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El sorprendente y desconocido mundo "prehistórico" de la Segunda Región

VESTIGIOS. Gigantescos animales habitaron lo que actualmente es el Desierto de Atacama.
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Irene Cereceda Ramos

El Desierto de Atacama es una enorme caja de sorpresas. Sin ir más lejos, su pasado prehistórico se hace presente constantemente con sus vestigios que permiten a expertos saber un poco más sobre la cultura de este extenso territorio.

Pero no sólo eso, sino que también de las condiciones geográficas anteriores a la llegada del ser humano, los animales prehistóricos y su vegetación. Diversos estudios e investigaciones permiten conocer un poco más de la época pasada de un territorio importante para la paleontología, el arte rupestre, la historia y la prehistoria de Chile.

Nuestro desierto es conocido por ser el más árido del mundo. Esta condición sería, aparentemente, de gran antigüedad. Según el artículo "Los ecosistemas del Desierto de Atacama y área andina", de varios autores, "aunque no existen datos directos que permitan una reconstrucción paleoclimática exacta, la evidencia geológica sugiere que los climas desérticos del norte de Chile han prevalecido desde, al menos, el Eoceno Tardío con intermitencia de períodos más húmedos durante el Oligoceno y Mioceno y actividad pluvial durante el Plioceno y Pleistoceno", plantea el escrito.

Glaciares

De la misma manera, el texto recalca que se asocia a los eventos glaciares cuaternarios la creación de extensas fases lacustres que dieron origen a los grandes salares.

La evolución de las condiciones ambientales en la zona -con el tiempo permitieron importantes cambios en los recursos hídricos, animales, suelos y vegetación. Esta situación sería la causante de las lluvias estivales, por ejemplo.

El Invierno Altiplánico, en sus orígenes, causó una aridez extrema. Posteriormente, la aridez estuvo interrumpida por periodos de intensa pluviosidad de origen tropical.

Miles de años después, se instaló en la zona el régimen actual de precipitaciones que llega a los 200 mm anuales en el altiplano.

El artículo "Los ecosistemas del desierto de Atacama y área andina" plantea que "esta secuencia de eventos no sólo afectó profundamente la composición de los actuales ecosistemas presentes en esta área , la que se caracteriza por una baja diversidad de especies y alto grado de endemismo, sino que también los patrones de asentamiento, movilidad y uso de recursos por parte del hombre", dice el documento.

Rio loa

Desde la prehistoria que el río Loa acompaña al oasis de Calama. Hace miles de años ahí existía una vegetación importante que cubría todas las grandes extensiones que se ven en el desierto actual.

Hay registros de fauna existente hace unos 500 mil años que incluso el ser humano no alcanzó a conocer.

Animales parecidos a elefantes, caballos americanos, perezosos gigantes, entre otros, son algunas de las especies que habitaron durante la prehistoria en la zona.

Por otro lado, la presencia humana presenta varios registros en la comuna. Se cree que hace unos 9 mil años hubo cazadores andinos, los que incluso podrían haber conocido a estos caballos americanos.

Paleontología

Por todos es conocido que el interior de la región es rico en paleontología. De hecho, expertos viajan desde Santiago hasta la zona para salir a terreno en búsqueda de restos fósiles en sectores como Cerros Bayos. Los restos de animales jurásicos son, en su mayoría, de especies marinas. Muchas veces éstas -que también vivieron en otras partes del mundo- poseían características muy distintas al típico de los animales jurásicos.

Piedras labradas

Osvaldo Rojas, investigador y director del Museo de Historia Natural de la Corporación de Cultura y Turismo de Calama, en su libro "Prehistoria de Calama", dice que "en las lomas de Topáter encontramos toscas piedras labradas, evidencias del comienzo de los tiempos del hombre en Calama".

De la misma manera, menciona que los primeros refugios para el trabajo de la piedra se encontraron en el actual sector Topáter y las Lomas de Montecristo.

Cuando las condiciones climáticas se estabilizaron se comenzó a propagar el comienzo de la agricultura, evidenciando así las primeras aldeas en Calama. Los sectores de Yalquincha, Topáter y Chunchuri fueron los que presentaban el hábitat más adecuado para comenzar el sedentarismo. Esto hace ya más de dos mil quinientos años atrás.

Rojas plantea que en Yalquincha - en periodos precolombinos- seguramente hubo condiciones más benignas que en las actualidad, permitiendo el desarrollo de pequeños caseríos en los periodos tardíos atacameños (900- 1400 d.C).

Otro sector importante que brinda datos sobre el pasado es Chorrillos. En este lugar "se refleja la profunda religión de los hijos de la tierra, sus elementos alucinógenos y extraños cultos a la muerte nos hablan de hombres excepcionales", cuenta Osvaldo Rojas en el libro Prehistoria de Calama.

El sitio arqueológico lo descubrió Ricardo E. Latcham en el año 1900 dentro de los recintos del entonces Regimiento Andino de Calama.

En este lugar se excavaron 26 tumbas que se encontraban en mal estado debido a la exposición al agua. Se rescataron tabletas para rape, tubos, cucharas y espátulas fabricadas en hueso. Arcos completos, flechas, cuentas de collar, elementos de textilería, entre otras cosas. Ojo de Opache es otro sector testigo de la vida precolombina. Las aguas en esta zona permitieron el cultivo de variados vegetales.

animales jurásicos habitaron hace miles de años la zona. muchos vestigios han sido encontrados en el sector de cerros bayos, al interior de la región.