Dániza Urrutia Sepúlveda
Muchas hipótesis y dudas surgen tras el homicidio del exprofesor Sótero Gahona Henríquez, cuyo cuerpo fue encontrado el viernes al interior de su domicilio en el pasaje Santa Inés de la Coviefi.
La víctima de 77 años fue encontrado por su esposa Ana en un pasillo del inmueble. Presentaba lesiones atribuibles a terceros.
La causa de su deceso, según estableció la autopsia, fue una fractura cervical.
Con el correr de las horas y el empadronamiento de testigos, la Brigada de Homicidios de la PDI Antofagasta, solicitó al Tribunal una orden de detención en contra del universitario J.O.D.F., quien está ahora en el Centro de Cumplimiento Penitenciario.
El joven de 27 años (oriundo de Iquique) vivía en el inmueble donde ocurrió el crimen en calidad de arrendatario y por ello conocía la rutina del matrimonio.
En el círculo más cercano de la víctima se comenta que es muy posible que se le haya puesto algún somnífero a los moradores de la casa.
En todo caso durante la audiencia de control de detención celebrada el sábado pasado, la Fiscalía no hizo mención al dinero ni al móvil del crimen, ya que recién mañana martes se realizará la audiencia de formalización en el tribunal de Garantía de Antofagasta. Hasta el día de ayer el imputado no había reconocido participación en los hechos investigados.
Dormidos
En la audiencia se conocerán detalles más concretos y el resultado de diversas pericias que estaban pendientes. Sin embargo, de ser efectivo que J.O.D.F. es el autor del crimen es perfectamente posible que con antelación haya intentado "dormir" al matrimonio, para después llegar al inmueble y actuar sin obstáculos.
Ello explicaría el por qué la esposa de la víctima no despertó aquella madrugada, pese a que debieron haberse escuchado algunos ruidos durante el brutal ataque al exprofesor antofagastino.
Profundamente afectados por los últimos acontecimientos, la familia del exprofesor normalista cumplió con la dolorosa misión de velar y sepultar sus restos.
Uno de sus sobrinos destacó la calidad humana de Sótero Gahona. "Estamos unidos como familia pero profundamente afectados por lo sucedido, es un sufrimiento. Mi tío fue una persona de muy buenos valores, cristiano, siempre preocupado de la gente que lo rodeaba", acotó José Gahona.
El docente era conocido como un hombre respetuoso y preocupado de su familia. Apoyó a sus sobrinos en la crianza y educación, y gozaba de mucha energía. Por eso su abrupta partida dejó consternada a su familia.
Misa y homenaje
Desde el Centro Espiritual "Amor y Hermandad" ubicado en calle Latorre, de donde era vicepresidente, fue trasladado hasta el Cementerio General. Allí lo esperaban sus cercanos, amigos, vecinos, profesores y comunidad que lamentaron su trágica partida. La administración del camposanto dispuso un arreglo especial en el frontis para despedir de la mejor forma al maestro, formador de cientos de generaciones de estudiantes antofagastinos. Hubo palabras recordando todo lo positivo del educador, que fue sepultado pasadas las 14 horas.