En tiempos donde campea el descrédito y la desconfianza, la figura de los héroes del pasado aparece con más fuerza y contenido; mucho más cuando nos referimos a los albores de la República, o cuando el futuro del país estaba en juego.
Hoy 21 de mayo recordamos a Arturo Prat y a aquellos marinos nacionales que dieron su vida en Iquique, en un combate desigual, pero donde la osadía y las convicciones superaron el amargo momento de enfrentar el destino de la muerte física.
Pero Arturo Prat es mucho más que el simbólico momento del abordaje al Huáscar. Prat Chacón, un abogado sencillo, pero con notable pundonor, simboliza buena parte de las mejores características de lo que era y es este país. Gente honesta, trabajadora, responsable, respetuosa y con gran sentido de lo ético.
Chile no es, ni puede ser, una nación donde la norma es el pillaje, el saqueo, la incultura, la tontería, o el robo.
Desde este pequeño y recóndito espacio del planeta han surgido muchos héroes en distintos planos, como el Padre Alberto Hurtado y otros que han dejado su huella llevando belleza, alegría o espacios para construir una sociedad mejor. Neruda y la Mistral, Jodorowsky, Huidobro, Jorge Millas, Pedro Aguirre Cerda, Raúl Silva Henríquez, fueron agentes de cambio notables.
Hoy son muchos los que buscan héroes y llegan a conclusiones derrotistas al no encontrar personas de calado intelectual, valentía u honorabilidad.
Pero ciertamente esas mujeres y hombres existen y nos rodean acá mismo en nuestra región de Antofagasta. Están entre los maestros que con dedicación y contra muchas dificultades llevan saber y abren mundos a los niños, en los bomberos y policías que salvan vidas, en las madres y padres que trabajan de sol a sol para construir un mañana mejor, muchas veces sin esperar recompensa o aplauso público.
Dirigentes vecinales que lidian con la incomprensión, o aquellos que pelean contra una enfermedad. Miremos lo que hace el padre Felipe Berríos, o Arturo Soto, o personas comprometidas con la ciudad, como Carlos Tarragó, Floreal Recabarren y tantos otros.
El espíritu de Prat sigue vivo. Siempre habrá héroes.