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1.500 adultos mayores ya están inscritos para la tarifa rebajada

TAXIBUSES. Antofagastinos de más de 60 años deberán tener tarjeta de identificación para cancelar $150 en los recorridos.
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Redacción

"Esto es un tremendo beneficio, porque antes no podía ni venir al centro porque no tenía plata para el pasaje y ahora vamos a regalonearnos con esto, porque me saldrá más barato y voy a venir siempre".

Así de contento está el residente del sector centro alto, Froilán Marín, porque ahora el pasaje en taxibús le costará 150 pesos.

Junto a él otras 3.000 personas de la tercera edad obtendrán el beneficio, debido al convenio que recientemente firmó el municipio con la Asociación de Dueños de Taxibuses de Antofagasta (Adutax).

A esta modalidad de pago más accesible podrán acceder los ancianos que cuenten con tarjetas identificatorias, que pueden solicitar en la Dirección de Desarrollo Comunitario, ubicada en el primer piso de la municipalidad, desde las 08.15 hasta las 13.15 horas.

Para eso deben reunir ciertos requisitos: tener más de 60 años, contar con el Registro Social de Hogares y ser autovalente.

Inscripciones

Durante la primera jornada se inscribieron 1.500 adultos mayores. Y luego de esta etapa de 3.000 beneficiados, la municipalidad y Adutax evaluarán si aumentarán el número de ancianos beneficiados.

Al respecto, la alcaldesa Karen Rojo señaló que "hemos conseguido un beneficio histórico en favor de nuestros adultos mayores".

Y complementó con que a la farmacia popular que ayudará a 60 mil adultos mayores, este convenio que "rebaja la tarifa del transporte público incidirá positivamente en el bolsillo de estas personas, quienes francamente reciben pensiones miserables".

En ese sentido, el presidente de Adutax, Héctor Carvallo, manifestó que "después de largas conversaciones hemos decidido ayudar a un segmento importante de la población en conjunto con el municipio, órgano que a su vez está gestionando mejoras para nuestros conductores, quienes van a tener servicios higiénicos en sectores en los que nunca han existido. Hecho que también nos llevó a realizar esta alianza".

A la ceremonia del lanzamiento de esta iniciativa asistió el presidente de la Unión Nacional de Pensionados, Unap, Francisco Iturriaga, quien se mostró conforme con la noticia para los antofagastinos.

"En Chile viven 2 millones 700 mil adultos mayores, de ellos un 70% percibe pensiones menores al sueldo mínimo, vale decir $250.000, por ello consideramos que esta ayuda es un gran beneficio para nuestros asociados y por quienes seguiremos luchando", comentó Iturriaga.

Juicios

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Es lo que le pasa a una no más. Que da tanto darle vuelta a las cosas, dejas que las cosas te den vuelta la vida. Porque uno tiende a tomarse todo personalmente y te pierdes en un mar de divagaciones, de teorías, de suposiciones y de inseguridades. Pocas cosas son tan dañinas para la paz mental y espiritual como creer que uno es el centro del universo y permitir que los juicios y apreciaciones de los demás te definan. Tampoco es sano analizar en extremo todo lo que te ocurre, por qué te ocurre, cómo te ocurre, para qué te ocurre y por culpa de quién te ocurre.

Como muestra un botón: el otro día, volviendo de vacaciones, me encontré con una pseudo amiga en el supermercado: "Pucha que te hicieron bien las vacaciones -me dijo mirándome de arriba abajo- te ves bastante más repuesta". El comentario me cayó como una bomba de racimo porque lo que yo entendí que me estaba diciendo la susodicha era que lisa y llanamente… yo estaba más gorda. Y debo reconocerlo: la odié. Sí, la odié con toda mi alma y con absolutamente todo mi corazón.

Después del fortuito encuentro, seguí deambulando con mi carro de compras y no pude olvidarme del breve pero incisivo diálogo. Entonces me miraba de reojo en cualquier espejo que se me cruzara por el camino y decidí disimuladamente sacar de mi carro el salamín italiano que con tanta ilusión había tomado inicialmente y la bandeja de empanaditas de queso que pensaba freír el fin de semana y los reemplacé por una tentadora bolsa de lechugas hidropónicas y una apetitosa mata de apio.

Hasta que de pronto, cuando recorría el pasillo de los productos light y los alimentos "saludables", y mientras leía la información nutricional de un paquete de chía, la cordura volvió a mí: "¿Será posible que yo haya hecho todo lo que acabo de hacer motivada sólo por el miserable comentario de una persona que apenas me conoce? ¿Por qué permito que la opinión de otro se convierta en mi verdad?", me pregunté extrañada.

La respuesta es simplemente ésta: cuando alguien te juzga, habitualmente ese juicio no se trata de ti, se trata más bien de quien te juzga. Tiene mucho más que ver con sus propias inseguridades, con sus particulares limitaciones y con sus necesidades más profundas. No con las tuyas. Y como en la vida todo es de ida y vuelta, la misma ley se aplica cuando es uno el que juzga a los otros: en ese caso, el juicio no se trata de ellos, sino de uno. Y ahí el ejercicio duele más.

Sobra decir que me deshice de la lechuga y el apio y que el salamín italiano y las empanaditas de queso volvieron en gloria y majestad a mi carro, desde donde nunca debieron haber salido. Ya en la fila de la caja del supermercado me volví a topar con Miss Simpatía, quien curiosamente llevaba en su carro lechugas hidropónicas y una mata de apio. "Un día de estos podríamos juntarnos a comer…", me dijo ella muy campante. "Claro - le respondí lacónica- eso sí que el picoteo lo llevo yo".

Marcela Munita Solé

Marcemunita.blogspot.com