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Gobierno anuncia querella por ataque en La Araucanía

INCIDENTE. Las autoridades de la zona creen que fue un hecho delictual y no terrorista. Mientras, el senador Alberto Espina pedirá la aplicación del estado de emergencia.
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Pamela De Vicenzi

Tras el atentado ocurrido la noche del viernes en una faena forestal en Lautaro, la Intendencia de La Araucanía anunció ayer que interpondrá una querella contra quienes resulten responsables de dicho incidente.

La acción será presentada mañana, según señaló el intendente Andrés Jouannet.

"Los vamos a perseguir y vamos a tratar de que los tribunales y los fiscales puedan encontrarlos para que esta gente esté donde tenga que estar: en la cárcel", indicó la autoridad, citada por SoyTemuco.

Jouannet sostuvo ayer una reunión de trabajo con Carabineros y la Policía de Investigaciones, en la que se trató el mejoramiento de las labores operativas y de inteligencia de ambas instituciones.

"Nosotros nos reunimos permanentemente con las policías. Naturalmente tiene que ver con todo esto que está ocurriendo (…) La reunión es fundamente para coordinar trabajo y para mejorar naturalmente los aspectos de inteligencia y operatividad respecto de las policías", explicó el intendente.

Antecedentes

El atentado se produjo a las 20 horas del viernes en la localidad de Pillanlelbún, ubicada a 23 kilómetros al norte de Temuco. Los autores quemaron cuatro trineumáticos, un container, un skidder y tres camiones pertenecientes a la Forestal Corte Alto, empresa que presta servicios a Masisa.

Al lugar del incidente llegaron voluntarios de la Segunda, Cuarta y Quinta Compañía de Bomberos de Temuco, bajo escolta policial.

El persecutor Luis Espinosa, de la Fiscalía de Alta Complejidad de La Araucanía, informó que tras el ataque los autores dejaron panfletos alusivos a la causa mapuche, "particularmente relacionados a los presos políticos".

"hecho delictual"

Pese a las evidencias dadas a conocer tras las primeras indagatorias, el intendente Jouannet aseguró que el incidente fue delictual y no terrorista, premisa que compartió el general de Carabineros de la IX Zona Araucanía, Nabih Soza.

La autoridad policial aseguró que en la región no existe el conflicto mapuche. "Yo creo que aquí hay que ver qué cantidad de la población es la que está involucrada en los delitos, si aquí estamos hablando de delitos comunes que se están cometiendo", afirmó Soza, en declaraciones recogidas por SoyTemuco.

Petición de espina

El senador por La Araucanía, Alberto Espina (RN), anunció que pedirá al ministro del Interior, Jorge Burgos, la aplicación del estado de emergencia en la zona.

"Lamentablemente, es reiterado el fracaso que tiene el Estado de Chile para controlar los actos de violencia y terrorismo que ocurren prácticamente a diario en La Araucanía", acusó Espina.

El parlamentario explicó que el estado de emergencia es aplicable "precisamente cuando se producen hechos que afecten el funcionamiento del estado de derecho y que son de tal magnitud que requieren medidas excepcionales".

"A esta altura, es la única medida que uno puede pensar que logrará, por lo menos, contener los hechos de violencia", añadió Espina.

"Es una decisión fuerte, pero imprescindible porque en caso contrario los grupos terroristas que operan en La Araucanía habrán conseguido su objetivo que es simplemente que la gente arranque de la región", sentenció.

Resumen

Ataque incendiario Ocho vehículos fueron quemados en Pillanlelbún. La fiscalía encontró panfletos alusivos al conflicto mapuche.

Hecho delictivo Las autoridades de la zona aseguraron que el atentado fue un hecho delictual y no de carácter terrorista.

Petición a Interior El senador Alberto Espina (RN) pedirá al ministro Jorge Burgos la aplicación del estado de emergencia en la zona.

El principal evento literario nacional

Con ocasión de la Feria Internacional del Libro de Santiago, las editoriales alistan sus principales novedades.
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El evento se ha transformado en una tradición.

La Feria Internacional del Libro de Santiago dura hasta el domingo 8 de noviembre. Se puede visitar para vitrinear, comprar libros o buscar un buen regalo, pero bucear en el sitio web puede terminar en un buen panorama. Hay presentaciones de libros, ciclos de música, homenajes a la Mistral, Neruda y Lemebel, y son más de 100 los escritores nacionales, muchos de ellos de regiones, los que estarán firmando libros. En la pestaña "Firma de escritores", se puede revisar día, hora y stand.

Alejandro Melo, presidente de la Cámara Chilena del Libro, destaca el programa "Diálogos en movimiento", proyecto del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, y que llevará a regiones a algunos de los autores internacionales que vienen a la FILSA. "El concepto de sinergia es muy buieno, se produce una extensión de la Feria en regiones", dice.

Melo también recomienda a los escritores nórdicos invitados, aunque también el cine y la música nórdica, que tendrá presentaciones. Por último, sugiere visitar el stand de Coquimbo. "Vienen desde hace varios años, esta vez hicieron un esfuerzo y son bien potentes", asegura.

En la sala con más capacidad del Centro Cultural Estación Mapocho caben 500 personas. En la más chica, 20. En total, hay nueve rincones para tener muy en cuenta si uno busca más que libros en la FILSA 2015, porque es ahí donde se están desarrollando las actividades culturales de la feria, como las entrevistas con autores de los países nórdicos invitados o el homenaje que habrá mañana a Gabriela Mistral. Todo lo que es cofinanciado por la Cámara Chilena del Libro y el Consejo nacional de la Cultura y las Artes, además de lo que organizan los Países Nórdicos, es de acceso gratuito. Hay que entrar a www.filsa.cl, imprimir la entrada liberada y llenarla con los datos de la actividad elegida. Luego se lleva el ticket impreso lo recibirán en la boletería hasta completar los cupos de la sala. Por lo mismo, se recomienda llegar una hora antes.

Días con entrada gratuita son: todos los días, los menores de 12 años que vayan con un adulto y los autores de la Sociedad de Escritores de Chile; lunes hay 2x1; martes, mayores de 65 años; miércoles, las mujeres; jueves, profesores (deben demostrarlo con un documento).

La Feria Internacional del Libro de Santiago acaba de inaugurar su edición

número 35. Se extenderá por 18 días y en ella participan autores provenientes de 14 países. El evento se realiza en la Estación Mapocho de Santiago.

"Libertad de movimiento" Phineas Gage"

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"No ficción"


"Casa chilena"


"Una vuelta al Tercer Mundo"


"Tito Mundt, el último gran reportero"


"La escuela tomada"


"La vida eterna de


"Hijo de ladrón"


"Chancho Cero"


"No se oye, padre. Memorias políticas de Armando Uribe Arce"

Con este volumen de once relatos el Premio Nacional de Literatura 2014 vuelve a sus comienzos, es decir al cuento, mismo género con que inició su oficio en 1967. Correctamente la contraportada los presenta como un conjunto "cruzado por el tránsito de sus protagonistas a otros países", viajes que se emprenden por el exilio, buscando nuevos horizontes económicos o tras un lugar donde ser y estar. Con pericia va presentando historias de infancia y partidas, esas que son inevitables y desoladoras porque los niños son llevados por sus padres y juntos flotan precarios hacia mejores días que casi siempre, en el caso de Skármeta, llegan. También hay relatos más violentos y negros, como el de "Ejecutivo" en el que sobrevuela la envidia y venganza, al igual que en uno de los más largos, "El amante de Teresa Clavel". La mujer también es un personaje recurrente en estos relatos, ya sea como la emancipada azafata de "Huso horario", la fotógrafa madrileña de "Efímera" con su gran desplante en Punta del Este, o la mujer inmersa en una crisis matrimonial de "Corazón partío". Antonio Skármeta también alcanza a explorar en el hastiado de soledad que decide viajar, cual personaje de Poe o Bioy Casares, al alemán oriundo de Santa Cruz, Bolivia, que regresa a sus pagos para el funeral de su "opa".

Con sendos epígrafes de Susan Sontag y Javiera Mena, la última novela de Fuguet habla de ese amor que desuella al que ama y que también se modula como hambre eterna de querer estar con otro, ahondar en otro. Casi entera entregada al diálogo de sus protagonistas, Álex y Renzo, una especie de amigos/amantes que no pueden sostener tal grado, más aún si Renzo niega lo erótico de los dientes hacia afuera pero no puede evitar, y padecer, a la piel y su profundidad. La novela es más que una exploración homoerótica o un cuadro donde ajusta muy bien aquello de que "cada amigo un amor". Es también el recorrido de un ajuste de cuentas, un exorcismo, una expurgación en el tono más coloquial que sin detallar nada perfila un Santiago que cada día se expande más. Una ciudad al caer de la tarde, reverberante de cemento caliente, donde dos amantes truncos se dice las mil y una en un departamento de esos mínimos y con terrazas de vértigo, en esas cuadras donde antes había conventillos, veinte cuadras donde hoy "vive más gente que en todo Curicó".

"Lo tuyo es volver a volver", se dice a sí mismo el protagonista de esta novela cuando sale a recorrer la avenida Irarrázaval y sus viejos barrios ñuñoínos que el exilio destiñó. Es un señor que es dramaturgo y ha pasado ya los 50 años. Vuelve a Chile a finiquitar la venta de la casa en la que vivió su infancia, cuando era un niño a veces abstraído, en otras angustiado esperando la llegada de los padres, pensándolos muertos quizás. El regreso a "la casa chilena" lo instala en un duelo con los arrendatarios que no quieren marcharse, una pareja que está haciendo agua y que son amigos del protagonista. Por mientras sucede esta batalla, que es tensa y demuele moralmente al protagonista, aparecen personajes femeninos que sobrevuelan a este hombre que gusta de Onetti y Billy Joel.

Hay una documentalista que hurga en algunas heridas, su mujer que sólo puede contactar por Skype y una "chica del acordeón" que se vuelve más desazón que pasión para este "torpe y distraído" que parece que ha bajado los brazos hace tiempo ya. Casi al final hay un recurso extraño que más que aportar al relato le da sobrepeso con una sombra innecesaria de vigilancia y paranoia.

El periodista Juan Pablo Meneses recorre diversos puntos del globo donde campea eso que llamamos Tercer Mundo y nos cuenta lo que allí vio y escuchó. Según apunta en el comienzo, "la travesía que viene a continuación no tuvo mayor objetivo que el de intentar iluminar las zonas más oscuras de la aldea global". Una que va desde el barrio de Flores en Buenos Aires, donde presencia los festejos por la asunción del Papa Bergoglio, para enfilar luego a la "ciudad de los gemelos", en el Brasil más campesino, el mismo que ocultó a connotados nazis como Mengele. Cruzando el Atlántico llega a la soleada Senegal para explorar Dakar y sus nostalgias del rally que la cruzaba. Otros destinos van acumulándose: Kuala Lumpur con sus malls, piratería y chatarra tecnológica; la mortal frontera entre Pakistán y la India al lado de una inglesa que guarda una burka en su mochila casi como un talismán; los restaurantes más caros de la hambreada Etiopía donde aprovecha de dar un vistazo a los huesos de nuestra común madre: Lucy; también, y por sólo seis dólares, recrea en Vietnam la dolorosa guerra y en Chiapas cae en el bar La Revolución donde una banda hace covers de The Doors. Por supuesto que Chile también es parte del itinerario: la mina San José de los célebres "33", y la vuelta al Cabo de Hornos en el buque escuela de la marina ucraniana, tan tercermundista que debe solventar los gastos del viaje subiendo a turistas alemanes.

El periodista Tito Mundt iba siempre de abrigo beige y sombrero. Entre sus labios colgaba un cigarrillo y luego otro y otro más. Fumaba como energúmeno y tecleaba como poseído su máquina de escribir con la urgencia de despachar cuanto antes la noticia al diario para que ésta se imprimiera y saliera a la calle. Era veloz. Para hablar, para pensar, para caminar, para imprimir y reimprimir. "Su figura encarnaba al típico reportero hollywoodense", anotó el compilador Lucas Vergara Brunet en el flamante libro "Tito Mundt, el último gran Reportero" de Lolita Editores.

La joya reúne las mejores crónicas de Mundt, publicadas en La Tercera de la Hora entre los años 1955 y 1971.

Mundt -cuenta Vergara Brunet- nació en 1916 y trabajó en las revistas Sucesos, Zig-Zag, Ecrán y Topaze y en los diarios Las Últimas Noticias, La Tercera, Extra y Sensación. Mundt se consagró al periodismo y a recoger las historias de la calle, no las de las conferencias de prensa. Su vida misma, finalmente se convirtió en una comedia. Lucas Vergara Brunet describe: "Mundt acompañó a su novia de aquel entonces a escoger el vestido de novia 26 días antes de la ceremonia. Quien atendía era Kanda. La vio, se encandiló y terminó casándose con ella sin mover la fecha que ya tenía agendada". La historia y relato de su trágica muerte, merece una lectura desde su original. Solo diremos que su cuerpo fue velado en la sala de redacción de la Tercera de la Hora.

Escrito entre el 2009 y el 2015, y a horcajadas entre la memoria y el ensayo de historia, traza el acontecer en torno a la toma de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile en el año 2009. Consta de diez capítulos que abren con epígrafes diversos: Saul Bellow, Alejo Carpentier, Norman Mailer y George Orwell, entre otros. Los primeros cinco son una crónica del hecho: la toma y posterior intervención de la rectoría; los últimos cinco son ensayos de alguien que lleva 36 años en el sistema universitario chileno y para quien la principal tarea de la universidad es cultivar, formar y ejercitar el intelecto. El texto está escrito con gracia, es ágil y abundan las polémicas, los dimes y diretes. Jocelyn Holt observa que las universidades públicas han sido el gueto de la izquierda más dura en Chile, que ambas comparten el ánimo derrotado y son los "(anti) socios dialécticos del liberalismo predominante". Advierte también sobre cómo los movimientos sociales pueden resbalar hacia el fascismo y lamenta el decaimiento de las Humanidades a favor de las ciencias duras que proclaman aquello de "el conocimiento es poder".

Siendo un quinceañero, en 1912, el escritor Manuel Rojas cruzó a pie la Cordillera de los Andes entre Argentina y Chile. Parte de esas duras vivencias y otras están en la novela Hijo de ladrón, uno de los primeros atisbos desde la narrativa chilena hacia estilos más contemporáneas y renovados, un relato que sobrepasaba el criollismo o el naturalismo y echaba mano a formatos vanguardistas como el uso de la corriente de la conciencia que imponía James Joyce o William Faulkner. Para esta edición, Christian Morales y Marco Herrera emplearon cuatro años en adaptar el texto de Rojas a un formato gráfico basado en ilustraciones de Luis Ernesto Martínez. En blanco y negro, el volumen le da cara y cuerpo al entrañable personaje de Aniceto Hevia y su existencia áspera y gozosa desde el anarquismo a los bajos fondos, practicando uno y mil oficios: lanchero, peón de campo, ferrocarrilero o pintor de brocha gorda, igual que el mismo Manuel Rojas quien se consideraba "una especie de obrero que escribe libros porque para ello tiene facultades".

En su debut como novelista, el periodista Francisco Aravena tomó un caso extremo de la medicina: el de un obrero estadounidense llamado Phineas Gage, que en 1848 y por accidente fue atravesado desde su mentón hasta la coronilla por un fierro. El joven, que tenía 25 años al momento del incidente, sobrevivió por casi una década a la herida que lo cambió para siempre. Gage, de quien se conserva el cráneo en un museo de Massachusetts, es puesto en la ficción por Aravena en la ciudad de Valparaíso, lugar al que dice la historia oficial llegó en 1852 y donde estuvo hasta 1859 trabajando como conductor de un carruaje de seis caballos que recorría la vieja ruta entre la capital y la ciudad puerto que hizo Ambrosio O'Higgins. Añade al relato las voces de otros personajes reales que conocieron el caso: la del médico Manuel Antonio Carmona, uno de los padres de la siquiatría chilena y pieza clave en el caso de la Endemoniada de Santiago, y su maestro Lorenzo Sazié, que fue uno de los pilares de la medicina en Chile. La obra ofrece pinceladas bien documentadas sobre el Valparaíso de la época, uno bullente de actividad y extranjeros, caen en el relato que también inquiere sobre los recién descubiertos terrenos de la neurociencia y el arrojo de quienes encabezan las investigaciones médicas, con un pie en la luz y otro en la sombra.

Publicados entre junio de 2000 y octubre de 2001, nos remontan a los orígenes de la Escuela de Lobotomía donde vagan felices, y a veces no tanto, los alumnos encabezados por Manuel "Moco" Soto, presidente del centro de alumnos. Estos primeros episodios cuentan cómo llegó Chancho a la escuela y se convirtió en un gurú a veces, y otras en un villano junto al pérfido Decano Avellana y su secuaz, el "subprofesor" Moya. Lo vemos metiendo goles a los de Economización Económica, de paseo en Cartaguano y haciendo frente al Megaguanaco. Personajes como Malenita Cuafato, eterna ayudante de Moco; Aparato, el que llevaba tres carreras y era "experto en sordidez universitaria"; Bartolomé Calavera, famoso fanático religioso; y Santo Bebedor, patrono del alumnado, refrescan la memoria de una tira cómica que jugaba muy bien exagerando lo decadente y feliz que a veces es la vida universitaria, una ventana al "capeo con ping pong, el patio-cantina, las pruebas con punto base, las licencias por depresión y el Ron Silber".

La autora de esta compilación se interesó por Uribe desde los tiempos del exilio, cuando él vivía en París y ella estaba en Madrid. Aquellas entrevistas la acercaron y ya en Chile, estudiando Literatura, conoció su obra y lo contactó por su magister. Memorias, ensayos, poemas y conferencias, de un período de más o menos 30 años, pasaron ante sus ojos. Lo político empezó a aflorar en reflexiones, por ejemplo, sobre la presencia de Estados Unidos en Sudamérica, sus impresiones sobre el Golpe del 73, el pinochetismo, el exilio y el derecho minero en los ochenta, una materia que conoce profundamente. "Uribe es un hombre notable, consecuente y lúcido, mordaz, implacable cuando se trata de decir lo que piensa. Es fiel a los valores de la dignidad, la solidaridad y la justicia. Para mí es el mismo hombre en su poesía, en su discurso como ciudadano o en su vida familiar. La consecuencia entre su pensamiento y sus actos es su característica más notable. Es católico, apostólico y romano, como él mismo se define, y condena a la vez, sin eufemismos, lo que él llama el "sistema capitalista neoliberal desregulado" que rige en Chile", afirma la autora.