Daniel Collao Sarria siempre se dedicó al fútbol durante su permanencia en el Colegio San Luis, institución donde estudió toda su educación básica y media.
Su puesto era de arquero y representó al establecimiento de calle Baquedano en diversos torneos, resultando campeón en varios de ellos.
Pero tras dejar la etapa escolar, su rol con el deporte en el San Luis cambió totalmente, pasando a ser el asistente técnico de su hermano Álvaro, entrenador de la selección de fútbol de los "Leones".
Estando en ese cargo le ofrecieron desde la dirección del establecimiento tomar las riendas del hándbol, y no lo pensó dos veces aceptando la propuesta.
Él conocía el deporte, pero nunca pensó que se tendría que hacer responsable de una selección escolar de la disciplina, y realmente le ha ido muy bien.
En sus primeros años al mando de la escuadra sanluisina logró diversos títulos a nivel comunal, dando un salto de calidad en un deporte que estaba un poco olvidado en la esfera antofagastina, más aún en nacionales, donde los representativos locales no lograban superar las primeras rondas de las competencias.
Pero este 2015 fue realmente fructífero para Daniel, ya que con los "Leones" logró seis títulos a nivel comunal, regional y zonal, llegando al nacional desarrollado en octubre, donde se clasificaron en un quinto lugar con sabor a triunfo, aunque el propio entrenador señaló en una entrevista con este medio que pudo ser mucho mejor.
Al mismo tiempo, con solo 26 años tiene claro cuáles son las prioridades de su disciplina en la ciudad para el futuro.
Una de esos objetivos es lograr un lugar adecuado de entrenamiento, con características necesarias para lograr mejores resultados a nivel nacional.
"Falta mucha infraestructura no tan solo en el balonmano sino que en muchas disciplinas. Al viajar con la selecciones a Santiago y al sur nos dimos cuenta que acá en Antofagasta hay una carencia muy grande. En el sur hay polideportivos especiales para albergar diversas disciplinas y se están ocupando pero acá, lamentablemente, no hay estos recintos", comentó Daniel Collao.
Camila Macaya
Si hay algo que caracteriza a Camila Paz Macaya Salinas es su entrega en las pistas del bádminton a nivel sudamericano, no por nada ha participado en dos Juegos Panamericanos con 25 años recién cumplidos.
Esta perseverancia y dedicación a la disciplina la han llevado a ser la actual campeona nacional de este deporte.
"La verdad es que he sido campeona nacional varias veces, pero siempre tengo mayores metas que cumplir", sostuvo Camila en una entrevista.
Pero el sacrificio para llegar a donde está en la esfera nacional no ha sido poco, dejando de lado amigos y familia para desarrollarse de mejor forma en este deporte que año a año retorna de los torneos nacionales cargados de medallas para la ciudad.
"Cuando estaba en la universidad mi día comenzaba a las cinco de la mañana y no paraba hasta las 11 o 12 de la noche. No me levantaba temprano a entrenar, sino a estudiar , ya que esa hora era la única que tenía para hacerlo. Después me iba a clases hasta las 8 y después me iba a entrenar", sostuvo Macaya.
Junto a Ting Ting Chou formaron una dupla inseparable tanto en el deporte como en la vida cotidiana. Juntas lograron un puñado de primeros lugares para Antofagasta, además de representar a la ciudad en panamericanos de la disciplina.
Entre sus mayores logros, aparte de participar en los Juegos Panamericanos y los múltiples campeonatos nacionales, Camila destaca su final de dobles sudamericano en Brasil 2013, y la plata en singles lograda en 2014.
"Esa medalla fue muy especial, porque venía saliendo de una grave lesión que casi me costó la carrera. Por eso el significado de esa medalla a pesar de no ser de oro", agregó.
En 2014, la rotura del tendón rotuliano le significó replantearse su carrera, la cual estuvo muy cerca de dejar, pero su perseverancia le permitió seguir adelante y volver a las canchas con más fuerzas que nunca.
Premio a su esfuerzo, Camila logró viajar a España donde pudo entrenar con los mejores exponentes europeos de la disciplina, incluso con ofrecimientos para quedarse, aunque sus sueños van mucho más allá, el más importante es estar en unos Juegos Olímpicos.