¿Una historia conocida?
Hace años escribí que "La Literatura Nortina es parte de una Historia sin historiar".
La idea aunque encuadrada por el relativismo, no fue entendida.
Tras años, conviene recordar que una gran Literatura llega a ser tal, gracias a la complementación de autores, lectores y críticos a favor de los textos.
Con ello y tan sólo una vez esclarecido el continuo de creadores y obras -sin ser éstas de eminente categoría-, recién se justificaría y explicaría un porcentaje significativo de su existencia y de su esencia.
En nuestra Literatura, pocos sobresalen frente a los innumerables autores que permanecen olvidados. ¡Permanecen, sí! Y en eso hay una gran injusticia. De esa enorme mayoría, poco sabemos de sus obras.
Sady Zañartu, Salvador Reyes, Andrés Sabella, Mario Bahamonde, Antonio Rendic, Nicolás Ferraro, Héctor Pumarino, Luis González Zenteno… se fueron y con ellos, sus conocimientos. Ninguno careció de cierto renombre.
¿Cuántos de ellos gozan de aceptación en las actuales generaciones?
Distinta situación corresponde, en un pequeño ejemplo, a Mariano Martínez, Felipe Aparicio Sarabia, "Juanito Zola", Luciano Cruz, Germán Lourín, José Morales Salazar, Eulogio Gutiérrez Luna, Julio Tadeo Ramírez, etc.
Hay allí novelistas, cuentistas, poetas, cronistas. Pero, entre lectores comunes, ¿se habla de su significación en la cultura regional? ¿No es esta una valoración ilógica? Poco se hace en difusión, en análisis, en crítica y como de la nada, nada… sigue vigente la misma injusticia.
La Literatura Nortina, fluye y fluye. La impulsan los antecesores. Hoy se puede hacer lo que ellos no hicieron. Pero al ser percibida, por unos audaces, como algo difuso y complejo, esto los induce a fantasear medulares aportes, que no son tales.
Esta literatura es digna de mejores frutos. Interesarse para valorarla es el inicio del cambio.
Osvaldo Maya Cortés