Imputado por robo y homicidio de profesor arriesga cadena perpetua
AUDIENCIA. Joven de 27 años sigue sin reconocer su participación en el crimen.
Desde 15 años y un día hasta cadena perpetua calificada es la pena que arriesga el joven de 27 años que fue formalizado por el delito de robo con homicidio y que tuvo como víctima a Sótero Gahona Henríquez (77), profesor normalista que fue asesinado en su casa en el sector de la Coviefi.
La muerte del jubilado fue descubierta el pasado viernes, cuando la esposa de Gahona, encontró en un pasillo de la vivienda, el cadáver que presentaba una serie de golpes aparentemente de puño en el rostro. El único sospechoso del crimen es uno de los dos universitarios a quienes el matrimonio arrendaba piezas.
Se trata de J.O.D.F., iniciales que identifican al detenido ya que el Tribunal de Garantía, a petición de la defensa, prohibió divulgar su nombre y rostro. La formalización se desarrolló ayer, luego de la ampliación de 72 horas de la detención realizado el sábado. El procedimiento fue dirigido por la magistrada Marcela Mesías, quien escuchó el relato del fiscal de delitos violentos, Mario Concha Matus y, los descargos de la defensa, el abogado Javier Vega.
Testigos
El persecutor citó las declaraciones de una serie de testigos entre los que destacaron un vecino de la casa contigua, el otro arrendatario de Gahona y los amigos con los que el joven de 27 años estuvo la noche del homicidio. El vecino aseguró que en la madrugada, sus dos perros ladraban sin razón aparente y al salir no vio nada raro. Minutos más tarde escuchó un vehículo y ruidos en las paredes de la casa colindante.
El otro arrendatario añadió que cerca de las 3 de la mañana estaba en su computador cuando sintió lo que podría ser una asalto en la casa. Asustado tomó un cuchillo y esperó por si los "desconocidos" querían entrar en su habitación.
Luego escuchó que alguien limpiaba el piso con papeles y vio que la pieza del otro arrendatario estaba abierta. Por su parte, los dos amigos del imputado dijeron que el día de los hechos habían salido a "carretear" y que cerca de las 3 de la mañana fueron en vehículo a la casa del pasaje Santa Inés.
El joven de 27 años ingresó al domicilio para buscar marihuana. Tras llamarlo y enviarle mensajes de WhatsApp nunca salió, pero sí lo vieron por la ventana caminando por la casa, más tarde la luz se apagó.
La versión del imputado indica que llegó en la noche a la vivienda y en la mañana salió para buscar atención médica, ya que había sido mordido por un perro en la mano. Sólo al regresar de la Clínica Antofagasta se percató de la presencia policial en la casa y supo que Sótero Gahona estaba muerto.
Esto fue desestimada por el fiscal, ya que los peritajes indicaron que las lesiones no se condicen con la mordedura de un animal, pero sí con una pelea.
Viuda
La viuda del exprofesor manifestó que un mes antes del asesinato entró a uno de los dormitorios de la casa y se percató que no podía abrir la puerta. Al intentar con más fuerza vio que era el imputado quien estaba en la pieza y su explicación fue que buscaba un calefón.
Hay que agregar que en esta habitación el fallecido guardaba más de $30 millones que había reunido tras su jubilación. El dinero lo guardaba en fajos en una bolsa de género y el fiscal Mario Concha exhibió una fotografía que el acusado envió el 15 de octubre por WhatsApp a un amigo. La imagen, aparentemente, fue tomada en la misma habitación y los fajos corresponderían a la forma en que Gahona los tenía.
De hecho, el persecutor adelantó que el occiso era víctima de robo un "hormiga", es decir, la sustracción de pequeñas sumas para que la víctima tardara en percatarse.
Por su parte, la defensa solicitó la nulidad de todas las diligencias presentadas, ya que J.O.D.F. declaró como testigo y sin la compañía de un abogado, por lo que la información no puede utilizarse, aunque esto no fue acogido por la magistrada.
Defensa
También hubo oposición a la prisión preventiva que pidió la Fiscalía, ya que a su juicio, no existen antecedentes para vincularlo al hecho investigado. En base a los antecedentes y la acusación de robo con homicidio, el tribunal decretó la prisión preventiva durante 120 días, a la espera entre otras cosas, de los exámenes de ADN a la sangre encontrada en la ropa del imputado.
El acusado "no ha colaborado con la investigación y mostró una actitud altanera. La pena de robo con homicidio va de 15 años y un día a perpetua calificada", precisó el fiscal.
"La casa de la víctima permanece sellada desde el crimen y hoy (ayer) se realizan pericias bioquímicas para buscar restos orgánicos", agregó el jefe de Homicidios de la PDI, comisario Herwin Rojas.