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"Despedida"

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Ad portas de dejar el mando de la I División de Ejército, después de dos años de intensa gestión que nos llevó de la instrucción y entrenamiento al apoyo humanitario de la población afectada por diversas catástrofes naturales, quisiera detenerme para agradecer a la comunidad antofagastina por su permanente apoyo y colaboración en cada una de las tareas que emprendieron los "Vencedores del Desierto" bajo mi mando.

Guiar los destinos de la división más antigua y gloriosa del Ejército de Chile innegablemente, como hombre y como soldado, ha sido un verdadero honor; pero a la vez, conlleva el desafío de liderarla con miras a incrementar sus potencialidades y operacionalidad, manteniéndola a la altura de los desafíos que le cabe enfrentar cuando la Patria lo demanda.

Sin ánimo de analizar la gestión realizada durante los años 2014 - 2015, pues ese juicio se lo dejo a la historia, quisiera agradecer el profesionalismo y entrega de los hombres y mujeres que he debido mandar, pues es el fruto de su trabajo tesonero, capacitación permanente, desarrollo y vocación de servicio el que permitió alcanzar los más altos niveles de operacionalidad y alistamiento propuestos para esta unidad de armas combinadas.

Estas mismas capacidades, logradas por los integrantes de la I División de Ejército, son las que se han puesto a disposición de la comunidad cuando los desastres naturales y otras emergencias han hecho urgente el despliegue del personal militar para ir en auxilio de la población afectada.

Estos años han sido particularmente complejos, en materia de catástrofes naturales; sin embargo, nos sentimos satisfechos de haber podido cumplir con todos nuestros compatriotas, no solo en esta región sino también desplazándonos a otras zonas para cumplir con nuestro deber.

Todas estas experiencias hacen difícil la partida de este soldado; pero dejo esta hermosa tierra con la satisfacción de haber entregado todo y reiterando mi vocación de servicio hoy y siempre. ¡Viva Chile!

Comandante en Jefe de la I División de Ejército

GDB Claudio Hernández Muñoz

Niño británico es diagnosticado con el cáncer más raro del mundo

ENFERMEDAD. El pequeño George McIntosh está siendo tratado de forma experimental.
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Tumor leptomeníngea oligodendroglial diseminado. Ése es el diagnóstico que tiene George McIntosh, un niño británico de seis años cuyo caso se ha vuelto un verdadero desafío para los médicos, ya que se trata del tipo de cáncer más raro del mundo y que hasta ahora se había presentado sólo en nueve personas, todas adultas.

Las señales de alerta comenzaron cuando repentinamente George desarrolló estrabismo en uno de sus ojos. Sus padres lo llevaron rápidamente al hospital, donde determinaron que tenía una inflamación en su cerebro, por lo que los médicos pensaron que tenía meningitis o tuberculosis, e iniciaron un tratamiento para ambas enfermedades.

Sin embargo, unos meses después un examen de rutina arrojó algo nuevo. "No podían identificar lo que causaba la presión y durante un escáner vieron cosas que no correspondían a la meningitis tuberculosa. Hicieron una biopsia de la columna vertebral y descubrieron que se trataba de un tumor extremadamente raro", explicó Julie, la madre de George, al periódico británico "Mirror".

El tumor leptomeníngea oligodendroglial diseminado es un tipo de cáncer que afecta al sistema nervioso central del cerebro y la columna de George. Y como él es el único niño en el mundo que lo padece, todo su tratamiento es experimental. Hasta ahora se ha sometido a sesiones de quimioterapia y a varias cirugías.

Salud