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Puente de espías

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El último filme de Steven Spielberg 'Puente de espías' (2015), viene a demostrar tres hechos ineludibles: su calidad como director no ha menguado, sigue siendo un realizador hábil para trazar una historia mil veces vista y hacerla aparecer como nueva. Enseguida, es un tipo diestro para conjugar perfectamente los intereses estéticos y las demandas económicas de estudios que, de seguro, le exigen rendimiento en la venta de boletos y, en tercer lugar, no se amilana en lo más mínimo cuando elabora una película de casi dos horas y media, que toma su tiempo y sabe sacar provecho a los tiempos aparentemente muertos.

Digamos de partida que 'Puente de Espías' es una película muy bien elaborada en su forma, en sus elementos exteriores -léase, fotografía cuidada, ambientación impecable, música acorde y actuaciones dignas que encabeza Tom Hanks- que a más de algún espectador podrá dejarlo frío, sin embargo, en un detalle no menor: ¿había necesidad de contar esta historia con tanto apasionamiento si a fin de cuentas su trama es reducida y un poco obvia?

Está claro que las intenciones de Spielberg son contar una buena historia real y emocionar al público como antes, como se hacía en esos melodramas de los años cuarenta y cincuenta, con héroes y antihéroes marcados por el destino.

Con todo lo dicho, 'Puente de Espías' no es para nada un filme desechable. Es un trabajo bien elaborado, con mucha calidad, que narra la historia de un abogado que en plena Guerra Fría toma a su cargo una tarea tremenda para esa época: defender los derechos de un espía ruso sorprendido en Estados Unidos.

Es cierto que la película puede ser un discurso con muy buen envoltorio y que se refiere a un período fascinante -el tiempo de la Guerra Fría, que dividió al mundo en dos concepciones opuestas e irreconciliables, los americanos y los rusos de esos años-, aunque peca de cierta frialdad en su desarrollo porque, a fin de cuentas, solamente cuenta eso, una buena historia real sin mayores aspavientos, con mucho respeto por los detalles formales tan característicos del realizador de películas de todos los tipos, desde obras maestras como 'La lista de Schindler' y 'Encuentros cercanos del tercer tipo' hasta películas definitivamente comerciales y muy bien montadas como 'Tiburón' y 'E.T.'.

'Puente de Espías' da cuenta entonces del tenso intercambio de un espía soviético hecho prisionero en Estados Unidos, tratado según la película con las condiciones óptimas y acordes a los acuerdos internacionales, con un estudiante preso en la Alemania comunista, más un piloto de un avión-espía derribado por la Unión Soviética el 1 de mayo de 1960, ambos estadounidenses.

Si el espectador se fija, Spielberg sitúa su película en una época clave para Estados Unidos, el inicio de la convulsionada década de los sesenta, la que tendrá no sólo para Norteamérica fuertes consecuencias, sino también para el resto del mundo.

De este modo, es inevitable que la película tenga más de una concesión, más de un estereotipo característico del cine de espías: se muestra un mundo dividido pero con las tintas cargadas, donde Estados Unidos aparece como una nación respetuosa de las leyes, mientras que Alemania y Rusia de entonces parecen pueblos bárbaros en sus procedimientos judiciales.

El trato vejatorio e inhumano que sufren los espías estadounidenses en Rusia, por cierto, corresponde a una mirada que el cine estadounidense no ha esquivado jamás. Y este filme se encarga de insistirlo.

La construcción de los personajes también está inmersa de estereotipos gruesos: en Estados Unidos las personas dialogan, actúan y conversan, mientras que en los países comunistas de entonces todos los oficiales y administrativos son siniestros, con dobleces y miradas desconfiadas.

Ni qué decir de la construcción del muro en Berlín que alcanza a visionarse en el filme: en el lado americano los niños juegan y son felices, mientras que los jóvenes comunistas son de panfleto grosero. Es en estos elementos donde se cae la película, porque este filme sobre la Guerra Fría fue realizado con todos los vicios, falacias y hasta injusticias de dicha época. No podemos olvidar que de esta época negra de la historia fueron víctimas incluso varias figuras de la propia industria cinematográfica de Hollywood.

No obstante, el filme se eleva, alcanza igualmente dignidad y entretiene porque tiene varios elementos a su favor, partiendo por la calidad histriónica de Tom Hanks, viejo, gordo y cada vez más metido en su papel de americano bueno que ha cosechado desde los tiempos de 'Filadelfia' y 'Forrest Gump'.

Porque nadie podrá objetar a 'Puente de espías' que se trata de una película bien estructurada en lo técnico, un discurso que tiene el mérito de tener un guión escrito nada menos que por los hermanos Coen, dupla de directores y guionistas de lo mejor que existe en la industria norteamericana.

Destacamos la actuación notable de Tom Hanks como el abogado, pero por encima de todo la del inglés Mark Rylance, como el espía. Ellos se roban la pantalla cada vez que aparecen y dialogan, con una interpretación de ésas que se agradecen.

Si a esto agregamos una magnífica dirección de arte y una arquitectura visual funcional, con una música perfecta para subrayar los momentos tensos, tenemos una película que podrá ser discutible y tramposa, cierto, pero estamos hablando de una trampa elegante y muy bien confeccionada por uno de los últimos directores de Hollywood que cree en el relato extenso y de elegancia en su puesta en imágenes.

Victor Bórquez

Escritor, docente y

comentarista de cine

Actividad paranormal: Dimensión fantasma

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En esta quinta entrega la historia se centra en una nueva familia: Mike, Emily y su hija Leila de 7 años. Cuando él encuentra un micrófono, una cámara de película antigua y una caja de con videotapes aparentemente variados, nunca sospechará que su hija se enredará en una aterradora actividad paranormal y comportamiento demoníaco y con la cámara podrá registrar a los fantasmas que se niegan a aparecer de otra forma.


Fuerzas Especiales 2

En esta segunda entrega, los cabos Freire y Salinas son inculpados por un crimen que no cometieron y se transformarán en los hombres más buscados del país. Al mismo tiempo, el excomisario Carbony (Ariel Levy) saldrá de la cárcel y buscará vengarse de los cabos, ya que por culpa de ellos quedó tras las rejas. La cinta también cuenta con las actuaciones de Mali Jorqueira (que interpreta a la nueva pareja de Freire), Loreto Aravena y Fernando Gutiérrez.


Pacto criminal

En el Boston de los años 70, el agente del FBI John Connolly (Joel Edgerton) convence a "Whitey" (Johnny Depp), un mafioso irlandés que acaba de salir de la cárcel, para que colabore con el FBI con el fin de eliminar a un enemigo común: la mafia italiana. Esta nefasta alianza provoca una espiral de violencia que permite a Whitey eludir el control de la ley, consolidar su poder y convertirse en uno de los más implacables y poderosos gángsteres.


El botón de nácar

Documental de Patricio Guzmán que sigue la misma senda de "La nostalgia de la luz" en cuanto a hacer una analogía entre la actualidad y las personas desaparecidas en dictadura. Esta vez, el paralelo que hace el realizador chileno radicado en Francia es con el mar, el cual contiene el secreto de un botón misterioso encontrado en su lecho así como el de los primeros navegantes ingleses y también de los presos políticos en la parte de la Patagonia.


Puente de espías

Dirigida por Steven Spielberg, este thriller dramático se centra en la historia de James Donovan (Tom Hanks), un abogado en reclamaciones de seguros de Brooklyn que vive en pleno periodo de la Guerra Fría. En ese contexto, la CIA lo envía a realizar una tarea que -a simple vista- parece imposible: negociar la liberación de un piloto estadounidense de la U-2 (Austin Stowell) que se encuentra capturado en la Unión Soviética.

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