Niños, jóvenes y adultos mayores son algunos de sus habituales ocupantes, sin contar la presencia natural de decenas de nadadores. La Piscina Olímpica "Doctor Edmundo Ziede Abud" es un epicentro deportivo que tiene una serie de repercusiones en el ámbito social.
Este recinto alberga durante todo el año a un numeroso público que llega hasta este lugar para mejorar su calidad de vida, hacer ejercicios y compartir con los diferentes asistentes un momento de entretención y relajo, algo de suma importancia en estos tiempos de galopante estrés y altas cifras de obesidad.
La alberca ubicada en calle Condell con 21 de Mayo es además un punto de encuentro para los cultores de diferentes disciplinas acuáticas. A ello se suma el desarrollo de una serie de actividades abiertas a toda la comunidad.
Esto obviamente tiene un potente impacto entre los niños y jóvenes para incentivar el deporte como un concepto activo y que tiene un efecto multiplicador en la comunidad. Por ejemplo, los cursos de hidrogimnasia para mujeres y adultos mayores cuentan con decenas de entusiastas asistentes.
Y es que la recién remodelada e histórica piscina ha marcado gloriosos pasajes en la natación y el waterpolo local, de ahí que sea un lugar emblemático para la práctica deportiva.
Otro punto importante es ser el semillero de una nueva generación de noveles nadadores, quienes entrenan en el más absoluto silencio para alcanzar sus metas y representar a la ciudad en torneos nacionales y en el extranjero.
Esta alberca requiere de 240 mil litros de agua para su llenada, cuenta con camarines cómodos y limpios, graderías acorde al estatus del recinto, está completamente techada y es temperada, todo con el propósito de hacerla operativa durante todo el año.
Por eso la gran misión de los usuarios es aprovecharla al máximo y cuidarla. La piscina es un mucho más que un lugar para nadar, es un punto de encuentro para los antofagastinos.