Mururoa.
Prácticamente ciego quedó el telescopio espacial Hubble debido que su cámara principal dejó de funcionar, informó el Space Telescope Science Institute, centro gestionador de la unidad. Sin embargo, también se confía en reparar el desperfecto desde la tierra. La cámara fue instalada en 2002 en un viaje realizado por el Columbia.
Gigafactory: así se llama la fábrica que Tesla Motors abrirá a fines de julio y cuya principal función será la producción de baterías de iones de litio.
Su nombre no es casual. Con una inversión inicial de US$5.000 millones, ésta se convertirá el 2017 en la mayor fábrica de baterías del mundo y se estima que al 2020 -cuando alcance su máximo nivel de producción- será capaz de crear medio millón de baterías al año.
Parte importante de esta producción es para abastecer un mercado que crece con fuerza: el de los autos eléctricos. La misma Tesla proyectó ventas de 500 mil automóviles para el año 2018 y la producción de un millón de unidades para 2020.
Tesla es sólo un ejemplo de un gigantesco negocio. Según la consultora Allied Market Research el mercado mundial de baterías de ion-litio crecerá en los próximos años a tasas de un 11% anual y podría generar negocios por US$46.000 millones al 2022.
Negocio en el cual nuestro desierto de Atacama juega un rol estratégico. Somos un productor atractivo al poseer el mayor depósito de litio en salares con bajos costos de extracción a nivel mundial, participando de un "nuevo y fugaz" minuto único en la vida: un mercado cuya demanda está creciendo de manera exponencial y con precios que se han duplicado en cuestión de meses.
Lo anterior abre una interesante oportunidad de futuro o al menos plantea la urgente necesidad de preguntarnos si queremos ir más allá de la simple exportación de salmuera de litio o de sub productos con poco valor agregado, que el 2012 le significaron a Chile US$305 millones según consta en el informe de la comisión chilena del litio.
Sin duda es hora de abrir el debate y dejar de poner las fichas en la sola extracción del recurso para ponerlas en la inversión en talento y tecnología. Es hora de pensarnos seriamente desarrollando desde las regiones involucradas: investigación, procesos industriales más complejos, que agreguen valor a lo que exportamos e incluso transformen esa materia prima en productos manufacturados, para no quedarnos -ésta vez- al margen del gran negocio que significará este nuevo oro blanco.
Esther Croudo Bitrán
Gestión de innovación