Secciones

Director de "Secreto de una obsesión" habla sobre el remake

ESTRENO. Billy Ray, entrega detalles sobre el remake de "El secreto de sus ojos", que trabajó con Juan José Campanella.
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Cuando Billy Ray ("Captain Phillips") y el productor Mark Johnson ("Rain Man") vieron la cinta argentina "El Secreto de sus Ojos", dirigida por Juan José Campanella y ganadora del premio Oscar de 2010 a la Mejor Película Extranjera, no podían dejar de hablar de ella.

De ahí que ambos colaboraran en llevar a cabo una adaptación de esa historia, que fue estrenada esta semana en Chile bajo el título "Secreto de una obsesión". "Me dejó completamente anonadado, sentía una especie de reverencia que lindaba con el temor", dice Ray sobre la cinta original. "Sentí que había una versión norteamericana de la historia que valía la pena volver a contar y explorar", cuenta sobre lo que lo impulsó a hacer la adaptación.

La historia comienza cuando la investigadora Jess Cobb (Julia Roberts), el investigador del FBI Ray Kasten (Chiwetel Ejiofor) y la fiscal de distrito Claire Sloan (Nicole Kidman) conforman un trío prometedor.

Pero todo da un giro cuando Ray y Jess van a investigar una escena del crimen en la que se encuentran con que la víctima es la hija de Jess. El único testigo del crimen es un testigo federal protegido y es liberado. 13 años después Ray encuentra una nueva pista, que lo hace volver a Los Ángeles para intentar convencer a Claire que reabran el caso. Ambos se unen para perseguir al asesino, pero hay un secreto que le sube el precio a la venganza.

Ray confiesa que los ataques del 9/11 sirvieron como catalizador de la versión estadounidense de la historia. "Lamentablemente nos brindó la oportunidad de poder crear la historia de nuestra película, algo que ningún otro contexto podría haberlo hecho", dice.

Por su parte, Campanella valora lo hecho por su colega. "Billy le encontró un gran giro a la historia", asegura. "Mantuvo mucho de la emoción de la versión original, pero encontró una manera de contarla muy norteamericana", agrega.

Ray por su parte, destaca al reparto de la cinta como uno de los ingredientes más importantes. "En esta película, la gente no se comporta como personajes. Se comportan como personas. Me adjudico un poquitín de crédito por eso, pero la mayor parte es del elenco. Estamos frente a una abundancia de riquezas", dice.

Hijo pródigo del desierto

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Un día de enero en 1932, debí partir a la capital, para iniciar mis estudios universitarios. Debí ausentarme del paisaje que sostenía el agrado de mis ojos, perder la belleza estos cerros, donde se apoyó mi adolescencia.

Lejos de ellos, viví partido, como un hombre a quien le falta la mitad de su verdad. En medio de la capital empenachada por sus historias, escribía la tristísima de mi nostalgia: buscaba los cerros de Antofagasta y concluía pobre de alegrías, hundidos los ojos en la ceniza.

El tiempo se iba, lastimándome, hasta que, en abril de 1953 retorné al Norte dispuesto para el Todo y la Nada de un "para siempre": me quedaría, fiel a la majestad de mis amigos, sonreiría a mis cerros, afirmaría mis días a los hombros de este paisaje.

A poco del regreso, viajé a la pampa. Allá, me henchí del áspero y puro olor del yodo, entendiendo una noche, al abrir las sabanas del lecho del forastero, que, también, yo era parte de este aroma.

En un ir y venir sin ton ni son nocturno, repentinamente, un poco más tarde, me llegó el perfume del mar, hechizándome y envolviéndome en su gracia vital. Por primera vez, lo aspiré en disfrute de una revelación: por este perfume se completaba la plenitud de mi mismo. Era feliz:

"Llegas, /como un huésped bravío de salud, hinchando mis narices, de fuego oceánico".

El Hijo Pródigo del Desierto de Atacama se echaba en brazos de su familia, celebrándose, ahora, como un hombre entero, con su paisaje a cuestas, pastor de cerros, pequeño novio de la ola, siervo de dos fragancias sustanciales. ¡Oh, maravillosa alianza del Hombre con la Tierra!

Alguien podría imaginar que esta cuartilla es sólo vana literatura, ¡y no guarda ninguna línea de tal! ¡Es experiencia humana por los cuatro costados!

El Hijo Pródigo del Desierto de Atacama se fundirá en sus huellas y distancias. Su eternidad vivirá en sales de este suelo, lo acariciará este mar bienhechor.

¿No constituyen estas fortunas el Cielo y el Paraíso del antofagastino?; "Antofagasta principia en una huella,/donde el sol fue la vivida simiente".

Andrés Sabella, 16.12.1980