Luz de esperanza para los adultos mayores
Hermano Santo, esta mañana, mientras el sol esquivo de primavera, que crece de silencios, se estaciona quietamente en mi corazón, quiero compartiros mi nueva preocupación: "La Tercera Edad".
Hermano de Ejemplaridad Humana, nuevamente este Maestro, eterno orador y cautivo de ideales, vestido de Poeta y Filósofo, se cobija bajo tu sabiduría celestial.
Es que, bien sabes TÚ, Poeta Mayor del Norte que, aunque vivisteis casi un siglo, la vida es breve como la brevedad de la flor. Que la vida es un milagro, una aventura, una prueba, un desafío; la vida es, apenas, un suave soplo. Que la vida es un torrente de pasiones, plantadas a orillas de los ríos, para nutrirse de pequeñas existencias. En fin, la vida es un puente fugaz entre el nacer y el morir.
Pero, Hermano Antonio, Libro de la esperanza y del amor ¿Cómo construir ese pequeño puente del nacer y morir, para que la tercera edad viva en dignidad? ¿Cómo devolver a la tierra esa semilla de longevidad, que fuera tallo y flor de ayer, en una vida de calidad? ¿Cómo decirle a las sociedades y los gobiernos que los ancianos son un viejo universo que germinará y florecerá en tiempo nuevo como una bella estrella de humanidad? ¿Cómo diseñar mil gobiernos del alma y de amor universal, para reconocer en los mayores, nuestro principal capital cultural? ¿Cómo decirle al mundo que los mayores de hoy, hundieron la pala en nuestra tierra morena para sembrarla de luz y amor? ¿Cómo recordarles que fueron ellos, los que ayer esperaron entre la camanchaca de la pampa, para destruir los cuchillos de la incomprensión y del olvido?
Es que Santo varón de la nortinidad, todos los medios de comunicación nos invaden con titulares acerca de la Tercera Edad:
"Aumenta la población de los adultos mayores, porque crece la expectativa de vida" "Chile crece en población mayor, más que todos los países del continente" "Se aumentará la cantidad de años para la jubilación" "Serán necesarios muchos centros para los adultos mayores" "Debemos promover cambios de políticas públicas sobre previsión, salud, normativa laboral para los adultos mayores", etc.
Pregunto entonces, Santo de los Pobres y del silencio, frente a las sensibilidades expresadas en los distintos medios, ¿CUÁNTO DE ELLO SE HA CONCRETADO EN ACCIONES REALES A FAVOR DE ESTE VASTO SECTOR SOCIAL, CONSTRUCTORES DEL AYER Y DEL HOY, SI SE LE GENERAN OPORTUNIDADES REALES DE INCLUSIÓN?
Santo y Centinela del desierto, TÚ vivisteis esos años mayores. Ayer nos decíais: "Quiero extinguirme silenciosamente, como la lejana estrella del azul infinito" (Renglones Íntimos, 1920), o "Qué breve se me ha hecho el tiempo, la tarde cae veloz, mis manos tiemblan ajadas y encanecen mis cabellos" (Corazón, 1952).
Por ello, Santo de los Milagros, hoy os pido, iniciemos la cruzada para que cada abuelo, en cada hogar y lugar, que exista sobre nuestra tierra , no viva el sabor de la ausencia e indignidad. Tatuemos en nuestra piel, el néctar que ofrezca a ellos, la dulzura de todas las mieles, en la alegría esperanzadora de un nuevo amanecer.
un santo para antofagasta