Tamara Miranda Varela
Jacqueline Barraza asumió hace un poco más de una semana la Seremi de Educación. Es independiente pero fue presentada en la terna del Partido Socialista. Y anterior al nuevo cargo era la encargada de la meta presidencial de salas cunas de la Junji.
Se despidió de sus colegas por correo electrónico el 31 de diciembre. Sin embargo, no fue hasta un par semanas que fue presentada por el intendente regional Valentín Volta.
En esta entrevista, la exgobernadora de Antofagasta en el periodo de Ricardo Lagos y la primera mujer que asumió el cargo de directora del Sernam, cuenta sobre los desafíos que tiene el gobierno en materia educacional, sobre todo por los nuevos cambios que enfrenta el sistema.
Tiene planes de mejoramiento en varias áreas, sin embargo, aseguró que se iba ir despacio pues nadie tiene el puesto comprado.
¿Cómo recibió la cartera de Educación?
-Ordenada. La persona que me precedió me tenía un informe que es bastante claro respecto del diagnóstico de la situación de la región. También la recibí con mucho cariño. Al parecer estaban esperando que se resolviera la situación del titular. Hasta el momento he sentido una gran acogida. Hay mucha cohesión en cuanto a los objetivos y desafíos que tiene el ministerio. Una de las primeras medidas que me gustaría tomar es tener un edificio institucional para agrupar a todos los estamentos.
Funcionaria
Usted tiene un amplio curriculum como funcionaria pública ¿cómo ha tomado este nuevo desafío, considerando que vienen importantes cambios en temas de educación?
-Es positiva la experiencia previa con la cual llego acá. Conozco el gobierno por dentro y sé cómo moverme en las aguas políticas, pero también es cierto que conocer el Ministerio de Educación ha sido muy importante. Estoy preocupada por el nivel de desinformación que existe en los temas de la reforma educacional, ya sea en la educación superior y en la escolar. Falta mucho por explicar, hay que ver cuáles son los aspectos de esta reforma porque todos se preocupan de la gratuidad, pero el corazón de la reforma es la calidad y para eso estamos trabajando.
Esta región lleva casi una década con puntajes y promedios por debajo del nivel nacional...
-Eso es preocupante. Hay una brecha importante, entonces cuando ves eso datos sientes que la tarea es enorme. Si tú vas a revisar el tema del Simce también encontrarás bajos puntajes. Hay una región minera con tremendos indicadores económicos, dejando de lado la coyuntura, Antofagasta atrae a mucha gente. Yo digo por qué no podemos traducir estas riquezas en la educación. Hay una deuda de toda la sociedad y de muchos actores.
¿Qué hay que hacer para mejorar?
-Hay que profundizar el tema de los nudos críticos y que está impidiendo que elevemos la calidad y los resultados. Lo que pretendo hacer los primeros meses es reunirme con la mayor cantidad de docentes y establecimientos para escuchar a la comunidad. Para también evaluar el perfil del docente que se requiere para el siglo XXI y eso va muy de la mano con la carrera docente. Hay que ver cuáles son las necesidades del alumno. Y los profesores deben responder a eso.
El año pasado fueron alrededor de 12 colegios que se adhirieron a la ley de inclusión. Sin embargo, tres establecimientos decidieron bajarse del proyecto a sólo unas semanas de haber firmado la gratuidad. Ellos acusaban que no existía claridad en las informaciones que fueron entregadas en ese entonces.
-Creo que hay mucha información que fue aclarándose en la medida que vas operando esto. Las leyes son muy teóricas, pero con la bajada y la implementación las situaciones se van aclarando. Nosotros estamos en mejores condiciones para poder explicar la reforma. Lo que quiero es reunirme con los sostenedores porque ellos tienen plazo hasta el 31 de agosto 2016 para firmar.
Profesores
Uno de los problemas que se han detectado es la falta de profesores en Antofagasta. Las carreras de pedagogía tampoco tienen gran demanda. ¿De qué manera van a manejar este tema?
-Tenemos una desviación de mercado y tiene que ver con los salarios que entrega la minería. En la región de los 6.400 profesores que hay en el sistema, alrededor de 1.000 de ellos no tienen título profesional, sólo están habilitados y esto es más complejo en la educación inicial. Lo que vamos hacer es reunirnos con los parlamentarios y rectores de universidades para invitarlos a asumir un compromiso con la región y así encontrar una vía de solución. Hay que generar un pacto que permita trabajar por generar un bono o incentivo a aquellas personas que quieran estudiar pedagogía o educación parvularia, o bien generar condiciones contractuales para que se entusiasmen en ir a comunas más alejadas.
¿Se ha reunido con las agrupaciones de profesores?
-Tenemos planificadas reuniones con el Colegio de Profesores y por qué no con los disidentes. Lo importante es conocerlos y saber qué es lo que esperan de la cartera. Queremos generar un calendario regular de reuniones. La relación con los gremios debe ser muy fluida. Mínimo reuniones cada 15 días. Quiero escuchar a todos los sectores porque entiendo las demandas que están planteadas.
"Hay que profundizar el tema de los nudos críticos y que está impidiendo que elevemos la calidad y los resultados en la educación. Lo que pretendo hacer los primeros meses es reunirme con la mayor cantidad de docentes y establecimientos para escuchar a la comunidad".