Dániza Urrutia Sepúlveda
Partieron con el sueño de ayudar al prójimo. No pertenecen a ningún partido político y tienen en común el ser solidarios. El objetivo del "Movimiento Solidario Dios Te Ama Antofagasta", es ayudar a quien más lo necesita, la gente en situación de calle. Todos los sábados y a veces los domingos recorren diversos puntos de la ciudad para llevar una comida caliente, un plato digno a quienes nada tienen.
Hace más de un año, los voluntarios de este movimiento buscan financiamiento a través de rifas y pago de cuotas. Por jornada distribuyen unas 60 raciones que muchas veces son el único alimento para quienes viven en la calle.
Paola Contreras es una de las entusiastas voluntarias que forma parte de la directiva. Compatibiliza sus tiempos de madre y trabajadora, para ir en ayuda de quienes nada poseen. Le gusta ver la retribución de cariño, sentir el abrazo o un apretón de manos.
"Ellos nos cantan, recitan, dan las gracias sólo porque nosotros les entregamos un momento de relajo, de distracción", dijo Paola.
"Cuando yo entré al grupo eran cinco personas. Con el tiempo empezaron a llegar más voluntarios. Llegó un momento en que empezamos a salir con siete vehículos que iban con cinco personas cada uno. Ahora el número es relativo pero estamos como en 40 voluntarios. Somos un grupo de diferentes estratos sociales y de distintas religiones. El único propósito que nos mueve es ayudar a la gente en situación de calle. Me gusta participar en esto, y ver las caras de los beneficiados, porque ellos nos esperan. Hay muchos casos impactantes", acotó Denisse Mejías, otra de las voluntarias.
Durante el tiempo que han recorrido las calles de Antofagasta, los voluntarios han conocido dramáticas historias de mujeres y hombres que viven marginados del sistema. A veces por opción propia y otras por circunstancias de la vida, viven en la calle, sin contacto con sus familias.
Calles
En las calles hay gente de diversas ciudades, que llegaron al norte en busca de trabajo y no tuvieron éxito. También hay personas afectadas por el consumo de alcohol y drogas que no tienen donde quedarse y sobreviven en el rigor de la calle.
Los voluntarios saben que es difícil romper esa círculo, entonces optan por llegar con una palabra de aliento, con una broma, todo para que esa persona que vive en la calle, olvide por algunos minutos su situación y comparta una comida caliente.
Casi el 100% de los beneficiados los recibe con una sonrisa, sólo en contadas ocasiones han tenido alguna dificultad al entregar la ayuda solidaria.
El menú considera un vaso de té, un pan, una sopa y el plato fuerte. El recorrido parte en la Plaza Colón, continúan por una estación de servicio en avenida Argentina con Latorre, siguen a la Playa Paraíso, después se trasladan a las inmediaciones del Cementerio General y continúan rumbo al Terminal de Buses. Por lo general terminan el recorrido en la parte de atrás del Ceim.
Pilar Urzúa muchas veces se encarga de cocinar. Ella dona los 60 panes y se afana en preparar un menú rico que sea del gusto de todos los comensales. Sus hijas la apoyan y juntas salen aportando su tiempo y esfuerzo en el recorrido de amor y solidaridad.
Jimmy Cortés es el presidente del movimiento y se siente orgulloso de lo que han logrado. "Todo surgió con la intención de ayudar simplemente. Nos fuimos organizando a través de las redes sociales y ahora el movimiento está en todo el país. En muchas ciudades están replicando nuestra misión. Todos están invitados a sumarse, a entregar aunque sea una pequeña ayuda a quien más lo necesita", precisó este joven profesional que es el principal motivador y gestor de la idea.