Los "Transformers" pudieron librar una batalla en el Desierto de Atacama. Los productores de la saga de Autobots y Decepticons buscaban locaciones y nuestro despoblado les pareció ideal (ventajas comparativas), pero sin un sistema de incentivos (ventajas competitivas) que hicieran atractiva la inversión de filmar en Chile, la posibilidad se desechó.
¿Que por qué debían recibir beneficios "un montón de gringos por explotar nuestro territorio"? Quizás por la misma razón que ya los recibieron en su momento "otros gringos" (DL 600 de "invariabilidad tributaria", por citar sólo un ejemplo), con la salvedad de que la producción cinematográfica emplea un recurso renovable e imperecedero: creatividad.
Nos pueden gustar o no blockbusters como "Transformers", pero el efecto multiplicador que propicia "hospedar" este tipo de películas fortalece distintos engranajes de la industria fílmica, lo cual, con una legislación adecuada, que evite abusos y asegure sustentabilidad, es una alternativa de desarrollo económico para los territorios que involucra.
James Bond pudo abrir ese camino (Adriana Zuanic fue visionaria), pero el enfoque cortoplacista de algunos puso piedras en un derrotero que, a pesar de los tropezones, todavía puede (y debe) ser capitalizado. Aunar esfuerzos de actores públicos y privados es la obvia estrategia, poniendo en sintonía desde legisladores hasta la prensa, universidades y municipios.
La Región de Antofagasta cuenta con una riqueza escenográfica prácticamente exclusiva en el mundo, sumada a un creciente capital humano en la esfera audiovisual y un escenario social aún estable.
Y no se trata de proyecciones utópicas concebir alternativas de desarrollo local desde este ámbito, sino la constatación de los alcances de la "Economía Naranja", dinámica basada en el talento, ideas y contenidos, y de la cual el cine es parte, como también el diseño, los medios de comunicación, el arte y la gastronomía.
Ésta genera más de 4 billones de dólares (si fuera un país, sería la cuarta economía del planeta). Pero para aprovechar esta "oportunidad infinita" se requiere voluntad, y sobre todo voluntad política. ¿Contamos con ella?
Luis Echeverría T.
Director creativo marchantes.cl