El corredor debería estar operativo en el 2018. Sin embargo, faltan aún por pavimentar 500 kilómetros de la ruta de integración para quedar habilitada en su totalidad. También está pendiente la construcción de un puente sobre el río Paraguay, por ello resultan clave los acuerdo entre los países para financiar la ruta al Pacífico.
Mejorar la denominada "gestión de trámite" es uno de los acuerdos más importantes que salió de la primera jornada del Grupo de Trabajo de Corredores Bioceánicos -integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Chile- que tuvo ayer un a reunión en Antofagasta.
El objetivo del protocolo es mejorar la salida de productos hacia los mercados del Asia- Pacífico por el corredor 'Capricornio' , ya que busca evitar las largas esperas de mercancías en los pasos fronterizos.
También los personeros realizaron un llamado para mejorar la infraestructura para los camioneros que transportan las cargas por los pasos Jama y Sico.
Para el delegado de Paraguay, Didier Olmedo, este proceso integrador reviste una importancia no sólo en lo económico, sino también en el bienestar de las personas y la relación de los pueblos.
"Este grupo tiene que cumplir el mandato de nuestros presidentes de concretar algunos aspectos necesarios para el desarrollo de nuestras infraestructuras, tránsito, puntos fronterizos y la libre circulación de bienes y de personas que favorezcan la integración de nuestras regiones", remarcó el embajador.
Dentro de los compromisos asumidos por los gobiernos de Chile, Paraguay, Argentina y Brasil está el instruir a sus respectivos Ministerios de Relaciones Exteriores para conformar un grupo de trabajo transversal.
Es precisamente esto dialogan en Antofagasta, siendo el objetivo del proceso el consolidar un corredor carretero que conecte el sur de Brasil con los puertos del norte de Chile.
Las localidades que cubriría la ruta serían las siguientes: Campo Grande, Puerto Murtinho (Brasil), Carmelo Peralta, Mariscal Estigarribia y Pozo Hondo (Paraguay), Misión La Paz, Tartagal, Jujuy, Salta, Sico y Jama (Argentina). La ruta entraría a territorio nacional y así llegar a los puertos de la región: Antofagasta y Mejillones, además de Iquique y Arica (ver mapa página 3).
Asimismo para el intendente Valentín Volta, no se debe descartar que producto de este convenio se tengan que potenciar las instalaciones del puerto de Tocopilla, lo que dejaría a la zona con tres centros de embarque.
De esta forma serían los puertos de la Región de Antofagasta que conectarían con el Océano Pacífico a las economías de Brasil, Paraguay y Argentina, que desde este punto del continente concretarían su vínculo con los mercados de Asia y Oceanía y del resto de los países de la cuenca.
Del mismo modo, Chile por medio de esta zona, podría acceder a los mercados del Atlántico.
Los beneficios para Antofagasta y toda la Segunda Región en palabras de Joao Parkinson, representante de Brasil, es ver el corredor como un generador de empleo, inversión y ganancias para todos los países.
El diplomático apuntó que "es tornar la vida de aquellos que transportan las mercancías, que hacen negocios, en una más fácil, con resultados que pongan al continente sudamericano a un nivel de paridad con otros países que tienen una logística eficiente".
Para el delegado argentino, Atilio Alimena, el asunto pasa por lograr una real integración y por ello recalcó que "el cruce de la cordillera de los Andes no es novedad. El paso fronterizo no es sólo el punto donde se cruza la frontera, sino que es el vínculo con las personas, las poblaciones".
Agregó existe una diversidad de productos y que hay un potencial inmenso que debería generar una integración real.
"Lo que importa es aquello que Argentina pueda exportar por medio de los puertos de la Segunda Región. Hay un vínculo fundamental entre el norte argentino y Antofagasta", puntualizó.
Hoy será el turno de las visitas de las delegaciones a las zonas portuarias para ver la infraestructura y logística que poseen los terminales de Antofagasta y Mejillones.
El vicepresidente de la Cámara de Diputados Marcos Espinosa, junto al senador Alejandro Guillier, se reunieron con la ministra de la Vivienda Paulina Saball y comprometieron a su cartera para que aplique un plan de contingencia que permita a sectores de clase media obtener subsidios habitacionales en la Región de Antofagasta.
Los parlamentarios independiente y del PRSD dieron a conocer la grave crisis habitacional que viven distintas ciudades de la zona, donde a familias con ingresos superiores al millón de pesos mensuales, les resulta imposible obtener créditos hipotecarios debido al alto costo de las viviendas.
Como ejemplo, demostraron que una casa de 140 m2 supera las 6.000 UF y departamentos de 60 m2 cuestan más de 4.000 UF, lo que hace inviable acceder a créditos incluso teniendo el actual subsidio del Minvu, porque su bajo monto no alcanza a cubrir el 20% de pie que piden las inmobiliarias.
El diputado Espinosa afirmó que se trata "de una buena noticia para todos los habitantes de la Región de Antofagasta, porque tenemos un alto déficit sobre todo en los sectores medios. Ellos regularmente no alcanzan a tener ningún beneficio del ministerio y la banca tampoco les presta plata. Hoy hay buenas noticias, porque se van a ir entregando conjuntos habitacionales para el sector medio con un valor de 2.200 UF, y que va a ir con cobertura de subsidios".
"Hay una clase media que no tiene vivienda en el norte, porque no hay dónde. De estos tiempos hay que sacar ventaja y la ministra le dio urgencia a los proyectos para la clase media", precisó el senador Alejandro Guillier.
Agregó que "tenemos que levantar una demanda a través de los gremios de trabajadores que se organicen y produzcan una urgente necesidad por viviendas y así tener una política de construcción habitacional para grupos de clase media. Este plan piloto ya fue realizado en Mejillones y funcionó muy bien".
Según estimaciones realizadas por el Ministerio de Vivienda durante la gestión del actual gobierno construirán unas 6 mil viviendas en la Segunda Región.
Los parlamentarios esperan que más del 50% de esa oferta esté centrada en la clase media. Al mismo tiempo incentivarán a través de Bienes Nacionales la venta de terrenos a un menor valor, siempre y cuando, las inmobiliarias traspasen ese menor costo a los compradores.