Las relaciones del Gobierno Regional y central con el Municipio de Antofagasta, no son de las mejores, cuestión que es bastante evidente y delicada considerando que se involucra a toda la comunidad en rencillas que sólo dividen y poco aportan.
Los últimos hechos son el problema de delincuencia y el desalojo de la Plaza Sotomayor, que ya fue solicitado por el ayuntamiento y que tuvo una negativa respuesta por parte de la gobernación. Según el ente, el petitorio está incompleto al no contar con los detalles de los comerciantes afectados y los planos involucrados, entre otros aspectos.
Respecto al tema delincuencia, el asunto es de un cariz más amenazante. Abundan las declaraciones estériles y casi absurdas que poco o nada aportan.
Estos incordios son, muy lamentablemente, comunes entre ambas instituciones, aunque con leves matices.
Han sido graves, por ejemplo, en el caso de la construcción de un relleno sanitario; y menos complejas con la reciente pavimentación de calles de la capital regional, donde el Gobierno acusó al Municipio de confundir a la población, al sugerir que era esa administración la que desarrollaba las labores.
Mal diagnóstico y peores perspectivas para futuro.
Nuestra ciudad requiere de una actitud colaborativa, una mirada de futuro que sobrepase las consideraciones políticas, porque aquí nadie sobra.
Si buscamos adversarios, hay que verlos en Santiago, el verdadero enclave de poder que limita nuestro desarrollo, al concentrar el grueso de las inversiones y calidad de vida. Es acá donde debemos unirnos para erigir una mejor ciudad, lo que no significa ser condescendiente, ni displicente en los detalles, pero sí mantener una actitud que vaya en beneficio de la comunidad.
Es de esperar que estos desencuentros se terminen por el bien de la ciudad, que a partir de ahora demandará mucha fortaleza y trabajo conjunto para enfrentar escenarios complejos, producto de la caída de la inversión, el empleo y crecimiento económico.
Ni ahora, ni nunca es el momento de las pequeñeces; Antofagasta y su gente son lo más importante.