Durante las últimas semanas y en diferentes zonas del país, se han producido dramáticos hechos que involucran a personas en situación de calle y que dejan al descubierto la falta de preocupación que como sociedad tenemos por esta penosa realidad.
En la comuna de Alto Hospicio, un hombre fue asesinado después de tomar agua de un grifo; en Valparaíso falleció un adulto mayor fuera del Ejército de Salvación; en Santiago, un hombre sin nombre fue hallado muerto en el baño del Hospital Barros Luco; y en la Plaza de Armas de la capital, gente de calle se bañó en la pileta, provocando malestar entre los transeúntes. A lo anterior se suma Concepción y el desalojo de un grupo de personas que ocupaba el odeón de la Plaza de la Independencia; San Fernando y Arica, ambas ciudades con casos similares en la plazoleta Manuel Rodríguez y el Parque Baquedano, respectivamente. ¿Falta de empatía, indolencia, insensibilidad colectiva con aquellos que diariamente experimentan la pobreza y vulnerabilidad?
Como Hogar de Cristo nos empeñamos por trabajar en su recuperación y mejoramiento de sus condiciones de vida, pero nunca es suficiente puesto que urge la vinculación de la sociedad respecto a las problemáticas de vivir en la calle.
Si bien es cierto que es necesario contar con una política pública dirigida a restablecer y garantizar los derechos de las personas de calle y darles una oportunidad de real inclusión social, a través de un trabajo de alta complejidad como el consumo problemático de alcohol, salud mental, desempleo, etc., no menos importante es el modificar la postura generalizada que impera hoy, que evidencia dramáticamente la falta de respeto que hay hacia la dignidad de otros que por diversos quiebres en su historia han optado por la calle.
El Segundo Catastro Nacional de Calle del año 2011 indica que en la región hay 714 personas que viven en situación de calle, cifras que de seguro han aumentado en estos años, por lo que apremia una nueva medición.
Nuestros desafíos como sociedad son grandes. Además de visibilizar y denunciar las injusticias que se cometen contra ellos, debemos ser capaces de incluirlos socialmente a través de acciones concretas que respeten sus derechos y dignidad.
Cristian Ly Zúñiga
Director ejecutivo Hogar de Cristo Antofagasta