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'Mechones' y el alto costo de estudiar en Antofagasta

EDUCACIÓN. Algunas pensiones pueden cobrar hasta $250 mil por solamente una pieza.
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Jonathan Villella Coyán

Como una ciudad cara para estudiar es catalogada Antofagasta por los estudiantes de primer año de las 'Ues' locales, que provienen de otras regiones.

Para muchos de ellos, el encontrarse con un estilo de vida que, por lo menos, duplica los precios respecto a víveres y pensiones, puede ser el principal obstáculo a la hora de pensar en Antofagasta para seguir sus estudios superiores.

Para el coyhaiquino Claudio Avendaño (18), entrar a estudiar Geología a la Universidad Católica del Norte es uno de sus sueños cumplidos. Motivado por la tradición de la casa de estudios, llegó desde la XI región sólo con sus aspiraciones y el recuerdo de sus padres a quienes deja por primera vez.

Precios

Desde que llegó (poco menos de un mes), inmediatamente se dio cuenta de la diferencia de precios que la ciudad exhibe. Para él, las pensiones y el estilo de vida nortinos son "demasiado caros".

"Me vine desde tan lejos sólo por la carrera que voy a estudiar. Desde que pagué la pensión donde estoy viviendo (a tres cuadras de la universidad) me di cuenta lo caro que es aquí con respecto a otras ciudades universitarias como Valdivia, Temuco o Concepción. Con la comida es lo mismo", sostuvo el estudiante.

Acotó que pagar $150 mil por una pieza es demasiado, pero que sin embargo se va acostumbrando a medida que le va gustando la ciudad.

Una situación similar vive Daniela Olivares de 19 años oriunda de Copiapó. Entró a estudiar Ingeniería Civil en Electrónica a la Universidad de Antofagasta porque en su ciudad sacaron esa carrera del plantel superior.

Esta joven y valiente madre soltera -tiene un hijo de nueve meses- comentó que "tuve que recortar varias veces mi presupuesto para poder mantenerme junto a mi hijo".

"Ha sido un desafío venir a estudiar acá junto a mi hijo, pero es la carrera que yo elegí para poder darnos un buen futuro. Antes de venir analicé todas las opciones incluso el tema del jardín, que afortunadamente queda al lado de la universidad", sostuvo la estudiante de primer año.

También agregó que "si bien mis viejos me ayudan, la ciudad es cara y el dinero no alcanza para todo los gastos por lo que he tenido que hacer varios ajustes a mis finanzas".

Paisaje

Javiera Rojas (18) es oriunda de Puerto Natales. Entró a estudiar Ingeniería Civil Química en la UCN, donde siempre quiso estudiar. A diferencia de Claudio, no tiene que preocuparse por pagar una pensión ya que se queda con sus abuelos.

Sin embargo, el tener que acostumbrarse al rígido paisaje nortino "ha sido lo más difícil hasta ahora".

"Mira, Antofagasta tiene su encanto… pero el cambio ha sido drástico. De donde vengo, el clima es más amigable, no hace tanto calor. Hay harto verde, hartos árboles y el aire es mucho más fresco. Acá es mucha tierra, el aire es pesado, te jodes de calor todo el tiempo, es todo un tema", indicó la 'mechona' del sur.

Una opinión similar respecto de Antofagasta, tiene la estudiante de Derecho, proveniente desde La Serena, María José Cantillanes (18). Si bien, ella se vino sólo por un año -ya que después planea convalidar los ramos en la UCN de Coquimbo-, los precios de las pensiones no fue lo único que no le gustó de Antofagasta.

"Me llamó la atención lo cara que son las pensiones, finalmente es sólo una pieza y tu te costeas tu alimentación. Debo decir que no me gusta mucho la ciudad. Hace mucho calor y las calles están llenas de hoyos en el centro. Es peligroso salir de noche y además todo queda muy lejos. No me gusta mucho por acá", reflexionó Cantillanes.

Emociones

Quién mucho sabe de costos de pensiones es la señora Éster Chapana. Ella administra una en el sector de Playa Blanca a cuatro cuadras de la universidad.

Para ella, el ser parte de la vida de los estudiantes, involucrarse con sus vivencias y apoyarlos cuando pasan por una mala situación, es una acción clave tanto para el desarrollo íntegro de los alumnos como para el negocio de pensiones.

"Cuando tu trabajas y estas a cargo de muchos jóvenes que recién comienzan su vida universitaria, que vienen de otras regiones y que además no tienen a sus familias, es necesario ser un soporte emocional para cuando se sientan mal", sostuvo Chapana.

Agregó que los precios de las habitaciones pueden ser bastantes caros dependiendo del lugar o de las comodidades y que no todos pueden pagar algo así.

"Sé que hay pensiones que pueden ir desde los 100 mil pesos hasta los $250 mil. A mí parecer eso es demasiado por una habitación, entendiendo que quienes las ocupan son estudiantes y no faeneros", dijo.