Difusión nacional de la obra de Antonio Rendic
Con Grecia aún en la retina, lejos ya de Albania y Montenegro, con la vista fija en el Mar Adriático, al pasar frente a la isla de Brac, todos los recuerdos fueron para don Antonio Rendic. Es posible que en ese remoto lugar e instante, pensando en algo de lo realizado a favor de la difusión de su obra poética, haya creído que esa tarea estaba concluida.
Hoy, con el ejemplar de "Obras Escogidas de Antonio Rendic - Ivo Serge", Segunda Edición (2016), debe admitirse que la vida siempre ofrece oportunidades para una nueva contribución que beneficie a nuestros prójimos. "Obras Escogidas" de Antonio Rendic, en una comparación explicativa elemental, es un detallado cuadro literario donde se registra un Norte Grande que, en estos días, quizás, se juzgue ido, pero que siempre ha de exhibir las raíces más profundas de la idiosincrasia nortina. Allí aparece su "Pueblo natal" en un cuarteto que dice:
"Viejo rincón de mis mayores, nada/ como evocar, sentado a tu ribera,/ de tu ayer la magnífica jornada/que ningún puerto aventajar pudiera."
Ese es "su pueblo", "grande entre los grandes", que él cantó en vibrantes compases:
"Gloria a ti! Gloria a ti, Antofagasta,/tierra de hombres de esfuerzo y vigor!/
Gloria a ti, la de brisas templadas,/mar de ensueño y embrujos de sol!"
En el estrato del individuo, donde cada nortino puede apreciar su propia semblanza ideal, "Obras Escogidas" es un legado de espiritualidad de un hombre bueno que, en su paso por esta vida, la dedicó íntegramente al servicio de su prójimo: "quiero cumplir la jornada/sin haber dejado nada inconcluso o por hacer."
Una vida (1896-1993) que supo, conscientemente, de cada una de las guerras acaecidas en el siglo XX y que, para su singular y religioso espíritu, contribuyeron al robustecimiento de su fe y a la comprensión de los demás, aunque más allá de su entorno viera que:
"¿La paz?... La paz ya no existe./(…) entre los hombres se advierte./Por todas partes angustia,/la esperanza que se mustia,/la destrucción y la muerte."
En el mundo ¿algo ha cambiado? La arcana rosa de los ideales, sigue siendo… un ideal. Al contrastar estas realidades, lo que se impone es un Norte obviamente compartido. El Norte de este croata chileno que más allá de su nombre, pervive en su seudónimo "Ivo Serge" y que, en sus escritos, se encargó de registrar cada uno de los aspectos, hechos y circunstancias que permiten entender al Hombre y los entornos físicos, espirituales, sociales y culturales que se consideran propios de la nortinidad y de la antofagastinidad.
"Obras Escogidas de Antonio Rendic-Ivo Serge" continúa siendo una obra capaz de motivar reflexiones y si es cierto que el hombre vive atado a su pasado, sus páginas no reniegan de nada. Leídas, cada cual sacará sus conclusiones. Para el autor, sus blasones eran "una ancla en un picacho, un desierto y un sol" que le hacían exclamar:.
"¡Dónde un cielo más limpio, de un azul tan intenso,/con "albas" transparentes y "puestas" de arrebol!" Desde hoy el libro está disponible para todo lector. Mientras tanto, espiritualmente don Antonio dirá: "Yo viví en este pueblo -estoy seguro-/ Yo viví en este pueblo. Aquí la calle donde nací… / Todo igual y todo diferente./ Los mismos rostros, pero en otra gente…/¡Todo es distinto y no ha cambiado nada!".
un santo para antofagasta