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En Antofagasta 37.500 personas sufren algún tipo de discapacidad

ESTUDIO. 9,3% de población regional tiene limitaciones físicas, pero prevalencia es una de las más baja a nivel país.
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Tamara Miranda Varela

Un 9,3% (37.500 personas) de la población de la Región de Antofagasta sufre algún tipo de discapacidad. Así lo reveló el Segundo Estudio Nacional de la Discapacidad realizado por el Servicio Nacional de Discapacidad (Senadis).

Con estos resultados, la región se posicionó como una de las que tiene menos prevalencia de personas con discapacidad. El promedio nacional es de un 20%.

Del porcentaje total de la región, el 6,4% presenta discapacidad leve a moderada y el 2,9% discapacidad severa.

Además, un 11,8% de las mujeres adultas en la región se encuentra en situación de discapacidad, mientras que en el caso del universo de los hombres adultos un 6,7%.

Tramos

El estudio reveló que respecto del tramo etario de 18 a 44 años, un 15,9% se encuentra en situación de discapacidad, en el tramo de 45 a 59 años un 27,7%, y un 56,4% de la población de 60 años y más se encuentra en situación de discapacidad.

En el ámbito de la educación, comentó el director nacional de Senadis, Daniel Concha, los años de escolaridad de la población adulta de la región son en promedio 12 años, mientras que un discapacitado tiene sólo tiene ocho.

Además, es posible evidenciar que sólo el 50,9% de la población en situación de discapacidad ha alcanzado la educación media, a diferencia del 85,1% de la población sin situación de discapacidad.

"Las políticas públicas deben tener un enfoque de derechos y de géneros", comentó Concha.

También sostuvo que el desafío principal del país es involucrar a los niños y jóvenes con discapacidad en la educación regular. Y en ese sentido, la educación especial los vaya preparando a ellas y a ellos en las escuelas.

"Los colegios tienen que hacer los ajustes razonables y hay que preparar a profesionales especializados para que brinden los apoyos correspondientes", comentó Concha.

Laboral

La población con discapacidad que participa del mercado laboral, es decir que está disponible para trabajar (ocupado o desocupado), es un 38,7%, comparado a un 72,1% de la población sin situación de discapacidad.

"Hay que incluir a estas personas. Ellos piden igualdad de condiciones. Nosotros tenemos como servicio el sello Chile Inclusivo donde entregamos a las instituciones una especie de galardón a las empresas que integren a los discapacitados", sostuvo el director de la Senadis. Finalmente, el estudio arrojó que un 90,8% de la población en situación de discapacidad se atiende por Fonasa.

Equivocarse

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Todos nos equivocamos. Cometemos errores. Se nos pifia el paño. Se nos sale la cadena. Incluso los que creen que no se equivocan nunca, viven permanentemente en su mayor equivocación: que son infalibles. Los más habilosos reconocen rápidamente sus errores. Hacen el mea culpa, asumen su imperfección. Hay otro grupo, en cambio, que cuando se da cuenta de algún paso en falso, tiende a ignorarlo, a hacerse el leso, a tratar de que pase inadvertido o a echarle la culpa a otro, en fin, a desmarcarse lo más posible del error. Y ahí está la equivocación más grande: creer que la falta hay que esconderla o negarla, como si con eso pudiéramos hacerla desaparecer.

Pero, como dice la frase "lo que resistes, persiste". Si uno niega el error, de alguna forma se resiste a él. No quiere verlo. No lo acepta. Y lo que sucede entonces es que lejos de solucionar el problema, éste se agranda. ¿Por qué hacemos eso? Quién sabe. Cada uno tendrá sus razones: por miedo, por orgullo, por guardar las apariencias, porque de alguna u otra forma no nos permitimos fracasar.

Pero no todo es tan terrible cuando uno yerra. Equivocarse tiene sus beneficios, por eso, es un error ver el error sólo como un error. Si logramos entender nuestras equivocaciones como una instancia de aprendizaje, de pronto, éstas pueden adquirir todo un nuevo significado y transformarse de un humillante paso en falso en una grandiosa oportunidad. Porque si en vez de ver el error como el resultado final, lo tomamos como una herramienta dentro de un proceso, descubriremos que errar tiene sus beneficios. Porque los errores nos obligan a reevaluarnos, a revisar nuestras estrategias, nos enseñan cómo no tenemos que hacer lo que íbamos a hacer y nos permiten abrirnos a otras opciones. A partir de un error podemos incluso volver a empezar, a reconstruirnos, a hacer borrón y cuenta nueva.

Bien lo saben todos los que han cosechado logros en su vida, que en el camino hacia éxito hay muchos aciertos, pero también está lleno de desafíos, dificultades y equivocaciones. Alguien dijo por ahí "cuando nos damos permiso para fallar, al mismo tiempo nos estamos dando permiso para superarnos".

El error es sólo eso: un error. Soy yo el que lo lleno de significados que van mucho más allá, que lo agrandan y que muchas veces lo llenan innecesariamente de dramatismo: "no soy capaz de hacer nada bien", "siempre me equivoco", "nunca podré conseguirlo".

Equivocarse es una parte ineludible del aprendizaje. No lo digo yo, lo dicen varios: "No hay nada que enseñe más que equivocarse". Es lo que nos hace fuertes, lo que nos da experiencia, lo que nos va templando y lo que nos da la oportunidad de aprender a ser un poco más comprensivos con nosotros mismos y muchísimo más compasivos con los demás.

UA continúa en paro indefinido por gratuidad y déficit de infraestructura

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La Universidad de Antofagasta continúa en paro indefinido y en la UCN sólo tres carreras están movilizadas (Arquitectura, Sicología y Periodismo).

Cabe recordar que la votación en la UA fue realizada hace unos días y votaron 34 carreras diciendo sí a las movilizaciones y otras 7 votaron que no a la paralización.

La situación en la UCN fue totalmente diferente. Así lo explicó Rodrigo Jara, presidente de la Federación de Estudiantes de la UCN, quien aseguró que en el plebiscito realizado el martes, más de 4.000 estudiantes participaron en la elección. Sin embargo, 2.047 votaron que sí (48,995%) y 2.131 (51,005%) votaron que no, siendo esta última opción la ganadora.

Las principales demandas de los universitarios, tienen relación con la reforma a la educación superior, infraestructura y falta de profesores.