La Haya: comencemos por nuestra identidad
"Tenemos una ventaja: hemos construido una historia y una identidad nortina por más de un siglo".
Esperamos que la llegada del exsecretario general de la OEA, José Miguel Insulza, para encabezar la llamada "segunda fase de la defensa chilena" ante la demanda boliviana en La Haya cumpla con el objetivo de reforzar el ámbito político y comunicacional de nuestra estrategia, que ha sido nuestro flanco más débil. Pero antes de comenzar la arremetida, debemos corregir un concepto fundamental que ha sido foco de preocupación en los círculos de poder: el llamado "el manejo de imagen" que ha tenido Chile en este caso.
Debemos entender que la imagen es lo que queremos proyectar, pero no necesariamente lo que somos. Si queremos ser efectivos en esta segunda etapa debemos convencernos de que nuestro mensaje ante el mundo sólo trascenderá en la medida en que la imagen tienda a coincidir con la identidad.
Nuestra identidad es el conjunto de rasgos propios que forman nuestro país y que, al mismo tiempo, nos diferencian de otros países. La identidad está asociada a la conciencia que tenemos de nosotros mismos, a nuestra condición social, cultural y espacial. Y si el conflicto que tenemos con Bolivia involucra al Norte Grande, debemos preocuparnos de incorporar en nuestra estrategia comunicacional esa identidad.
Para posicionar nuestro mensaje y la defensa de nuestro territorio, debemos partir por asociar nuestro discurso a la región nortina y a su identidad local; debemos proyectar los símbolos, las imágenes y las historias humanas del norte como parte esencial de la marca Chile. Y tenemos que, forzosamente, trabajar para que la percepción que tenga el resto del mundo sobre ese territorio sea diferente al proyectado por la competencia (Bolivia).
Tenemos una ventaja inapelable: hemos construido una historia y una identidad nortina por más de un siglo. Antofagasta, Tocopilla, Mejillones, Cobija y Calama, que los bolivianos cantan de manera desafiante "otra vez a la Patria volverán", son parte esencial del ADN chileno y territorio clave para el erario nacional. La voz de esos chilenos es la que debe salir al mundo de la mano del cobre, de las sales minerales, de la pesca de la anchoveta y de las aceitunas de Azapa; del Géiser del Tatio, de San Pedro de Atacama.
Todo eso es parte de la identidad de Chile. Para posicionar, entonces, la imagen que deseamos, debemos construir un relato que haga viva esa identidad en la mente del mundo y de La Haya.
Sebastián Vásquez R.
Subdirector Brand Relations en B2O