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La oposición pide en las calles acelerar el revocatorio contra Maduro

VENEZUELA. La policía militarizada impidió que la marcha avanzara hacia la sede del Poder Electoral.
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Miles de opositores venezolanos marcharon ayer en Caracas para pedir celeridad en la activación de un referendo para revocar el mandato del Presidente Nicolás Maduro.

La manifestación pretendía llegar hasta la sede del Poder Electoral, pero la policía militarizada y la estatal Policía Nacional Bolivariana (PNB) bloquearon su paso.

Con tanques de guerra, autobuses, camiones y cientos de policías, fueron obstaculizados los tres accesos al municipio caraqueño de Libertador donde se ubica la sede principal del Consejo Nacional Electoral (CNE).

La marcha, encabezada por el dos veces candidato a la Presidencia Henrique Capriles, por el secretario ejecutivo de la alianza Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba, y por el presidente del Parlamento, Henry Ramos Allup, había partido del este de Caracas y no pudo recorrer ni siquiera dos kilómetros.

"Marcha pacífica recibida por piquetes de orden público. El revocatorio es nuestro derecho no un capricho!", dijo el diputado opositor Miguel Pizarro en su cuenta de Twitter.

La movilización fue convocada el lunes pasado por la MUD para exigir al CNE que pase a la segunda etapa en la activación del referendo revocatorio, una invitación que se hizo una semana después de que la oposición entregara 1.850.000 firmas para activar el proceso.

La oposición reclama que ya han pasado más de cinco días de la entrega de esas firmas y el CNE aún no ha anunciado el paso a la segunda etapa del proceso revocatorio, que sería la validación y verificación de las rúbricas, como lo establece el reglamento.

Partido de Rousseff advierte a Temer que tendrá una "oposición firme"

CRISIS. Mientras el Senado de Brasil discutía ayer la solicitud de un juicio político contra la Presidenta, el PT admitía tácitamente la derrota. La Casa Blanca y el Papa Francisco expresaron su preocupación.
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Cuando el Senado brasileño tenía aún varias horas por delante en la sesión donde votaría la solicitud de un juicio político contra la Presidenta Dilma Rousseff, el Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece la Mandataria, comenzaba desde ya a admitir tácitamente la derrota a través un mensaje dirigido a quien sucedería interinamente a la gobernante, el Vicepresidente Michel Temer.

Proyecciones de medios locales anticipaban desde temprano una votación de 52 a favor del "impeachment" y 21 en contra, de un total de 81 legisladores. Con ese antecedente en mano, el PT, uno de los tres aliados que conserva la administración de Rousseff, delineó ayer la nueva etapa política que se iniciaría de aprobarse el proceso, con lo que Rousseff sería suspendida del cargo por 180 días.

"Si se aprueba el juicio, el PT hará una oposición muy firme y denunciará en forma permanente el golpe que se le está dando a la democracia", declaró el senador Humberto Costa, jefe de bancada del PT en la Cámara Alta, en medio de la sesión en la que el Senado definía el futuro de la Mandataria.

Costa conversó con la prensa cuando ya habían pasado por la tribuna 11 de los casi 70 oradores inscritos para el debate previo a la votación. Esos 11 senadores habían anunciado su respaldo a la apertura del juicio político. Momentos después, los apoyos aumentaron a 18 de los 22 parlamentarios que habían intervenido hasta ese entonces.

Uno de ellos fue el exfutbolista Romário de Souza Farías, quien dijo que "en este momento tan serio y decisivo de la vida nacional", "ninguno de los senadores tiene derecho a esconderse" y debe "cumplir el papel que la Constitución impone".

Romário explicó que tras "estudiar mucho el caso", llegó a "la conclusión de que hay indicios de crímenes de responsabilidad fiscal que deben ser investigados", por lo que decidió votar a favor del juicio.

Para la instauración del proceso era necesario que la oposición alcanzara una mayoría simple de 41 votos entre los 81 senadores, que todos los sondeos previos daban por garantizada. De ser así, septiembre sería el mes en que la Cámara Alta decidiría si acusa o absuelve a Rousseff.

El Gobierno había ingresado ayer un nuevo recurso ante el Tribunal Supremo para intentar frenar el proceso, pero fue rechazado. Anunció que presentaría otro una vez finalizada la votación parlamentaria.

Analistas prevén una "lucha en solitario" de Rousseff de aquí en adelante, con apenas tres partidos aliados de las nueve que la respaldaban en 2011, cuando arribó al Palacio de Planalto.

Las preocupaciones sobre el complejo momento político de Brasil se manifestaron desde varios lugares del mundo, entre ellos El Vaticano y EE.UU.

En su audiencia general, el Papa Francisco dedicó ayer parte sus palabras al país sudamericano y lo llamó a "la oración y el diálogo". Además, expresó la esperanza de que Brasil "avance por el camino de la armonía y la paz". El vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, consideró que Brasil está "bajo escrutinio y presión" mundial dado que su crisis política coincide con la organización de los Juegos Olímpicos que acogerá en agosto, pero confió en que supere esos desafíos.

52 votos a favor del juicio político y 21 en contra estimaban ayer sondeos realizados por medios locales.

2011 Rousseff llegó a la Presidencia de Brasil por primera vez. Fue reelegida en octubre de 2014.