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BID y comunidades atacameñas evalúan central fotovoltaica

POTENCIAL. 8.140 paneles aportarían el 38% de la energía requerida.
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Aprovechar el recurso natural más abundante en la región, es el objetivo que se plantó el Consejo de Pueblos de Atacameños, que representa a 18 comunidades del Área del Desarrollo Indígena Atacama la Grande.

La agrupación está en conversaciones con el Banco Interamericano del Desarrollo (BID) para construcción de una central fotovoltaica en pleno desierto, la cual sería capaz de suministrar 5.338 MWh/año de energía, equivalentes al 38% de lo que actualmente se genera en San Pedro de Atacama con combustibles fósiles de gas y petróleo.

En total el proyecto considera la instalación de 8.140 paneles fotovoltaicos fijos, con dos posiciones estacionales, en una superficie de 6 hectáreas.

El presidente del Consejo de Pueblos Atacameños, Antonio Cruz, dio a conocer a representantes del BID este plan estratégico de desarrollo energético para la comunidad, el cual comenzó con un proceso de socialización con las comunidades indígenas, cumpliéndose así el "derecho de consentimiento previo, libre e informado", estipulado por la OIT.

"Este proyecto es factible de desarrollar, ya que en el Desierto de Atacama posee una alta radiación solar y cumple con las condiciones de factibilidad que requiere los pilares de trabajo del BID" dijo el dirigente.

En efecto, el BID representado por el experto en desarrollo indígena, Carlos Perafán, ha visitado y concientizado uno de los proyectos emblemáticos que impulsa el Consejo de Pueblos Atacameños.

"Las comunidades indígenas son pobres, pero tiene capital humano, patrimonio y derechos ancestrales. Hay que poner a funcionar un capital inversión en ellos" afirmó el personero.

El consultor del BID explicó sin embargo que para proveer el capital a los indígenas atacameños, primero se debe acreditar que se cumplen los requisitos que pide la organización, tanto en el plano técnicas, como en lo que dice relación con el retorno de capital y el protocolo sociocultural.

Demanda

El proyecto propuesto por el Consejo de Pueblos Atacameños al BID, viene a dar respuesta a la demanda energética que presenta la comuna de San Pedro de Atacama.

Aunque desde el Estado se anuncian mejoramientos a nivel del Sistema de Interconectado del Norte Grande (SING) y su conexión al Sistema Interconectado Central (SIC), las organizaciones indígenas trabajan en alternativas propias, acordes a su entorno. De ahí el interés por aprovechar las condiciones solares y la amplitud del terreno que poseen las comunidades indígenas.

Expertos admiten crítico panorama para combatir incendios en el centro

PELIGRO. Zona de alto riesgo está comprendida entre las plazas Sotomayor y Colón, según un catastro elaborado por el municipio.
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Jonathan Villella y Patricio Vega

El reciente incendio que afectó al edificio del Club de la Unión no sólo consumió años de historia en pleno corazón de la ciudad, sino que también dejó una potente luz de alerta para las próximas emergencias. Y es que pudo ser mucho peor, aseguran quienes estuvieron en el lugar.

El tercer comandante del Cuerpo de Bomberos de Antofagasta, Francisco Vega, reiteró que en este siniestro se trabajó con rapidez y que ello evitó un trágico desenlace. Lo concreto es que las llamas pusieron en grave riesgo la Casa de la Cultura y además a gran parte de la cuadra que alberga antiguas construcciones de madera.

¿Cuál es la situación del resto del casco histórico de Antofagasta? La respuesta es preocupante y puede ser catalogada como una especie de bomba de tiempo. Ello está lejos de ser una exageración, de acuerdo a la opinión de los expertos.

El propio comandante Vega aseguró que hay zonas críticas en la ciudad, pero el problema de fondo es que no existe un detalle preciso de los puntos rojos, ni menos un cruce de información entre los diferentes estamentos, salvo el riesgo en 50 casonas patrimoniales que está consignado en el catastro emanado del municipio.

Red húmeda

Uno de los mayores problemas es que estas construcciones tienen prácticamente nula mantención en su sistema eléctrico y presentan serias dificultades en los accesos. Estos dos factores van de la mano a un preocupante y notorio déficit de grifos en el centro (ver infografía).

Pero eso no es todo. La mayoría de los inmuebles del casco central no tiene operativas sus redes húmedas y secas, tampoco hay una mantención permanente de extintores y muy pocas poseen cortafuegos. Ni hablar de los planes de emergencia, que resultan casi inexistentes.

Y esto no sólo compromete a las construcciones patrimoniales. Edificios como las torres Pérez Zujovic y Codelco también están expuestos a una calificación de alto riesgo debido a que no tienen mantenciones periódicas en las redes de incendio.

Según Francisco Vega, al riesgo que representa la antigua data de los inmuebles, se suma la desinformación que impera, ya que actualmente no existe coordinación entre Bomberos, Onemi y el municipio, además de los dueños de las propiedades.

"Lo que ocurre es preocupante. Antes se nos preguntaba a nosotros, hoy no existe el más mínimo contacto. Es urgente que formemos una mesa de trabajo para abordar este tema antes que ocurra una tragedia. Todo ello redunda en que se trabaje casi al azar en los incendios", explicó.

Ampliaciones

Una visión similar tiene el ingeniero prevencionista de riesgos, Eduardo Pizarro, quien dijo que es de vital importancia contar con un catastro actualizado. La preocupación del experto apunta a las ampliaciones y modificaciones del sistema eléctrico. Este último factor es el que provoca la mayor cantidad de incendios.

Otro problema es la falta de cultura preventiva de los antofagastinos. Los riesgos, comentó el profesional, se pueden aminorar con la tecnología actual, especialmente en los puntos más críticos, incorporando elementos de seguridad, como pinturas contra incendios.

"El fuego no perdona nada, absolutamente nada. La gente piensa que lo metálico es más resistente y no, lo metálico cede antes las temperaturas muy altas. Piensan que el concreto aguanta ante las llamas, pero el concreto también se ve afectado por el fuego, el calor le quita todo ese aglutinante que mantiene al concreto como una roca, y después se cae sólo", agregó.

Ante esta compleja situación en el centro, el director regional de la Superintendencia de Electricidad y Combustible (SEC), Felindo Concha, comentó que si bien los edificios patrimoniales corren el riesgo de sufrir un siniestro por su data histórica, hasta el momento no hay un estudio certero que pueda evidenciar el estado real de los inmuebles.

El personero explicó que con el rut de la propiedad es posible "verificar" si las conexiones eléctricas de la vivienda están certificadas, siempre y cuando el propietario la haya inscrito, de otra manera no existe registro. De ahí, reconoció, no es mucho más lo que se puede hacer en el tema desde el servicio.

Catastro

En un catastro realizado por la municipalidad a través de la Corporación Cultural, se estimó que habría más de 50 inmuebles que estarían en riesgo de incendiarse debido al material de su infraestructura y a sistemas eléctricos en mal estado, entre ellos edificios patrimoniales como la Casa de la Cultura.

Los inmuebles comprendidos entre la Plaza Sotomayor y la Plaza Colón son los últimos que quedan de la historia de Antofagasta. Su condición actual hace pensar que en cualquier minuto podrían unirse al 40% de edificios patrimoniales que desaparecieron con el tiempo, según catastros oficiales.

El incendio del Club de la Unión abrió una serie de interrogantes sobre el riesgo latente de incendios en el casco central de la ciudad. La gran pregunta es si estamos preparados para enfrentar una emergencia de este tipo. Un claro y contundente "no" es la respuesta de los expertos.

Francisco, Vega, Tercer, comandante de, Bomberos

"Lo que ocurre es preocupante. Falta una mesa de trabajo para abordar este tema antes que ocurra una tragedia".

Eduardo, Pizarro, Ingeniero, prevencionista, de riesgos.

"El fuego no perdona. La gente piensa que lo metálico es más resiste y no, esto cede ante las altas temperaturas".