Gabriel García Márquez, el gran colombiano de "Cien Años de Soledad" y tantas otras, decía que en América Latina era muy difícil ser escritor porque frecuentemente la realidad superaba la ficción. Probablemente no sabía que el instrumento clave para superar toda realidad e instalar la ficción era la estadística, ese delicado arte de vulnerar la realidad a partir del uso abusivo y tendencioso de las matemáticas.
El último conejo, a tono con la Pascua de Resurrección, que sacó de la chistera el INE, sí, los mismos que no fueron capaces de decir cuántos somos los chilenos, acaba de entregar un estudio que muestra que la Región Metropolitana es la más cara de Chile, la sigue por supuesto la de Antofagasta, porque aún la ficción tiene sus límites.
No nos dicen cuál fue la metodología ni quién fue la institución que lo llevó a cabo, datos importantísimos llegado el momento de saber desde dónde viene la agresión puesto que a partir de la información tan general que entregan no es posible saber cómo llegan a las conclusiones que sueltos de cuerpo informan.
Por ejemplo, la Región Metropolitana está constituida por 37 comunas, con una distribución tan esquizoide como el resto del país, ¿cómo se pondera en ese condumio el valor metro cuadrado vivienda de Cerro Navia o La Pintana con la de Las Condes o Vitacura?
Cuando hablan de salud, ¿son comparables los costos de la clínica Las Condes con las prestaciones en La Pintana? ¿Es el mismo nivel de prestación el de la Clínica Alemana con las de Antofagasta por el mismo precio? Estos encuestadores habrán comido reineta este fin de semana a lo largo del país? Estos números requieren respuesta, pues si no, por esta vía es posible que esté en marcha una asignación de zona metropolitana por mayor costo de vida y la consiguiente supresión de la asignación por zonas extremas para equilibrar el presupuesto nacional. Es la parte donde la realidad supera la ficción.
Nosotros para contribuir a resolver el problema deberíamos sugerir que si fuera así los santiaguinos deberían vivir en un siete por siete en Rancagua que está a sólo 85 kms de Santiago y es la región más barata de Chile según esta metodología, que hubiese hecho feliz a García Márquez en su deseo de tornar mágica la porfiada realidad.
César Trabucco
Sociólogo y académico Universidad de Antofagasta