Tamara Miranda Varela
La reforma a la educación superior planteada por el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet continúa con polémicas repercusiones, no sólo en el ámbito político, sino que también en el académico.
En ese sentido, José Joaquín Brunner (PPD), exministro de Educación, académico e investigador de la Universidad Diego Portales y director de la cátedra Unesco de Políticas Comparadas de Educación Superior cataloga a la reforma como "confusa" y "discriminatoria".
Brunner participó en el seminario organizado por el Instituto de Políticas Públicas de la UCN donde entregó su visión del tema en debate.
¿Cuáles son los aspectos positivos y negativos de la reforma a la educación superior?
-El Gobierno hasta el momento lo que ha hecho es un conjunto de declaraciones muy cambiantes en el tiempo y contradictorias. Lo positivo es que el Gobierno quiere hacer algo en la educación superior, pero hasta ahora las declaraciones de intenciones que ha hecho en realidad producen una enorme confusión. Mantiene a las instituciones en vilo, no tienen seguridad ninguna de qué es lo que va a ocurrir. Hay gran incertidumbre y mucha confusión. Aún no aparece una política coherente de la educación superior.
En Antofagasta hay cerca de 30 mil alumnos en las universidades tradicionales y si la reforma llega a concretarse sólo un 15% podría optar a la gratuidad. ¿Qué le parece?
-Además hay que pensar que no solamente quedan fuera alguno de esos alumnos, sino que también los estudiantes que estudian en institutos profesionales y universidades privadas. Hoy día en Chile más jóvenes se inscriben en institutos profesionales y centros de formación técnica. Entonces, la política de cambio del financiamiento y terminar con las becas y créditos en un sector de los jóvenes y darles una gratuidad en la universidad, es una política que está muy improvisada. Eso llevo que en el Parlamento y en la Nueva Mayoría exista una gran confusión. El Gobierno no ha tenido la posibilidad de armar un diseño de financiamiento que vaya en beneficio de los jóvenes de menores recursos. Lo que ha propuesto es una política de discriminación profunda entre jóvenes con las mismas necesidades socioeconómicas y las mismas condiciones académicas. Lo que ocurre en Antofagasta pasa en todo el país.
'injusto'
¿Cree que estos cambios están mal pensados?
-Sí, porque descansa sobre un supuesto muy perverso que es que la gratuidad llega a los estudiantes, pero luego a las universidades les dicen: para que usted pueda dar la gratuidad yo voy a dar una parte del dinero y la otra parte la tiene que poner usted. ¿Y de dónde van a sacar recursos las universidades? Vamos a crear un sistema tan injusto que es que la universidad pague un compromiso que hizo el gobierno. ¿De dónde sacarán la plata? La universidad tendrá que cobrarles más caro a aquellos alumnos que quedaron fuera de la gratuidad para poder tener excedentes.
Según expertos los institutos profesionales y alumnos de las universidades privadas quedarían fuera de la reforma y es ahí donde llegan los alumnos en condiciones más vulnerables...
-Sí. Queda fuera la más grande universidad que el país tiene que es Inacap. Todo el mundo reconoce que es una institución extremadamente seria y que si bien está constituida como sociedad comercial, la verdad es que todo lo que produce lo reinvierte en ir mejorando la calidad e infraestructura. Entonces una política mal diseñada tiene múltiples efectos negativos.
¿Cree que los recursos asignados para educación (US$536 millones) es suficiente?
-Está claro que no es suficiente, pero a estas alturas sabemos que el país está pasando por una restricción económica y que por lo tanto los presupuestos tienen que ser muy bien diseñados. Los recursos que se están destinando no es lo que aspiramos, pero entendemos la situación del país. Eso es un argumento más para decir que el gobierno debiera tener muy bien pensado qué es lo que quiere hacer con cada peso que destinará a la educación superior y esa no es una reflexión que están haciendo.
¿qué faltó?
¿Qué aspectos faltan en esta reforma?
-Bueno, falta todo porque de lo único que han estado hablando es sobre la semi gratuidad, que ya sabemos que está mal concebida. Falta solucionar los problemas reales de calidad, de reducir la brecha de equidad, cómo reducir la deserción o abandono temprano, cómo mejorar la tasa de graduación, cómo vincular las instituciones con el trabajo, internacionalización de las universidad, mejorar competencias en el ámbito científico, entre otros temas. Es decir, todos los problemas centrales de una institución del siglo XXI no están siendo discutidos porque todo el foco está concentrado en el problema de la gratuidad.
El Ministerio de Educación estima que esta reforma beneficiará a cerca de 200 mil alumnos, es decir el 20% de la matrícula y se estima que el 2020 se completaría la gratuidad...
-Sí, pero eso es imposible. Al gobierno no le gusta sincerar las cosas, no dice con claridad cómo va a concretar su programa en el tiempo. Las fechas del 2017 y de 2020 todos sabemos que no es posible. Es inviable.
entrevista. JOSÉ JOAQUÍN BRUNNER, exministro de Educación y la gratuidad: