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Biblioteca Regional seguirá sin atender público hasta el martes

CIUDAD. A dos años y dos meses de su inauguración, el edificio comenzó a experimentar fallas en el sistema de alcantarillado.
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Bryan Saavedra López

"Me da un poco de pena, porque nos contaron que es una biblioteca hermosa, impecable y que es nueva. Entonces da lata encontrarla cerrada, porque era algo que no me podía perder y ahora no estoy segura si podré conocerla".

Con curiosidad e inclinando, a ratos, su cabeza para ver qué hay detrás de las rejas de la entrada principal de la Biblioteca Regional, María Cristina Vargas, relata este testimonio con decepción, pues visita Antofagasta desde la comuna de Maipú y no conocerá el lugar que permanecerá cerrado hasta el martes.

Los problemas en el sistema de alcantarillado son los determinantes de esta suspensión preventiva del edificio que, en promedio, tiene mil visitantes por día. Y funciona hace dos años y dos meses.

Relató el director suplente de la Biblioteca Regional de Antofagasta, William Romero, que del viernes de la semana pasada comenzaron a suscitarse las primeras fallas en las descargas de aguas sucias de los servicios higiénicos.

Técnicamente hay algunos inodoros en los que, al hacer la descarga de agua, no se produce la succión en el ducto. Los repararon el lunes. El martes abrieron y a mediodía del miércoles reflotaron los inconvenientes.

Por eso, con el fin de evitar problemas sanitarios mayores, cerraron las puertas y llamaron a dos empresas además de Aguas Antofagasta para que trabaje en las reparaciones.

"Dentro de esta búsqueda detectamos que el problema estaba ubicado entre la primera cámara de la biblioteca, que es el ingreso por calle Prat, y la matriz que pasa por calle Prat, el colector", detalló Romero.

¿Cuando finalizan los trabajaos de reparación? "Nos dijeron que harán la limpieza de la matriz y la biblioteca estará cerrada el fin de semana y el lunes. Y el martes vamos a abrirla, pero como una especie de marcha blanca, suspendiendo todas las actividades de extensión cultural para esa semana, ciclos de cine, talleres, charlas", señaló Romero.

Considerando la semana pasada y la que viene, estos problemas suspenderán 12 actividades de extensión cultural en el recinto.

Edificio

En relación a las fallas, Romero dijo que el edificio fue construido a principios de 1919 y los trabajos de remodelación que se hicieron hace más de dos años, los ejecutó una empresa licitada por el Minvu. Por eso recibieron el edificio terminado.

"La Dibam en ningún momento le correspondió supervisar labores, trabajos. Yo desconozco los trabajos y su calidad a nivel de alcantarillado. Entonces al suscitarse estos problemas, nos estamos dando cuenta que hay algunos desperfectos, o tal vez únicamente corresponden a la limpieza de la matriz de calle Prat", manifestó Romero.

Finalmente llamó a la tranquilidad, porque el drama no está al interior de la biblioteca.

12 actividades de extensión cultural no se realizaron por problemas en el desagüe de la biblioteca.

Conversación en un café

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Conversaba el otro día con una vieja amiga en un café. Hacía bastante tiempo que no la veía y teníamos muchos temas en los que ponernos al día. Pensé que hablaríamos sobre todo lo que nos había pasado desde que, por motivos de fuerza mayor, dejamos de vernos, pero al parecer las dos andábamos medio nostálgicas y nos dio más bien por recordar viejos tiempos y miles de anécdotas que vivimos juntas. Nos reímos de lo lindo y por un momento todo volvió a ser como antes. "Y cuéntame - dije ya casi al final- ¿cómo vas con tu vida ahora?". El semblante de mi amiga cambió… "Podría ser peor", me dijo y sonrió. Y luego me contó la retahíla de descalabros que le habían sucedido en los últimos años y yo quedé impactada. Básicamente mi amiga había ido y vuelto al infierno varias veces. "Pero aquí estoy - dijo finalmente con cierta resignación- tomándome un café con una antigua y querida amiga, recordando cómo era la vida antes de todo esto y lo bien que lo pasábamos juntas". Asentí sin saber bien qué decir. "¿Sabes? - dijo entonces ella mientras le daba el último sorbo a su taza- … he descubierto que nada es tan terrible", y sonrió. Aunque ahora pude notar toda la tristeza del mundo debajo de esa sonrisa.

Mientras caminaba de vuelta a mi casa, no podía dejar de pensar en mi amiga y en todo lo que me había contado. Y tampoco podía dejar de pensar en esa joven chistosa y despreocupada que conocí en mis tiempos mozos. "¿En qué momento se puede desordenar tanto el naipe?", me cuestioné sabiendo que yo no tenía la respuesta a esa pregunta. Sin embargo, la reflexión me sirvió para aprovechar de revisar mi propio naipe y entender que no todo depende de la mano que a uno le toque, sino de cómo se jueguen las cartas.

Cuando es nuestro turno de jugar, no siempre robamos la carta que quisiéramos, sin embargo, con la que nos toca, debiéramos tratar de armar la mejor jugada. Y armar la mejor jugada significa a veces saber esperar hasta que aparezca la carta que necesitamos y otras veces significa olvidarse de esperar y simplemente atreverse a cambiar de estrategia. Al final siempre se trata de elegir entre una opción u otra.

¿Cómo saber cuándo hacer qué? Honestamente, no tengo idea. Dicen que los buenos jugadores son muy observadores y para hacer sus elecciones se basan en su intuición, pudiendo diferenciar claramente entre ésta y la impulsividad, porque muchas veces ambas tienden a confundirse. La intuición tiene que ver con el conocimiento interior, el impulso es simplemente actuar sin pensar. Pero a veces ocurre que aún sabiendo todo lo anterior y aplicándolo, se pierde igual la partida. Y ahí entonces también se abre una nueva posibilidad para elegir: ¿lo tomo como una derrota o lo convierto en un aprendizaje?

A los pocos días recibí un mensaje de texto de mi amiga: "Gracias por el café del otro día. Me ayudó a recordar lo bien que hace conversar y reírse. Deberíamos hacerlo más seguido". Le respondí con el emoticón del pulgar en alto y agregué "Me encantaría".