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"Si entregaste o te obligaron a entregar una guagua en 1982, podrías ser mi mamá"

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Cristian Ascencio Ojeda

"El 2009 mi mamá me cuenta que soy adoptado, después de la muerte de mi papá. No me sentí mal, ni avergonzado. No lo sentí como una desgracia", relata Ricardo Pino, técnico electrónico de 34 años, al recordar el día en que confirmó lo que venía sospechando desde niño.

Hace dos años, después de conocer los casos de adopciones irregulares del cura Gerardo Joannon, Ricardo -quien actualmente vive en Antofagasta- tomó una decisión que hace tiempo le venía dando vueltas: buscar a sus padres biológicos.

Ricardo empezó su búsqueda entrevistando a familiares y cercanos. La primera pista sobre la identidad de sus padres biológicos vino de su misma madre adoptiva, quien le explicó que el día que lo fueron a buscar al Hospital de Calama (sus padres adoptivos vivían en Chuquicamata), la matrona que lo entregó les contó que los abuelos eran funcionarios del Ejército y uno de ellos al parecer se apellidaba "Illanes". Con la narración de su madre, también se enteró que su adopción había sido ilegal.

"Mi mamá dice que recibió un llamado de la secretaria del Juzgado de Menores (en mayo de 1982) y le dice que le tenía un niño para adopción. Lo conversa con mi papá y deciden adoptar a ese niño, que soy yo. Al día siguiente bajan al Hospital de Calama, desde Chuquicamata. A mí me habían tenido ahí. Por la información que manejo, aunque no estoy 100% seguro, mis abuelos biológicos eran militares. Tanto el paterno como el materno".

¿Ese dato se lo dan a tu mamá cuando te van a buscar al hospital?

-Sí, se lo da la matrona que me entregó. Yo estaba en un estado de desnutrición terrible. La matrona la habría dicho a mi mamá que para evitar la vergüenza familiar, me entregaron. El otro dato es que, al parecer, el apellido del papá de la niña que tuvo esta guagua, es Illanes. Mi mamá biológica habría tenido en ese momento entre 13 y 15 años. La matrona entregó a mi mamá un papel. No sé qué papel sería, pero le dice que con ese papel se dirija al otro día al Registro Civil y me inscriban. Al día siguiente mis padres adoptivos fueron con dos testigos. Un tío abuelo y una amiga de la familia. Conversé con estas dos personas para que me contaran su parte de la historia, pero no logré casi nada.

Mi tío abuelo era muy cercano a mi papá y me dijo que fue (como testigo al Registro Civil) por un acto de buena fe y por lo mismo, no hizo preguntas sobre el procedimiento de adopción ni de dónde provenía la guagua. Y el otro testigo fue una amiga de la familia. Una persona muy religiosa que cuando la contacté, se tomó todo el tiempo para sermonearme sobre la moral y sobre cómo yo debía sentirme al respecto y de lo mal que estaba haciendo. Incluso llegó a decirme que el diablo me estaba guiando en esta búsqueda y que ella no podía darme ninguna información por temas religiosos.

Las barreras institucionales

La adopción ilegal de Ricardo es una más de las miles ocurridas en Chile entre las décadas del 70 y 80, en plena dictadura. En la actualidad tanto hijos que buscan a sus padres biológicos como padres a los que sus hijos les fueron arrebatados por la presión familiar en medio de una sociedad conservadora, se han agrupado en distintas ongs, como "Nos Buscamos" e "Hijos y Madres del Silencio", para apoyarse en las indagaciones. Sólo en "Nos Buscamos" llevan 3.500 casos.

Ricardo se acercó a personas que están viviendo el mismo proceso. María del Carmen García, una profesora que vive en Antofagasta y que ya logró reencontrarse con sus padres biológicos, le dio algunos consejos. Uno de ellos fue buscar su comprobante de parto.

Ricardo solicitó este documento al Registro Civil y cuando le llegó, venía con un recuadro censurado. "Sobre el documento pegaron un papel blanco que tapa justamente la información sobre la madre", explica Ricardo, quien actualmente tiene un reclamo en el Consejo de Transparencia contra el Registro Civil para que este organismo libere toda la información del comprobante.

También pidió vía Ley de Transparencia la lista de los funcionarios militares en Calama durante el año '82, pero esa institución se negó a entregar los datos.

¿Por qué es importante para ti saber quiénes son tus padres biológicos?

-Cada vez que lo digo me convenzo más. Hay días perdidos en mi vida, hay una familia biológica detrás. Soy una pieza que no encaja en ningún rompecabezas, siempre muy solitario. Pero sé que hay un lugar donde encajo, personas que encajan conmigo. Necesito completar mi historia, saber mis orígenes.

Le comentaba a mi esposa que desde niño supuse que era adoptado, no fue necesario que me lo dijeran. Siempre supe que no pertenecía ahí. Físicamente era obvio. Mis familiares son todos muy bajos y yo era alto en comparación a ellos. Formas de ser, actitudes… siempre me sentí fuera del agua, en otro cuadro. No busco cariño, sino obtener información.

Si baso mi búsqueda en que me quieran, en cariño, es jugar con fuego, porque me puedo encontrar con un rechazo muy grande. Que la mujer que es mi mamá me diga: "Tengo una familia y tú para mí desapareciste hace 34 años, no vuelvas, quédate fuera". Pero no sé si mi mamá biológica supo lo que ocurriría conmigo y esto es lo que más me afecta a la larga. No sé si mi mamá estuvo de acuerdo, es posible que me hayan dado por muerto o que haya habido dinero de por medio.

¿Tu mamá adoptiva te dijo si pagó por adoptarte?

-Siempre me negó que hubiera dinero de por medio.

"Si la verdad es dura, sabré lidiar con ella"

¿Te da miedo enfrentar un posible rechazo?

-En un principio sí. Tal vez es un miedo que sigue en mí, pero mi búsqueda va por información, si se logra algo afectivo, es aparte. Quiero información, que me digan la verdad. Que tan dura sea, es mi problema y sabré como lidiar con eso.

¿Cuáles son los patrones comunes en estos casos de adopciones irregulares en los '70 y '80?

-El patrón común es hijos no deseados en familias conservadoras. En el proceso hay involucrados profesionales: médicos, funcionarios del Poder Judicial y el Registro Civil. Es una maquinaria que funcionó en torno a las adopciones. Sabemos que en algunos casos participaron miembros de la Iglesia Católica, aunque no en el mío.

En los documentos se ponía a los padres adoptivos como padres biológicos. En mi acta de nacimiento dice que mis papás adoptivos son los biológicos y que nací en una casa en Chuquicamata, lo cual es ilógico porque el Hospital de Chuquicamata estaba a 5 minutos de esa casa. Además mi mamá me confesó que me fueron a buscar al Hospital de Calama.

Si alguien sabe algo sobre la identidad de tus padres biológicos, ¿qué le dirías para convencerlo de entregar información?

-Me he encontrado con personas que me han cerrado la puerta, algunas que me han ocultado información. Sin embargo, por otro lado, he recibido ayuda de personas maravillosas que me han apoyado y siempre les estaré agradecido.

No puedo entender porqué alguien no querría ayudar. No busco culpar a nadie, en mí no hay rencor. Solo busco mi verdad, completar mi historia. No saber mi historia real, no saber si fui dado por muerto, si mi madre biológica estuvo de acuerdo o no con mi adopción, no saber si mis padres biológicos me han buscado, es un sentimiento de vacío. Si alguien sabe algo, les pido por favor que me ayuden. Pueden escribirme en este correo: origenes.ricardo@hotmail.com.

"Cada vez que lo digo me convenzo más. Hay días perdidos en mi vida, Hay una familia biológica detrás. Soy una pieza que no encaja en ningún rompecabezas, siempre muy solitario. Pero sé que hay un lugar donde encajo, personas que encajan conmigo. Necesito completar mi historia, saber mis orígenes".