Según las últimas cifras entregadas por el INE, nuestra región se ubica como la tercera con la mayor tasa de desocupación del país, 7,9%, nos supera nuestra vecina Atacama, que alcanza un 9,2%, la más alta nacional y nuestra otra vecina, Tarapacá que llega a 8%. Son entonces las tres regiones del norte las que muestran las mayores tasas.
Sin embargo es necesario hacer distinciones, en Antofagasta el aumento de la tasa de desocupación se debe a un aumento de la Fuerza de Trabajo, el número de ocupado se mantiene casi sin movimiento, registra un leve alza incluso, a diferencia, en el país, la tasa de desocupación aumenta en 0,4%, de 5,9 a 6,3%, pero fundamentalmente se debe a que se pierden más de 56 mil puestos de trabajo, respecto del mes anterior.
Nuestra región ha logrado resistir en materia de empleo la desaceleración de la economía nacional y el ajuste que ha aplicado la minería producto de la baja del precio del cobre.
Otra señal positiva que entregan las últimas cifras, es que nuestros principales motores económicos regionales, Minería e Industrias, aumentan el número de sus ocupados. Respecto del trimestre móvil anterior, Minería aumenta en 3.600 sus ocupados e Industrias los aumenta en 2.700. Señal positiva que desearíamos se mantuviera.
No es buena señal, sin embargo, el deterioro que ha tenido algún indicador que señala la calidad del empleo, según las últimas cifras, el número de trabajadores asalariados disminuye en 3.900, con lo cual, del total de trabajadores de nuestra región, el 74,3% tiene la condición de asalariado, debo recordar que el año 2013, liderábamos este indicador en el país.
Las cifras nacionales dieron una señal de preocupación, el aumento que entregó el INE, sumado a las cifras entregadas con anterioridad por la Universidad de Chile sobre el empleo en Santiago, estarían indicando que la resiliencia que había mantenido en empleo ante una persistente baja en el crecimiento de la economía podría estar llegando a su fin, y que ahora las tasas de desocupación comenzarán a mostrar otra realidad. Es preocupante, por cuanto tampoco se avizoran cambios en otro sentido, por lo menos en el corto plazo.
Sin embargo, podemos asegurar, que en todo este mar turbulento, nuestra región, tal como ha sucedido en otras crisis, será la que mejor enfrente las complicaciones.
Antonio Sánchez
Economista Cámara de Comercio de Antofagasta