Un "Quijote" contemporáneo y necesario E l Silala y el derecho internacional medioambiental
El Río Silala o Siloli, nacido en la puna altiplánica, se encuentra majestuosamente enclavado en el "camino de la divinidad", que forman los grandes volcanes fronterizos como Linzor, Inacaliri o Cabana, y los accesos sorprendentes de los Volcanes San Pedro y San Pablo, Panire, León o Toconce. Un camino amplio o Qapaq ñam, que es testigo milenario del tránsito del hombre andino más allá de imperios, fronteras o Estados.
Es en las proximidades de las aguas del Silala donde asistimos al milagro de la vida al que acudimos los seres humanos y su naturaleza (vicuñas, patos y piuquenes de la Puna, suris y flamencos entre otros), y permiten que el verdor crezca en zonas de extrema aridez.
Ese milagro y entorno de vega, bofedales y zonas protegidas, producto de la vorágine industrial minera, se encuentra parcialmente entubado por usuarios privados y estatales, donde el efecto de disminución de caudales ecológicos y mínimos es visible durante todo el trayecto que desciende por 54 kilómetros como afluente hasta el Río San Pedro y por vía de éste al Río Loa.
¿Cuánto vale el metro cúbico de agua industrial no tratada?; ¿Qué rentabilidad justifica que se hayan secado progresivamente los entornos naturales que eran regados, entre otros por las aguas del Silala?. Tenemos una defensa soberanista del Río Silala, pero esta no es coherente con la protección del valor de nuestro territorio nacional, el cual ha sido tan maltratado por un desarrollo no sustentable en el tiempo, y que por contar con las ganancias de una empresa estatal de cobre, o un poderoso grupo económico, no quisiéramos darnos por enterados.
Ciertamente no parece correcto que la normativa de aguas chilena, autorice una captación de recursos a costo cero en el punto de origen, pero que producto de una inversión inicial más que pagada en el tiempo, se permita una rentabilidad desproporcionada a un operador privado sobre un bien nacional de uso público. Si a los ciudadanos en términos amplios se nos exige el pago de nuestra cuenta de agua, sería razonable homologar criterios para quienes obtienen una rentabilidad o lucro con el procesamiento, venta y aplicación de los recursos nacionales.
En tiempos de transparentar los problemas, no podemos omitir que originalmente las aguas del fronterizo Rio Silala fueron entregadas en merced por la Intendencia de Antofagasta (1906), y por concesión de la prefectura de Potosí (1908) para un uso industrial de máquinas de ferrocarril a vapor, donde el interés común de ambos países era la conectividad de zonas aisladas, y la integración comercial.
Pero cuando las máquinas de ferrocarril pasaron a tecnología diésel (década del sesenta), mantener los derechos de uso del agua para un fin distinto al que fueron otorgadas, no pudo sino dar lugar a la caducidad de la concesión, tal como ocurrió en junio de 1997 por decisión del presidente boliviano Sánchez de Losada, pero no ocurrió del mismo modo con nuestro soberano Estado de Chile, más comprometido con lo que Andrés Allamand llamó "poderes fácticos".
El Silala es un curso de agua internacional por constituir un sistema de aguas, de superficie y subterráneas, que, en virtud de su relación física, constituyen un conjunto unitario.
Este curso de agua es internacional por atravesar dos Estados: Bolivia y Chile, y así podría entenderse por aplicación de la Convención de las Naciones Unidas sobre cursos de agua internacionales para fines distintos a la navegación, adoptado por la Asamblea General de 21 de mayo de 1997, a proposición de la Comisión de Derecho Internacional.
Sin embargo, un criterio riguroso podría observar que los Acuerdos de la Asamblea General no son una fuente del derecho en el estricto sentido del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia (art.38). Cuidado con promover un exitismo falso sobre las posiciones chilenas ante Tribunales Internacionales, y descalificar a los gobernantes al otro lado de la frontera, pues ya sabemos que puede tener mal resultado tanto en el Derecho como en las relaciones de largo plazo que se miran desde Naciones Unidas, el Vaticano o la Unión Europea.
Sin embargo, sostengo que al tenor de una responsabilidad ambiental y con el desarrollo sustentable, el debate soberanista toma un segundo orden, ya que ambos países fronterizos del Silala, tienen el deber de cuidar los recursos compartidos. Bien haríamos en seguir el curso de los países andinos que incluyendo a Chile y Bolivia presentaron y obtuvieron en UNESCO la categoría de patrimonio de la humanidad para el Qapaq Ñam. En este ejercicio que además consideró a Colombia, Ecuador, Perú y Argentina, encontramos algunas significativas respuestas al método de encontrar el "camino amplio" que construye futuro y bienestar para nuestros pueblos.
'Quijote', el montaje del Teatro 'Misterix', con dirección de Alberto Olguín, nos entrega una lectura contemporánea del caballero de la triste figura, enfrentándose a una Antofagasta que se debate entre el desarrollo, el consumismo y la pérdida de sus raíces.
La recién estrenada pieza teatral cuenta con la actuación de Carlos González como Don Quijote de la Mancha, Alejandro Durán, como el fiel Sancho Panza y Anita Rendic, en el rol de Dulcinea, es un montaje que privilegia la construcción de las escenas en el propio escenario y cuya temática subraya una fuerte crítica a lo que sucede con Antofagasta, en donde se agudiza el consumismo que echa por tierra los valores que por generaciones habían sustentado esta región. Completan el elenco los actores Renzo Rocco, Denisse Juárez, Luz Domic, Daniel Contreras y Sebastián Bretón, incluyendo a un músico en escena.
Según su director, Alberto Olguín, 'Quijote' no es una adaptación literal del clásico literario, sino más bien un trabajo que pretende "tomar como fuente de inspiración en este hombre que deja todo por seguir sus sueños y representarlo en nuestro Quijote, con una obra contemporánea".
Así, 'Quijote' cuenta la historia de un profesor que se trastorna leyendo el clásico literario Don Quijote de la Mancha, producto de lo cual inicia un viaje de descubrimiento profundo por el Desierto de Atacama, periplo que le significará encontrar su propio destino como ser humano.
El trabajo fue posible gracias a los fondos del FNDR 2% Cultura, el aporte de la Facultad de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades de la Universidad de Antofagasta y del Teatro Pedro de la Barra, destacando de este montaje la muy compenetrada dupla de los actores Carlos González y Alejandro Durán, como Quijote y Sancho respectivamente, quienes dan el tono preciso para transmitir las sensaciones fundamentales de estos personajes clásicos de la literatura universal, trasplantados de manera perfecta en un entorno que podemos reconocer perfectamente: la ciudad de Antofagasta en plena transformación valórica y social.
De este modo, 'Quijote' se convierte en una experiencia vital al enfrentar los ideales con la dura realidad que se vive en esta región, incluyendo el tema de la migración, el pasado político, el consumismo desaforado y la búsqueda de un camino que permite entender el paisaje humano y geográfico que nos rodea.
El montaje incorpora de manera acertada música, coreografía y pinceladas de humor, graficando el camino doloroso pero fundamental que emprende este moderno Quijote en compañía de su fiel Sancho, encontrándose en su andar con una cantidad de personajes que revelan los fantasmas y miserias de una sociedad que está en profundos e inevitables cambios estructurales. Otro punto alto lo constituye la composición y ejecución musical a cargo de Rodrigo Madrid, que puntea de modo coherente el camino de los personajes, así como un acertado trabajo corporal y coreográfico perteneciente a Alicia Ceballos, que logra momentos de gran intensidad y sentido plástico que se agradece.
De esta pieza teatral se realizarán varias funciones gratuitas en el Teatro Pedro de la Barra (Condell 2495). Quienes se interesen por asistir pueden solicitar su invitación al correo electrónico teatromisterix@gmail.com.
Agradecemos el desafío del Teatro 'Misterix' por actualizar la figura de Don Quijote, figura clave para entender el mundo de los ideales y los sueños frente a una sociedad egoísta y dominada por inequívocos síntomas de descomposición moral.
Dr. Daniel Guevara C.
Abogado, Prof. Derecho Internacional
Medioambiental UA
Periodista, Magíster en Edu. Escritor, Académico U. A.
Víctor Bórquez N.