Redacción
Concentración y perseverancia a toda prueba fueron las emociones que marcaron la participación del deportista local Aldo Cornejo Surjan en la última versión del Ironman de Pucón 2016.
Este fue un gran desafío en su carrera marcada por una destacada trayectoria en el Rugby. El joven kinesiólogo de 29 años relató su experiencia en este triatlón de clase mundial, que describió como una "experiencia única".
Tras un año de intensa preparación, llegó el día para el deportista, quien comentó que el ambiente previo a la competencia le hizo revivir su paso por torneos de talla mundial como mundiales o los panamericanos de rugby.
"Habían muchos deportistas, todos conectados en la misma sintonía y con ganas de disfrutar el evento", aseguró.
Agrega que todos le decían que estaba "loco" al enfrentar este desafío sin nunca haber entrenado una transición (paso del agua a la bici o de la bici al trote), ni realizar un sprint (la mitad de las pruebas), comentarios que lo motivaron más para enfrentarse al gran desafío.
"Reconozco que en los días previos me comía la ansiedad y los nervios, pero cuando ya estaba a punto de entrar al agua se me pasó todo", continuó.
Además comentó que el resultado fue mejor de lo esperado al comenzar la preparación para esta importante carrera.
"Superé mis expectativas en el nado, pero al partir con la bicicleta comenzó la tortura. Esos 90 kilómetros fueron del terror, se me hizo muy pesado ya que era subida muy empinada, tanto así que me acalambré dos veces llegando al punto de llorar por el dolor, pese a eso no paré porque sabía que sería peor", dijo Cornejo.
Lágrimas
Continuando con su relato, Cornejo aseguró que vivió momentos de angustia por una carrera que no terminaba y que con el correr de los kilómetros se transformaba en un verdadera "tortura".
"Lloré de angustia, sentía que no terminaba nunca, pero ahí vino el segundo aire, me acordé de mi hermano y su apoyo, de mi familia y amigos. También de mis compañeros de rugby de Viña. De verdad que sentí que estaba con ellos y me alentaban a seguir", comentó Cornejo.
La última prueba, los 21 kilómetros de trote, la define como una sorpresa por el desconocimiento a la ruta que seguiría la competición.
"Nunca había estudiado el circuito, no me esperaba esa subida tan terrible que es la península. Pero sabía que el trote era mi prueba así que me sentí fresco y recuperé el tiempo perdido de la bici. Cuando ya estaba terminando traté de apurar el paso los últimos 100 metros y terminar con la cabeza bien arriba mi desafío", según recuerda.
A la hora de los balances sostiene que definitivamente fue "una prueba muy dura, pero una muy linda experiencia". Advierte que fue la primera y última vez que se enfrenta a este desafío, por lo que ya comenzó su entrenamiento para retomar su gran pasión, el rugby.
Pese a esto, asegura que la experiencia de Pucón le servirá para motivar a otros deportistas locales a ser parte de esta verdadera aventura.