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Aluvión: niños de Taltal superan temores con una obra de títeres

MONTAJE. Un grupo de mujeres emprendedoras crearon proyecto solidario en comunas afectadas por temporales.
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Jonathan Villella Coyán

Los niños fueron quizás los mayores afectados en términos emocionales producto del temporal en Antofagasta y aluvión de Taltal ocurrido en marzo.

Por ello para que superarán este trauma, un grupo de madres emprendedoras con un gran corazón impulsaron un proyecto para llevar la magia del teatro de títeres hasta las zonas afectadas.

Una de las gestoras de la idea fue la ingeniera comercial, Esther Croudo, quien comentó que cuando vio en las noticias de que las familias estaban siendo afectadas por el temporal y que habían niños sufriendo, llamó a una amiga para ver de qué manera podían ayudar en la contingencia.

'al margen'

"Cuando pasan catástrofes como las ocurridas es normal que los niños queden 'al margen', ya que los adultos están muy ocupados limpiando y restaurando sus hogares. En Antofagasta, con las lluvias no fue la excepción, y qué decir del aluvión en Taltal", agregó.

Croudo precisó que "es por ello que nos propusimos a través de una obra poder ayudar a que los niños reparen sus heridas mediante la imaginación y sus mentes creadoras", precisó la profesional.

Capacidades

Asimismo, Pilar Palma, periodista y licenciada en Letras en la UCN, manifestó que a penas escuchó la idea pensó en que había que ayudar, por lo que rápidamente tomó contacto con la publicista Paulina Gaete, quien hace 15 años trabaja con niños y jóvenes en diferentes talleres y montajes teatrales para desarrollar. Y así con su ayuda realizar un programa para levantar el ánimo de los niños afectados.

"Cuando nos preguntamos de qué manera podíamos levantar el espíritu de los niños, pensamos inmediatamente en Paulina. Ella ha trabajado con ellos y sabe cómo explotar sus capacidades", manifestó Pilar Palma.

Si bien para ayudar, sólo hay que tener ganas, las profesionales fueron asesorada s por un sicólogo -un hermano de Esther Croudo- y así saber cómo podían abordar a los más pequeños y encauzarlos en un trabajo en conjunto de sanación, liberación y creación artística.

Es así, sin pensarlo mucho, llegaron a una de las zonas más afectadas: Taltal.

Con la ayuda del alcalde Sergio Orellana y una radio local hicieron un llamado a los niños quienes no tardaron en responder. Muy pronto, poco más de 50 pequeños, se sumaron a la iniciativa, desarrollando en conjunto con Esther, Pilar y Paulina, los títeres y el guión que utilizarían en la obra.

Después de desarrollarse los talleres, la obra "Nonos resilentes" estaba lista. Y fue estrenada en el Centro Cultural de Taltal. En ella, los niños contaron a través de sus personajes de género cómo ha sido este proceso de primero vivir la tragedia y después sobreponerse a ella.

Al respecto, Paulina Gaete, quien tiene basta experiencia en el desarrollo de obras de títeres, comentó que el trabajo realizado con los menores fue positivo, porque ha sido muy entusiastas y dedicados, "con ganas de crear desarrollando sus sueños".

Proyecciones

Después de esta enriquecedora experiencia junto a los niños de Taltal, Pilar, Esther y Paulina desean continuar llevando estos talleres a otros pequeños de la región.

Es por ello, que hacen un llamado a cualquier persona u organización que quiera sumarse a esta labor, y así seguir repartiendo amor y desarrollando la imaginación.

Sergio, Orellana, alcalde de

Taltal

"Estos talleres han sido de gran ayuda para que los niños aprendan que siempre se puede salir adelante".

50 menores participaron en los talleres del proyecto del teatro de títeres en la comuna de Taltal.

3 víctimas fatales dejó

el temporal que afectó a Antofagasta el 25 de marzo del presente año.

Enferma

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Las cosas pasan cuando tienen que pasar. Y lo que pasa, siempre pasa porque tiene que pasar. Parece trabalenguas, y es que a veces la vida aparenta ser tan complicada como un trabalenguas. Pero no lo es. Porque cuando desmenuzas la frase, te das cuenta que es de una simpleza asombrosa y que la complicación está más en la forma que en el fondo y se encuentra más en uno que en el significado mismo de lo que se quiere decir. Es lo que nos sucede a los seres humanos casi a diario y con casi todo… lo enredamos, lo torcemos, lo enturbiamos, lo sobre-analizamos y lo archi-procesamos. Cuando en realidad, más que entender, la mayoría de las veces se necesita sólo aceptar.

Como me sucedió esta semana, que en medio de todas las actividades de fin de año, se me ocurrió enfermarme. Nada grave, un virus extraño, pero bastante incómodo. Y hasta ahí no más llegué y por algunos momentos, me desesperé, porque sentí que el mundo - al menos el mío- estuvo obligado a detenerse. No tenía muchas alternativas y tuve que ceder a lo que me estaba ocurriendo y me vi obligada a soltar todo lo que estaba haciendo (que no era poco) y lo que había planificado hacer (que tampoco era menor). Y de un momento a otro mi única preocupación pasó a ser cómo bajar la fiebre y disminuir el malestar que sentía.

Mi marido y mis hijos me miraban asustados, porque claro, no es habitual ver a la esposa y a la mamá tirada en la cama sin ganas de nada. Pero déjenme decirles, que fue una linda oportunidad para que mi familia se hiciera cargo de todo aquello de lo que habitualmente me hago cargo yo. Y lo hicieron bastante bien, la verdad. Quizá no de la manera como lo hubiera hecho yo, pero… ¿A quién le importa eso?

Así es que en medio de la incomodidad física, entendí que todo estaba bien. Todo estaba perfecto y todo era como tenía que ser. Y me dediqué a estar enferma, a dejar que me doliera mi humanidad completa y a olvidarme de que tenía que hacer todo lo que tenía que hacer. Y descubrí que a veces estar aquejado de alguna dolencia no es tan malo porque te permite poner en perspectiva aquello que de tan cerca que lo tienes, no te deja ver nada más.

Porque estar enfermo te obliga a soltar, a dejar de querer controlarlo todo y a desapegarte de todo eso a lo que habitualmente estás tan apegado. Y lo mejor de todo, es que cuando lo haces, te das cuenta -no sin cierta sorpresa- que no pasa nada y que el mundo sigue girando.

Si uno logra hacer ese click, te aseguro que tu curación será no sólo física, sino también del alma. Habrás logrado ver el regalo que traía tu enfermedad y habrás entendido que todas esas actividades o responsabilidades o roles con los que te identificabas, no son tú y que tú tampoco tienes que validarte sólo y exclusivamente a través de ellos.

Uno es mucho más que lo que hace o lo que deja de hacer. La enfermedad te da la posibilidad de resetearte y de volver a empezar con las pilas recargadas. Pero recargadas no sólo porque estuviste un tiempo tumbada en una cama en posición horizontal, sino porque además pudiste ver tu vida desde otro punto de vista y eso siempre es un descubrimiento refrescante y muy sanador.

Marcela Munita Solé

Marcemunita.blogspot.com