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¡Tomen asiento!

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Me conmovió la realidad, es cierto. Después una larga ausencia de las aulas, regresé a un colegio particular de Enseñanza Media, para compartir mis experiencias pedagógicas. No fue grato el ingreso a la sala, lo reconozco, como también lo reconocieron mis anfitriones, aunque movieron la cabeza en un ademán de tolerancia, que no logró esconder las ganas de decir "que le vamos a hacer".

Recordé mis años de estudiante. Cuando ingresaba alguna persona a la sala, se hacía un silencio profundo, nos poníamos de pié junto al pupitre, con las manos al costado del cuerpo y esperábamos ser saludados. Acto seguido, el profesor ordenaba tomar asiento y el silencio se respetaba, mientras se atendía a la visita.

Esta vez la cosa fue casi caótica. Nadie se puso de pié, aunque mi anfitrión se esforzó por hacerse oír para presentarme. Apenas ingresé, los alumnos formaron grupos al fondo de la sala, sacaron sus celulares, rieron, se empujaron y no prestaron atención al directivo docente, que alzando la voz, los conminaba a mantener el orden. Tres alumnos "informaron" que irían al patio y sin esperar autorización del docente, salieron dejando la puerta abierta. Otras dos señoritas también abandonaron el aula, gritando a las que habían salido antes. Yo, miraba sorprendido, incómodo, afectado. ¡Qué deplorable tarjeta de presentación del colegio!

Que distinto a lo de ayer…Éramos otros estudiantes los de antes. Conocíamos y practicábamos el respeto y éramos respetados. Sabíamos de nuestros derechos, pero estábamos conscientes de nuestros deberes. Y nuestros apoderados eran aliados de los docentes en su labor formadora. Hoy, el apoderado, salvo excepciones, es un abogado incondicional, enceguecido por los derechos de su hijo y en muchísimos casos su "alcahuete". Un defensor capaz de llegar a la violencia, incluso. Las noticias lo confirman.

Reflexiono. Cuando hablamos de lograr calidad en la educación chilena… ¿Consideramos la calidad de las personas que estamos formando/educando?.

Jaime N. Alvarado García

Desafiando los límites a más de 15 metros de altura

ESTRELLA. Acróbata chileno Marco González arriesga su vida en cada salto en nuevo show del Circo Hermanos Vásquez.
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A más de 15 metros de altura y a una velocidad de 70 kilómetros por hora arriba de su moto el tiempo parece detenerse por unos segundos para el acróbata del freestyle Marco González, una de las estrellas del Circo Hermanos Vásquez que se encuentra en la ciudad desde el pasado viernes.

El actual campeón nacional de freestyle motocross de la Federación de Motociclismo de Chile es uno de los protagonistas de una de las grandes novedades de este año el salto en motocicleta que recorre más de 25 metros de rampa a rampa desafiando a la muerte.

En esta entrevista el acróbata chileno nos cuenta su experiencia arriesgando su vida en cada salto para recibir la ovación del publico.

¿Cómo se viven esos tres segundos desde que sales de la rampa hasta llegar al otro lado?

-En ese momento estamos muy concentrados en hacer la pirueta, ya que cualquier error puede provocar una caída que te puede dejar fácilmente 3 o 4 meses fuera de la moto. Hay que ir cien por ciento concentrado en el truco para que todo salga bien.

¿Cómo manejas el miedo?, ¿te preparas de alguna forma para enfrentar el salto?

-A esta altura es un nervio más controlado. Siempre hay miedo pero uno aprende a vivir con eso, puedes controlarlo. A veces cuando uno tiene miedo y no lo controla ocurren los accidentes. Hoy ese miedo es controlable y se disfruta.

¿Cuánto tiempo lleva sacar un truco de estas características?

-Las piruetas que hacemos, en algunos casos, son meses de preparación. Hasta un año de práctica incluso. No es que los trucos te salen de la noche a la mañana. Son muchos años de entrenamiento.

¿Cómo ha sido esta experiencia de pasar del mundo del freestyle al circo?

-Es algo nuevo para nosotros que venimos del mundo del freestyle. Yo no soy de circo pero me gusta que la gente vea lo que hacemos y se asombre. Porque no es normal ver saltar una moto a 15 metros de altura, entonces la gente queda maravillada.

¿Recuerdas tus primeros saltos en moto?

-Fueron los peores momentos de mi vida yo creo porque tenía miedo y me caía muchas veces. Aprendí a muchas caídas pero ahora lo disfruto cuando realizo un truco.

¿Cuál ha sido la mayor distancia que has logrado saltar en moto?

-Acá en el circo son 24 metro de rampa a rampa. Pero también nosotros saltamos en los cerros y ahí podemos alcanzar distancias de más de 40 metros.

¿Es muy común ahora que gente de otras disciplinas esté interesada en trabajar en circo, como por ejemplo ustedes que son pilotos de freestyle?

Lo que pasa es que hoy es el circo busca innovar en sus espectáculos. De esta forma podemos llegar a un público con no es asiduo al circo que en este caso es el segmento entre los 18 y 35 años. Esa gente no viene al circo, pero cuando ve que tenemos freestyle en nuestro show se interesan. La idea del nuestro circo es ir evolucionando con las preferencias del público. Para eso necesitamos artistas con nuevas propuestas.

El Circo Hermanos Vásquez llega por tercera vez a la ciudad y permanecerá hasta el 10 de abril en el Sitio Cero, contemplando dos funciones de lunes a viernes (19 y 21.30 horas), a las que se suma una extraordinaria a las 16 horas los sábados, domingos y festivos.