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Negrita

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Nadie sabe quiénes fueron sus padres, ni dónde nació. Posiblemente fue en una población marginal al sur del Gran Santiago. En todo caso fue allí donde la encontraron, vagando. Vivía en las calles. Apenas había salido de la infancia cuando ya la perseguía una pandilla para violarla. La rescataron justo a tiempo, magullada y sucia. La llevaron a una clínica y la internaron. Estaba traumatizada. Durante las primeras semanas no emitió ni un sonido, como si fuera muda. Pero cualquier ruido fuerte la hacía temblar.

Mi hija se enteró de su caso y fue a visitarla en esa clínica. Aquella mirada vaga y asustadiza se fijó y animó por primera vez al descubrir a esta adolescente que le acariciaba la cabeza. Mi hija no titubeó, lo arregló todo para traerla de inmediato a casa.

Confieso que al principio opuse resistencia. Y hasta le puse un sobrenombre cruel. La apodé "las tres efes": fea, flaca y fome.

¡Qué equivocado estaba! Ahora me arrepiento y me desdigo en público. No es fea, es muy bonita. No es flaca, es delgada y grácil. Y no es fome o aburrida, para nada. Al contrario, ella nos hace sonreír y nos alegra la vida, a diario.

Si en lo que va corrido de esta crónica he dejado la impresión de que la Negrita es un ser humano es porque así la consideramos en nuestra familia. Lo que también podría expresarse de este otro modo: si los humanos somos una especie de animales, la Negrita nos ha hecho descubrir que muchos animales son una especie de humanos. Y que a menudo son mejores que nosotros, al menos en sus sentimientos. Por ejemplo, la alegría desinteresada con la que esta perra nos recibe cada día, agitando la cola, saltando y besándonos con su larga lengua rosada, debería avergonzar a esos niños y adolescentes que reciben a sus padres con un desganado: "¿Co'stai…? ¿Y qué me trajiste?".

La Negrita es una quiltra de raza. Es decir que es completamente mestiza. Tiene más o menos la forma estilizada de un dóberman al que no le hubiesen recortado el rabo frondoso y las orejas peludas, y que además fuera enano (la Negra mide sólo unos cuarenta centímetros de alzada, desde el talón hasta la cruz). Como su nombre lo indica su pelaje es de color negro, pero no del todo. La panza, la parte inferior del hocico, las cejas y las patas del codo para abajo, son rubios. Eso sí, bajo las cejas rubias y sobre la nariz lleva un antifaz negro perfectamente dibujado, como el de los criminales en las historietas.

Concordante con ese antifaz, la Negra posee la astucia y los recursos de un delincuente callejero, que es la forma en que se crió. Hace poco, mi hija y yo tuvimos que asistir a una reunión en la municipalidad del pueblo costero donde pasamos las vacaciones. Dejamos a la perra -perdón, a la Negrita- encerrada en la casa y partimos a pie, tomando atajos por las calles sinuosas de este balneario. Media hora más tarde nos encontrábamos en plena reunión en una solemne sala del "edificio consistorial", cuando allí se apersonó -o más bien, se "aperrosonó"- la Negra.

Esta canida astuta había conseguido escaparse de la casa y rastrearnos a puro olfato por medio pueblo. Y aún más: cuando nuestra pista la condujo ante las rejas intimidantes de la municipalidad, no se dejó amilanar. En cambio, las cruzó, subió las escalinatas del edificio, y aprovechó que alguien entreabrió la puerta principal para colarse e incorporarse a esa reunión de la que había sido injustamente excluida.

Una vez adentro, la mirada acusadora de la Negra, a través de su antifaz, parecía decirme: "Me dejaste encerrada. ¿En qué quedamos? No dices tú que soy como de la familia?"

"Sí, pero…", empecé a disculparme yo, mentalmente.

"¡Nada de peros, ni de perros! Si es que soy como humana, entonces tráeme cuando hay reuniones importantes."

Todo eso parecía decirme la Negra, jadeando un poco pero satisfecha. Luego se echó sobre la alfombra de ese salón edilicio, cruzó sus patas rubias y paró las orejas.

POR CARLOS FRANZ*

* C. Franz es escritor. Su libro más reciente es "Si te vieras con mis ojos" (Ed. Alfaguara).

Si los humanos somos una especie de animales, la Negrita nos ha hecho descubrir que muchos animales son una especie de humanos.

Desconocidos dejan mensaje a Jouannet tras atentado

INCIDENTE. El ataque incendiario ocurrió la noche del viernes en las cercanías de Traiguén. El Gobierno condenó los actos y presentarían una querella criminal.
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Pamela De Vicenzi

En una situación similar a la ocurrida al ministro del Interior, Jorge Burgos, un grupo de desconocidos dejó una pancarta con amenazas en contra del intendente de La Araucanía, Andrés Jouannet, tras un ataque incendiario ocurrido la noche del viernes en las cercanías de Traiguén.

"Fuera las forestales del wallmapu. Territorio mapuche. Jouannet no tienes peso en La Araucanía. Linda tu casa", rezaba el panfleto que fue dejado en el lugar. Hubo otro que también aludió a Burgos.

Ataque en traiguén

El hecho se registró la noche del viernes a la altura del kilómetro 7 de la ruta que une Traiguén con Los Sauces. Al menos seis encapuchados interrumpieron el camino que une Traiguén con Ercilla e interceptaron una camioneta de una empresa contratista, hiriendo a dos personas con disparos de perdigones.

Según el subprefecto administrativo de la prefectura de Carabineros de Malleco, teniente coronel Juan Pablo Espinoza, los desconocidos portaban armas largas.

Luego, en el campamento de la Forestal Arauco, un grupo de encapuchados irrumpió en la faena forestal donde dormían cerca de 20 trabajadores y prendieron fuego a las cabañas. No se registraron lesionados de gravedad.

Los atacantes huyeron en una camioneta, la que sustrajeron del mismo campamento y luego la abandonaron e incendiaron. Bomberos de Traiguén y avionetas llegaron al lugar para trabajar en el siniestro.

El 10 de enero pasado se registró un ataque de similares características en el campamento forestal del fundo Baltimore que también pertenecía a Forestal Arauco. En aquél lugar, los atacantes dejaron un mensaje al ministro Burgos. "Te estamos esperando. Weichafes", decía el rayado.

Posible querella

El intendente (s) de La Araucanía y gobernador de la provincia de Cautín, José Montalva, condenó el ataque incendiario y aseguró que los autores son delincuentes que se escudan tras la causa mapuche. Asimismo, no descartó presentar una querella criminal en contra de quienes resulten responsables.

"Es un acto reprochable, es un acto delictual, es un acto cobarde, de una cobardía absoluta y que sin duda no puede quedar impune", subrayó la autoridad en declaraciones a radio Bío-Bío.

"Aquí tratan de esconder lo que realmente son, y son delincuentes, tratan de abrazar causas que sin estos delitos podría ser legítima. Tratan de agarrarse de eso para hacer delincuencia pura", añadió Montalva.

Desde la oposición, el senador Alberto Espina (RN) hizo alusión a este hecho comparándolo con una obra de teatro. "En primer lugar, se sabe que se va a producir algún atentado y los servicios de inteligencia no son capaces de actuar a tiempo para prevenirlo. En segundo lugar, una vez que se produce el atentado no se pilla a nadie. El tercer acto consiste en que la autoridad decida interponer una querella, pero nunca se atreve a hacerlo por delito terrorista y diciendo que son delitos comunes. El cuarto acto es que salen todos los dirigentes políticos lamentándose y el quinto acto y final es que nunca pasa nada", señaló a la citada emisora.

El atentado

Ataque a camión Al menos seis encapuchados interceptaron una camioneta e hirieron con perdigones a dos de sus ocupantes.

Incendio de cabañas Después, desconocidos irrumpieron en un campamento forestal donde se encontraban 20 trabajadores.

Saldo No se registraron heridos de gravedad. Al menos dos cabañas y un camión fueron siniestrados en el ataque.

Diez artistas tributan a Juan Emar

Juan Claudio Edwards, sobrino nieto de Juan Emar, crítico de arte, pintor y escritor de la vanguardia de los años 20 y 30, reunió a diez autores nacionales para que hicieran una obra inspirándose en el libro del mismo nombre. El resultado ilustra el volumen homenaje "Diez x 10: tributo artístico a Juan Emar".
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A setenta años de su muerte (ocurrida en 1964), su sobrino nieto, el gestor cultural Juan Claudio Edwards, ganó el Fondo del Libro 2015 para editar el libro "Diez x 10: tributo artístico a Juan Emar" (RIL Editores). Para ello, convocó a diez destacados artistas nacionales y les pidió a cada uno que ilustrara un cuento de "Diez", el volumen de narraciones con que Juan Emar se retiró del mundo literario en 1937.

Las obras en gran formato estuvieron en el Museo de Arte Contemporáneo y este año recorrerán algunas regiones del país.

En la exhibición y libro figuran Gonzalo Cienfuegos, Eugenio Dittborn, Arturo Duclos, Concepción Balmes, Francisco Brugnoli, Virginia Errázuriz, Ismael Frigerio, Paz Lira, Bruna Truffa e Isabel Viviani, todos ellos con grabados digitales. El libro incluye reproducciones de ellas, así como el facsímil de la edición original de "Diez" tal y como fuera publicado en 1937, con prólogo de Pablo Neruda.

El tío pilo

"Juan Emar era hermano de mi abuela. Murió en 1974, cuando yo era muy chiquito, así que no tengo recuerdos de él en persona, pero sí escuché de niño los recuerdos que de él contaban. Como pasa en hartas familias, siempre existe el pariente medio excéntrico del que hay decenas de historias que se cuentan en los almuerzos familiares. El tío Pilo (Juan Emar) era de esos personajes. La primera vez que lo leí fue en 1971 cuando mi madre me regaló 'Diez' y allí empezó otro tipo de fascinación por el gran escritor", cuenta Juan Claudio Edwards, publicista de profesión y máster en Comunicación Social de la Universidad de Chile.

-¿Qué fue lo que te llevó a hacer este libro y exposición?

-A mí me mueven dos cosas: primero, es inverosímil que Juan Emar no sea muy conocido en Chile. Hay un reducido grupo que lo ha leído y otros que han escuchado de él, pero el grueso de los chilenos no lo conoce. El segundo tema relevante es que Emar debe ser, probablemente, uno de los escritores chilenos que más ha amado al arte, aunque nunca fue considerado como un artista. Lo primero que se destacaba de él era su rareza y lo extraña que era su escritura; luego se consideraban sus opiniones sobre arte que escribió durante mucho tiempo en el diario La Nación, sus "Notas de Arte". Pero nunca se mencionaba como artista, a pesar de que estudió Arte y pintó, no demasiado bien desde mi perspectiva, pero lo hizo. LOS DIEZ

Para seleccionar a los diez artistas Edwards hizo un listado de veinte, teniendo en cuenta siempre que quería igual cantidad de mujeres y hombres. Cada artista tenía asignado un número que iba del uno al veinte. "Empecé a contactarlos y el primero fue el número uno, que era el más difícil: Eugenio Dittborn. Algunos me habían advertido que era un poco cascarrabias; lo llamé con cierta reserva por esto, pero le expliqué de qué iba el asunto. Su respuesta a la invitación fue 'de todas maneras', pero me puso dos condiciones: la primera fue que él escogería el cuento y tomó 'Chuchezuma' de inmediato; la segunda que propuso fue que todos crearan su obra desde la misma base, esto es, desde un formato digital, y luego imprimirlas".

Edwards cree que en determinados círculos el nombre de Juan Emar nunca desapareció. Prueba de ello es que cuando invitó a los diez artistas a formar parte del homenaje, todos ellos sabían quién era Juan Emar y lo habían leído fascinados, algunos incluso en el colegio.

"Tuve la suerte de que no hubo ninguno de los primeros diez que listé que me haya dicho que no, así que no tuve que pasar a la lista de reservas que había hecho. Los primeros diez que llamé me dijeron que sí muy entusiasmados y estoy profundamente agradecidos de su trabajo", comenta Edwards.

"A Gonzalo Cienfuegos al invitarlo le dije que quería ofrecerle el cuento que considero más interesante, que es 'Pájaro verde'. Me respondió que fantástico, que le mandara todas las directrices de cómo debía ser y se puso manos a la obra de inmediato. Varias semanas después me llamó para decirme que estaba listo y que podía pasar a buscar la obra. De vuelta de su taller me doy cuenta que no tenía el tamaño de 25 por 25 que le había pedido, sino que era más ancha. Volví con una foto de la obra y una propuesta que no alcancé ni a planteársela, porque me dijo que la haría de nuevo, esta vez con el formato convenido. Eso creo yo que es real amor por la obra y gran profesionalismo", concluye el sobrino nieto de Emar.

Después de Eugenio Dittborn vino Isabel Viviani. "Le pregunté cuál cuento quería tomar; ella me contestó que 'Maldito gato' y quedamos en eso; al otro día llamo a Arturo Duclos y lo invito a participar; me contesta que encantado, pero con una sola condición: que le asigne 'Maldito gato', porque ese relato lo alucinó desde niño. Me puse colorado y llamé a Isabel explicándole la situación; ella me dijo que había otro cuento que le gustaba que era 'El unicornio' y que dejaba libre el otro cuento siempre y cuando le pasara ese. Por suerte pudimos hacer el cambalache y quedamos todos contentos", recuerda Edwards.

Pepeche

La obra plástica de Juan Emar nunca se ha traído a Chile y está principalmente en Francia. La componen dibujos, caricaturas, pinturas al óleo y temperas, algunas de ellas con cierta afinidad con el grupo Montparnasse, un colectivo de artistas plásticos de la época de Emar en el que figuraban hombres como Manuel Ortiz de Zárate y Camilo Mori. Los dueños de esa colección son los descendientes de Pépèche, apodo con que se conoció a Alice de la Martinière (1902 - 1995), de quien se cuenta era una modelo de alta costura que tenía "piel de durazno". De ahí su apodo. Ella guardó sus pinturas en su casa en el sur de Francia. En el caso de la obra literaria de Juan Emar, está en manos de la fundación que lleva su nombre, entidad que levantó su sobrino Gonzalo Figueroa Yáñez.

"En marzo y abril la exposición estará en el Museo Ralli de Santiago; luego irá a Curicó y Talca gracias a la Universidad de Talca, eso será en mayo y junio; en julio estamos viendo la posibilidad de estar en otros lugares de Chile.


"Diez x 10: tributo artístico a Juan Emar"

Juan Edwards

RIL Editores

240 páginas

$20.000

Pese a la importancia mde juan emar, el grueso de los chilenos no lo conoce.

|La obra con la que bruna truffa homenajeó a Juan Emar.

Por Amelia Carvallo

Juan Emar (1893 - 1964) es el seudónimo de Álvaro Yáñez Bianchi, escritor, crítico de arte y pintor chileno, una de las figuras más descollantes, aunque poco conocidas, de la vanguardia literaria de los años 20 y 30 en Chile.

ZIG ZAG/ EL MERCURIO

"Hay un reducido grupo que ha leído a Juan Emar y otros que han escuchado de él, pero el grueso de los chilenos no lo conoce".