Antofagasta como plataforma para el mundo
"Es el momento de hacer un alto en el pesimismo y aplicar esa energía en crear la próxima ola tecnológica".
Un 87% de los chilenos opinó en la última encuesta Cadem que nuestra economía está estancada o retrocediendo. Si bien se trata de expectativas, todos sabemos el rol que éstas juegan en la construcción de realidad. Conocido es el relato de Gabriel García Márquez sobre aquella mujer que un día se levantó con una corazonada alucinante diciendo: "Algo muy grave va a suceder en este pueblo".
Y en la economía, las cosas no difieren mucho del relato del escritor. Las decisiones económicas que tomamos hoy se basan en las expectativas que nos formamos acerca del futuro. De ahí la importancia de las historias que nos queramos contar.
Si nuestras creencias sobre ese futuro son pesimistas, los consumidores limitaremos el consumo, las empresas reducirán la inversión y una política de mayor gasto público por parte del Estado no será suficiente para frenar el estancamiento. Ante ello, la única triunfadora será la clásica historia de la profecía autocumplida.
No se trata de cerrar los ojos a la evidencia y abrazar con ingenuidad discursos populistas de cambio. Todo lo contrario. Hoy más que nunca necesitamos mirar con serenidad y celeridad los datos, las tendencias, las brechas para salirnos del cuento, darle una vuelta al problema y construir esa nueva realidad. Antofagasta puede ser, por ejemplo, una plataforma de alimentos para el gran mercado Chino. Basta para ello imaginarnos como corredor o avocamos a generar soluciones sostenibles de alta tecnología para aumentar la productividad de la tierra y por qué no cultivar alimentos en nuestro propio desierto. ¿Ciencia ficción? No lo creo.
¿Hubieran pensado hace 10 años que seríamos un país exportador de gas? Probablemente no.
A partir de mayo de este año Chile comenzó a exportar gas a Argentina. Enviamos 5,5 millones de m3 diarios de gas que no producimos, a un país que si tiene importantes reservas: 332,5 miles de millones de m3 para ser más exactos. Reveladora paradoja.
Entonces, es el momento de hacer un alto en el ejercicio del pesimismo y aplicar toda esa energía en crear la próxima ola tecnológica. Es momento que en nuestra historia como país comencemos a decir «Algo muy espectacular va a suceder en Chile".
Esther Croudo Bitrán
Gestión de innovación