Redacción
Los índices de temor a la delincuencia en Antofagasta marcan un 33%, sobre Santiago (23%) y Valparaíso, según un estudio de la Fundación Paz Ciudadana. Para intentar remediar estas cifras, el fiscal regional Alberto Ayala -mientras defendía el control preventivo de identidad-, deslizó la idea de crear un barrio rojo en Antofagasta, como una forma de concentrar este tipo de locales nocturnos en un solo sector.
Con esto Ayala se refirió a lo que gira alrededor de un barrio rojo: tráfico de drogas, prostitución, consumo de alcohol, violencia, etcétera. Acciones que causan temor y alejan a las familias.
Otro argumento esgrimido del fiscal para justificar la creación de un sector con oferta comercial exclusiva para adultos se basó en los peligros de un eventual incendio.
En esa línea, lo sucedido con el Club La Unión, encendió las alarmas respecto de la vulnerabilidad que muestran muchas construcciones de la zona centro de la ciudad -hechas mayoritariamente de madera-, propensos a quemarse y a una rápida expansión.
"No es que yo tenga un proyecto, ni ande promoviendo la prostitución o las drogas, quiero aclararlo, porque me han llamado muchas veces por este punto. De que presenté un proyecto en la municipalidad y eso no es así", aseguró Ayala.
Agregó que no le corresponde a la Fiscalía decir cuál es la solución. "Si pasa por tener un sector donde coloquemos restoranes, una ruta gastronómicas, una ruta de night clubs, espectáculos revisteriles de buena calidad, control policial, migratorio, de la Superintendencia de Electricidad y Combustible, con trabajo de bomberos que entreguen sello verde para trabajar sin peligros. Hay un montón de factores y bienvenidos sean, pero exceden el trabajo de la Fiscalía".
Roca roja
Sin embargo, la idea de Ayala no es tan nueva. Ya en 2003, el actual consejero regional Constantino Zafirópulos -basándose en experiencias internacionales (ver recuadros)-, propuso crear un barrio rojo en el sector Roca Roja.
En aquella época -cuenta Zafiropulos-, la iniciativa avanzó consensuando ideas con las policías y el Servicio de Salud de Antofagasta, a modo de centralizar todo lo que significa la diversión nocturna en la capital regional.
"En esos años hablamos con Bienes Nacionales y se ubicaría en el sector Roca Roja, ahí pasaba la energía eléctrica y había discotecas a un kilómetro, en el sector del Huáscar. No molestaba a nadie, iba a estar alejado y las personas que frecuentan esos sitios tienen dinero y vehículos para eso", recuerda el consejero regional.
Según él, si la idea es reflotada debe considerar que los privados, en consenso con el gobierno, deberán invertir en las instalaciones de locales y hacer algo como el barrio rojo de Ámsterdam.
"Ahí realmente se hace turismo y de muy buena calidad", asegura el miembro del Core.
Otras opciones
Para Irene Ortiz, administradora del Night Club Minas Team, construir un barrio rojo no funcionaria por las dificultades que implicaría el transporte y el regreso a casa una que los clientes ya consumieron alcohol.
A su juicio, lo que genera temor en la ciudadanía es el funcionamiento de locales fuera de regla en el centro. Según ella son un porcentaje mínimo que no cuentan con resguardos como el uso de cámaras y personal de seguridad.
"En la calle son los morenos los que venden drogas y Carabineros y la PDI se dan una vuelta y luego ellos vuelven enseguida", indica Ortiz.
Por eso sugiere que esto mejoraría con una patrulla fija ubicada en calle Latorre con Baquedano y que se mueva a los locales cuando soliciten su apoyo. "A mí me han asaltado con armas y carabineros llega a las tres horas. Por eso quiero más fiscalización y que haya una patrulla fija", expresa Ortiz.
Para el coronel Robert Morales, prefecto de Carabineros de Antofagasta, no es pertinente crear un barrio rojo, "porque llamará al lumpen, narcotráfico, desorden y a la ebriedad, aunque esté acotado".
Además, argumenta Morales, lo que existe hoy no es un barrio rojo, puesto que técnicamente es una calle con locales con patentes comerciales municipales.
"Claro que obviamente hay mucho extranjero en la noche que circula por el sector, donde carabineros tiene constante patrullaje preventivo", dice el prefecto.
En esa línea, el concejal antofagastino Félix Acori, mencionó que la propuesta del traslado de los locales nocturnos a un sector determinado viene desde hace más de 10 años, pero que eso conlleva a un sinfín de interrogantes con la ciudadanía.
"Iré más allá, porque hablamos de seguridad y en Estados Unidos en los barrios donde hay menos delincuencia es donde se ha permitido el aborto, porque cuando hay niños rechazados se sienten distintos por su parientes y amigos. Y se desquitan con la sociedad", aporta Acori.
Por eso, explica, si hubiese una sociedad con familias fortalecidas no habría este tipo de problemas de temor, como pasa en Antofagasta, "pero la familia ha ido cambiando paulatinamente, hay algunas de un solo integrante, o del mismo sexo, hay variedades. Puede que esté bien, uno no puede discriminar, pero no sabemos qué viene después", finalizó el edil antofagastino.
Prevención
La alcaldesa Karen Rojo cree que no es una buena idea crear un barrio rojo, puesto que las políticas deben apuntar a la seguridad preventiva "y deben girar en torno a las víctimas y no a la tolerancia de todo lo que implica el consumo de alcohol en la noche".
"Quisiera ver a los jueces aplicando las normas con severidad, a más carabineros por cada ciudadano, a los delincuentes con miedo y a los vecinos seguros. Todo esto no tiene nada que ver con concentrar la delincuencia en barrios rojos, porque eso son -en definitiva- sectores de tolerancia a la prostitución y, por extensión, a todo lo que esa actividad genera", sostuvo.